Semeraro recuerda a Pablo VI, modelo de amor y fidelidad a la Iglesia
Vatican News
"Ciertamente, me gustaría, al acabar, encontrarme en la luz", escribió Pablo VI en su Meditación ante la muerte. Hoy "está en la luz", comentó el cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, durante la homilía de la misa celebrada en la mañana de ayer, 6 de agosto, en la Capilla Húngara de las Grutas Vaticanas -a pocos pasos de la tumba del Pontífice de Brescia- en el aniversario de su muerte, ocurrida en la fiesta de la Transfiguración hace 43 años.
En una nube luminosa
Refiriéndose precisamente a ese episodio evangélico, el cardenal recordó la imagen de la "nube luminosa" que "cubrió a los discípulos con su sombra" y que ahora "le cubre a él también". Explicó que esta seguridad la ofrece "la voz de la Iglesia, a la que Pablo VI amaba mucho", como él mismo aseguraba: "Podría decir que siempre la he amado.... Pero me gustaría que la Iglesia lo supiera". Y "la Iglesia de hoy lo sabe mejor que la de ayer".
El prefecto dijo estar seguro de que el relato evangélico de la Transfiguración "debe haber quedado impreso en la mente y el corazón" de Giovanni Battista Montini. Sabemos", dijo, "que cuando fue nombrado arzobispo de Milán, quiso como lema las palabras que leemos en la segunda carta de Pedro: cum ipso in monte sancto (1, 18)", pero "fue disuadido, porque el texto parecía más adecuado para un contemplativo que para un obispo". Y, sin embargo, continuó, Pablo "era un contemplativo y estoy personalmente convencido de que la clave para entender la mayoría de sus escritos, especialmente los privados, es precisamente el misticismo". No es casualidad, añadió, que eligiera la fiesta de la Transfiguración, el 6 de agosto de 1964, como fecha de publicación de su primera encíclica Ecclesiam Suam.
La encíclica del diálogo
Ese documento, señaló el cardenal, es recordado "como la encíclica del diálogo". Y si "Moisés y Elías hablan con Jesús, si el Padre desde el cielo dirige su voz a los hombres", señaló, "significa que en el Paraíso no sólo está el coro de los ángeles cantando", sino que "también hay diálogo entre los santos": inmersos como están "en el amoroso diálogo trinitario, los santos del Paraíso también dialogan". Por eso, "si también hoy, como esperaba Pablo VI, la Iglesia en la tierra quiere convertirse en palabra, mensaje y conversación, debe tener en los "diálogos" de la Iglesia en el cielo su inspiración, su modelo, su criterio".
Francisco, en continuidad con el Magisterio de Pablo VI
Para concluir, el cardenal instó a "dar gracias al Señor por el don que ha hecho a la Iglesia en la persona de San Pablo VI", e invitó a "rezar por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco", subrayando que muchas de sus palabras deben leerse "en continuidad con el Magisterio de Pablo VI y como su desarrollo". Invoquemos también la intercesión de este "querido santo", añadió, "para que aumente también en nosotros el amor, la fidelidad y la dedicación a la Santa Iglesia".
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