Tarantola: en un mundo cambiante se gana con la cooperación
Federico Piana – Ciudad del Vaticano
“Solidaridad, cooperación y responsabilidad" es el título de la conferencia internacional que se inauguró hoy en el Aula Nueva del Sínodo de la Ciudad del Vaticano y que se concluirá mañana, 22 de octubre. Tres sustantivos impregnados de esperanza que la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice, organizadora de este evento, ha querido acompañar con el subtítulo: "Antídotos para combatir las injusticias, las desigualdades y las exclusiones".
Confrontación abierta y sincera
Título y subtítulo, por tanto, serán la estrella que guíe el debate entre eminentes ponentes de diversas disciplinas de todo el mundo, como el Premio Nobel de Física del 2018, Gérard Albert Mourou, y los responsables de la Curia Romana, entre ellos el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, y el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Los debates y las mesas redondas se centrarán en las encíclicas Fratelli tutti y Laudato si’, que, según los organizadores, "representan la continuidad de la Doctrina Social de la Iglesia en la historia". Para cerrar el evento, el sábado 23 de octubre el Papa Francisco recibirá en audiencia a todos los participantes en esta conferencia.
Valores fundamentales para afrontar los retos
"El objetivo de este evento es analizar cómo se pueden poner en práctica los valores de solidaridad, cooperación y responsabilidad", explica Anna Maria Tarantola, presidenta de la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice. A la vez que explica:
En la entrevista que nos ha concedido Anna Maria Tarantola, aludiendo a los retos que exigen cambios nos dijo:
Sí, cambios que hacen época: en los modelos de negocio y de liderazgo, en la gobernanza, en los paradigmas educativos y de la comunicación. Pero son cambios que no pueden lograrse sin anclarse primero en los principios de solidaridad, cooperación y responsabilidad. La pandemia nos demostró que sólo cuando fuimos capaces de poner en práctica estos tres valores, las cosas mejoraron y se obtuvieron resultados notables.
Esto es lo contrario de cerrarse y levantar muros...
Que no han dado resultados. En cambio, gracias a la solidaridad pudimos superar las primeras oleadas de la pandemia. Ahora el reto – y el Santo Padre nos lo ha recordado – es conseguir una distribución justa de las vacunas, para ayudar a los países más pobres a superar la crisis. Y, además, el desafío ecológico global no puede ganarse sin la cooperación y la solidaridad. Lo mismo ocurre con el desafío digital: la tecnología debe guiarse por la ética y no por la codicia, como lamentablemente está ocurriendo.
¿Se ha orientado el trabajo de la Fundación Centesimus Annus hacia estos objetivos durante este año?
Todo el trabajo está orientado a ello. Y se lo hace a través del trabajo de nuestros 28 grupos que operan en 12 países. Por ejemplo, algunos de ellos apoyaron, en un hospital católico, una campaña de vacunación que dio excelentes resultados gracias a la presencia de directivos y personal sanitario inspirados y motivados por la solidaridad.
En su opinión, ¿el cambio tiene que venir de arriba, de los líderes, o de abajo?
También tiene que haber un movimiento desde abajo. Eso es lo que también muestra Greta Thunberg: empezaron desde abajo y están teniendo un impacto muy grande. Pero necesitamos una conciencia desde arriba, desde los líderes. Esto es realmente necesario.
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