Parolin: una escalada de la guerra en Ucrania amenazaría a toda la humanidad
Vatican News
La preocupación de la Santa Sede por una "posible escalada" de la guerra en Ucrania fue expresada ayer por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, durante un encuentro con la prensa en Zagreb con motivo de su visita a Croacia por el 30º aniversario del reconocimiento de la Santa Sede de la independencia de la República Croata y el 25º aniversario de la ratificación de tres tratados entre el Vaticano y el país balcánico. El cardenal llegó a la capital croata anteayer por la tarde.
"Teniendo en cuenta la capacidad de destrucción de las armas" que se poseen en la actualidad, dijo, una ampliación del conflicto sería una "amenaza para la destrucción de toda la humanidad". A continuación, recordó las contundentes palabras del Papa Francisco contra la locura de la guerra y su disposición a hacer todo lo posible para contribuir a la paz, ofreciendo la mediación del Vaticano y diciendo también que estaba dispuesto a ir a Moscú, oferta que hasta ahora no ha sido aceptada. "Parece que en este momento hay pocas esperanzas - dijo Parolin -de que se pueda llegar a una conclusión consensuada de la guerra", pero la Santa Sede sigue estando disponible para ayudar a poner fin a esta guerra lo antes posible.
La misa en Zagreb
De los dramáticos acontecimientos que están sacudiendo a Europa habló también el cardenal Parolin durante la misa celebrada en Zagreb. En su homilía, señaló que " las tinieblas de la guerra oscurecen incluso la luz de la razón humana y parecen derrotar hasta el sentido común. Durante los dos últimos años hemos vivido en la oscuridad de la pandemia, sin saber qué hacer. Todos los intentos de solución parecían inadecuados". Después de la pandemia llegó el conflicto de Ucrania: "En tales experiencias 'tenebrosas' nos encontramos desorientados -comentó-, pero la luz de Cristo resucitado es más fuerte y da esperanza y consuelo, también a través de sus testigos". Entre ellos, citó al beato Alojzije Stepinac: "En estos tiempos de guerra en Europa -concluyó- vale la pena recurrir a su intercesión". "Hoy, como él entonces, nos enfrentamos al mal que nace en el corazón de los hombres y tiende a ocupar las mentes y las almas".
El encuentro con los obispos croatas
La visita a Zagreb comenzó por la mañana con un encuentro con los obispos croatas, a quienes llevó el saludo y la cercanía del Papa. "A lo largo de los siglos- afirmó Parolin- el pueblo croata siempre ha mostrado una innegable lealtad a la Sede Apostólica. Por otra parte, muchos Papas han apreciado el crecimiento de los vínculos estrechos con el pueblo croata y han dado innumerables muestras de benevolencia hacia esta Iglesia y esta tierra. Tras los años de la dictadura comunista, durante los cuales se hizo todo lo posible, mediante una persecución sangrienta y sistemática, para romper los lazos del pueblo croata con los Sucesores de San Pedro, el 25 de junio de 1991, Croacia, junto con Eslovenia, proclamó su independencia de la entonces Yugoslavia. Uno de los signos concretos de la cercanía de la Santa Sede al pueblo croata -subrayó- fue precisamente el reconocimiento de la independencia de Croacia el 13 de enero de 1992. Como es sabido, la Santa Sede fue de las primeras en dar este paso y, menos de un mes después, el 8 de febrero de 1992, la Santa Sede y Croacia establecieron relaciones diplomáticas, las primeras en la más que milenaria historia de la nación croata".
"En estos 30 años- añadió el Secretario de Estado-el país y la Iglesia local han dado pasos muy importantes, que la Santa Sede ha seguido con gran atención. Pocos años después de la independencia, el Gobierno reconoció el especial papel histórico y cultural de la Iglesia local, así como su posición social, y firmó y ratificó cuatro Acuerdos bilaterales con la Santa Sede, entre 1996 y 1998. Se creó el Ordinariato Militar y otras cinco diócesis. Ha vuelto la enseñanza religiosa en las escuelas y la enseñanza de la Teología en las universidades estatales. Se abrió la Universidad Católica Croata en Zagreb, así como varias escuelas católicas, y se construyeron o renovaron numerosas iglesias", y así, "gracias al compromiso común - afirmó - se establecieron buenas relaciones entre la Iglesia y el Estado".
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí