El Nuncio de Ucrania: "La situación en Kiev es grave pero la solidaridad es total"

Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano

"La crisis humanitaria es muy fuerte. Llevo esta preocupación en mi corazón, y no siempre es posible ayudar. A veces, ni siquiera organismos como Caritas o la Cruz Roja pueden hacer nada". Estas son las palabras de alarma de Monseñor Visvaldas Kulbokas, Nuncio en Ucrania, en una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada.

El prelado se detiene en los primeros días tras el estallido del conflicto y también en las dificultades que se están afrontando, destacando la contribución de muchas organizaciones, no sólo católicas, sino también ortodoxas y musulmanas, que se esfuerzan "por llegar a las personas y redistribuir los alimentos, tratando de evacuar a los que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad, tal vez de los lugares donde no tienen electricidad ni calefacción".

"La solidaridad", dice el Nuncio, "es total". Monseñor Kulbokas explica que pasa mucho tiempo al teléfono para organizar la ayuda y gestionar las solicitudes de intervención.

En el dolor hay coraje

"Hay mucha preocupación", dice, pero la gente muestra su coraje. "Sentimos que debemos afrontar esta tragedia juntos, ayudarnos mutuamente y rezar mucho". Sin embargo, se vive en un ambiente "surrealista", "como en una película", "por eso me digo a mí mismo y también a muchos creyentes que nuestras principales armas son la humildad, el abandono total en Dios, la solidaridad y el amor". 

En esta guerra -concluye el Nuncio- hay algo de maligno. Podemos responder todos juntos "con ayuno, con oración, con mucha humildad y amor". "Estos momentos dramáticos de la guerra nos instan -como dice el profeta Isaías- a mirar a nuestro Dios con ojos nuevos, con ojos de confianza, humildad y conversión".