Peña Parra: La sinodalidad según Francisco y el camino del tercer milenio
L'Osservatore Romano
El Papa Bergoglio ha dado "nuevos e importantes impulsos a la perspectiva de la sinodalidad en la Iglesia, hasta el punto que algunos autores hablan incluso de una sinodalidad en tiempos de Francisco", subrayando con esta expresión que "ha querido hacer de la perspectiva de una Iglesia sinodal un punto fuerte de su pontificado". Sin olvidar, por supuesto, que la sinodalidad constituye "un dato permanente de la conciencia eclesial". Así lo señaló el arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado, al intervenir en una conferencia celebrada en la mañana del miércoles 11 de mayo en el Instituto Superior de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Lisboa, Portugal.
Dedicado al tema "Sinodalidad y comunión en el Magisterio del Papa Francisco: una interpretación a la luz del Derecho Canónico", el encuentro ofreció al prelado la oportunidad de examinar las distintas intervenciones del Magisterio del Pontífice para perfilar "los principales contextos en los que presenta la sinodalidad entendida como expresión de la eclesiología de comunión".
El primer documento relevante para el tema es la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, que "todavía no hace referencia explícita al concepto de sinodalidad", aunque "se pueden identificar al menos dos principios fundamentales para la elaboración posterior de este concepto". El primero es el "principio misionero", según el cual "la comunión en la Iglesia se configura esencialmente como comunión misionera". En ella, todo bautizado es "sujeto activo de la evangelización". Y para ello, es necesario desarrollar instrumentos de participación y "otras formas de diálogo pastoral, con el deseo de escuchar a todos y no sólo a algunos, realizando así el sueño misionero de llegar a toda persona". El segundo principio enunciado es el de la "descentralización", que el Papa califica de "saludable" y que, en los próximos años, se pondrá en práctica a través de diversas intervenciones legislativas, entre ellas, la reciente constitución apostólica Prædicate Evangelium.
El trabajo sinodal sobre la familia en los años 2014 y 2015 y la exhortación apostólica relacionada Amoris lætitia, muestran entonces "un progreso muy interesante en el método sinodal y, como tal, puede considerarse una prueba de la sinodalidad vivida". En este sentido, monseñor Peña Parra recordó el discurso -quizá el más importante sobre la sinodalidad- que el Pontífice pronunció el 17 de octubre de 2015, con motivo del 50 aniversario de la constitución del Sínodo de los Obispos.
En este texto, el Papa Francisco describe la sinodalidad como "el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio". Citando a San Juan Crisóstomo, según el cual "Iglesia y Sínodo son sinónimos", el Papa define la sinodalidad como "una dimensión constitutiva de la Iglesia". Esto implica "una comprensión más específica del propio ministerio jerárquico": si la Iglesia es un continuo caminar juntos, "dentro de ella nadie puede ser 'elevado' por encima de los demás". Por el contrario, en la Iglesia es necesario que alguien se "rebaje" poniéndose al servicio de sus hermanos de camino".
El Papa Francisco utiliza "una imagen evocadora, comparando a la Iglesia con una pirámide invertida, donde la cúspide está por debajo de la base". Según el Pontífice, la Iglesia sinodal es "una Iglesia de la escucha, una escucha enraizada en el sensus fidei de la totalidad de los fieles", que "impide una rígida separación entre Ecclesia docens y Ecclesia discens".
El sustituto también recordó que durante el pontificado de Francisco, la Comisión Teológica Internacional realizó un estudio sobre el tema, cuyo fruto se publicó en el documento "La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia", con fecha 2 de marzo de 2018. El documento "no sólo resume la posición general de la Iglesia, sino que parece dar una clave del pensamiento del Papa sobre la sinodalidad", introduciendo una "visión eclesiológica que promueve el desarrollo de la comunión sinodal entre 'todos', 'algunos' y 'uno'". En este sentido, Peña Parra precisó que la sinodalidad implica "el ejercicio del sensus fidei de la universitas fidelium (todos), el ministerio de dirección del colegio de obispos, cada uno con su presbiterio (algunos), y el ministerio de unidad del obispo y el Papa (uno)". Además, la sinodalidad "no es simplemente un procedimiento operativo, sino el modo particular en que la Iglesia vive y trabaja".
En su Carta al Pueblo de Dios en Camino en Alemania, fechada el 29 de junio de 2019, el Pontífice subraya "la importancia de la guía del Espíritu Santo para toda actividad de carácter sinodal". Porque la sinodalidad "presupone y requiere la efusión del Espíritu Santo". En cuanto a la comunión jerárquica, el Papa distinguió dos dimensiones: "la sinodalidad desde abajo y la sinodalidad desde arriba".
El Pontífice retomó el tema de "la esencialidad del Espíritu Santo para la sinodalidad" en su discurso a los fieles de la diócesis de Roma, el 18 de septiembre de 2021. Recordando el pasaje de los Hechos de los Apóstoles relativo al Concilio de Jerusalén, Bergoglio subrayó la "diferencia entre las asambleas de carácter parlamentario o democrático y las asambleas sinodales en las que el pueblo de Dios escucha "lo que el Espíritu dice a las Iglesias"".
Finalmente, en su discurso, durante el momento de reflexión para el inicio del camino sinodal, pronunciado el 9 de octubre de 2021, el Papa Francisco definió las tres palabras clave del sínodo: "comunión, participación y misión". Mientras que la comunión expresa "la naturaleza misma de la Iglesia y la misión corresponde al compromiso apostólico con el mundo contemporáneo", la participación "hace que las dos primeras, es decir, la comunión y la misión, no se conviertan en términos abstractos", sino que se expresen "en acciones concretas de sinodalidad en cada etapa del camino y de la actividad, promoviendo la implicación efectiva de todos y cada uno". Incluso la reciente constitución apostólica Prædicate Evangelium, señaló el prelado, refleja lo que ya se subrayó en la Evangelii gaudium y se desarrolló posteriormente en las intervenciones papales. Según la nueva constitución apostólica, "el ejercicio mismo del servicio de la Curia Romana debe ser esencialmente sinodal". Como se destacó en la presentación del documento, "la sinodalidad en este contexto particular se realiza como sinodalidad intradicasterial y sinodalidad con la Secretaría General del Sínodo de los Obispos".
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí