Gallagher en Ucrania: ver la guerra en la televisión no es como tocarla en la realidad
Mariusz Krawiec - Leópolis
El sufrimiento de un pueblo que huye de la guerra y la determinación de la Santa Sede de hacer todo lo posible para lograr la paz. Estas son las cuestiones que aborda el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, al inicio de su misión en Ucrania.
Usted vino a Ucrania como delegado del Santo Padre. ¿Cuál es el objetivo principal de esta visita y cuáles son sus primeras impresiones?
El objetivo principal es devolver la visita que el Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, realizó hace tiempo al Vaticano. Le había dicho que vendría pero no fue posible en los últimos meses, luego estalló la guerra y fijamos una fecha a principios de este mes, pero lamentablemente contraje el Covid, así que esa fecha se canceló. Hemos fijado una nueva fecha para el viernes 20 (mayo) en Kiev y eso es lo que haremos, pero como todo el mundo sabe es muy difícil llegar a Ucrania, a Kiev y a Leópolis en particular momento, se necesita tiempo pero esto también nos permite hacer algunas visitas y hablar con diferentes personas. Visitamos la iglesia latina, la iglesia greco-católica, visitamos algunas estructuras eclesiásticas que acogen a los refugiados, como un monasterio y una parroquia. Me ha gustado mucho ver cómo la Iglesia ha respondido a esta tremenda crisis humanitaria. Es una Iglesia que se identifica totalmente con su pueblo y trata de responder a las necesidades, de ayudar a todos, no sólo a los católicos sino también a los miembros de otras religiones. Veo que hay tensión, inseguridad entre la gente porque no saben qué va a pasar en el futuro.
Somos testigos del sufrimiento de los refugiados que han tenido que dejarlo todo y venir a la parte occidental del país y esto es realmente difícil, especialmente porque la mayoría son mujeres, son niños, jóvenes. Ahora están a salvo, pero no faltan los problemas: dejar sus hogares, llegar a otro lugar y, por supuesto, la separación de sus padres, son cosas que pesan. Es un gran sufrimiento el que se siente entre las personas que están angustiadas aunque el espíritu sea fuerte. Es en todo caso un trauma que está viviendo el país. En Kiev tendremos reuniones con las autoridades, pero fue bello estar en Leópolis y celebrar la misa y con el arzobispo Mokrzycki, tener una larga charla con los obispos de la Iglesia greco-católica. Nunca había estado en Ucrania, conocí a varias personalidades en Roma, pero no es lo mismo estar aquí. Ver la guerra en la televisión es una cosa, tocar esta realidad es otra. También quisiera expresar mi apoyo y solidaridad en nombre del Santo Padre.
En su opinión, ¿qué más puede hacer la Santa Sede por la paz en Ucrania?
La Santa Sede y el mismo Santo Padre están dispuestos a hacer todo lo posible, la Santa Sede continúa su actividad diplomática con contactos con las autoridades ucranianas y también a través de la Embajada de Rusia ante la Santa Sede tenemos algún contacto con Moscú. La Santa Sede desea seguir fomentando el envío de ayuda humanitaria y, al mismo tiempo, sensibilizar a la comunidad internacional y e sto siempre es necesario. Desgraciadamente en todos los conflictos, también lo hemos visto en Siria o Líbano con los muchos problemas que ha tenido, al cabo de un tiempo aparece el cansancio, incluso en el apoyo a un pueblo en dificultades. El cansancio llega también por el hecho de que no se encuentra una solución, de que las cosas continúan durante un largo tiempo, así que lo que intentamos hacer, lo que ha hecho el Papa es lanzar muchas intervenciones, muchos momentos de oración y muchos llamamientos para que se acabe la guerra en Ucrania, seguiremos en esta dirección.
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