Día del Migrante: Sin inclusión no hay futuro
Gabriella Ceraso – Ciudad del Vaticano
Hoy como en el pasado, la contribución de los migrantes y refugiados es fundamental para el crecimiento social, económico, cultural y religioso de nuestras sociedades. En torno a este concepto gira el discurso del padre Fabio Baggio, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, responsable de la Sección Migrantes y Refugiados, en el Palacio San Calixto con motivo de la iniciativa PRO-SIT. Se trata de una de las citas previas a la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2022, prevista para el próximo 25 de septiembre, sobre el tema ofrecido por Francisco, que guía la reflexión del subsecretario: "Construir el futuro con los migrantes y los refugiados".
En particular, el padre Baggio se detiene en el valor que hay que atribuir a la construcción del futuro "con" los migrantes y los refugiados: esto significa – explica – en primer lugar que "la inclusión es una conditio sine qua non" porque sin los migrantes, como sin todas las personas que la sociedad margina, "no sería el Reino que Dios quiere"; pero también significa "reconocer y promover la contribución de los migrantes y los refugiados" a la obra de construcción de un mundo que garantice "las condiciones para el desarrollo humano integral de todos".
Esto es lo que está escrito en el Mensaje del Papa Francisco para el 25 de septiembre, esto es lo que muestra la historia de las grandes civilizaciones del pasado, y esto es lo que se puede ver – dice el padre Baggio – a partir de su propia experiencia como misionero en países como Argentina, Australia y Chile, donde la contribución de los emigrantes, en este caso italianos, llevó al desarrollo de las sociedades que los acogieron.
La mayoría tuvo que luchar mucho al principio y también tuvo que superar los prejuicios y la hostilidad", dice el padre Baggio. "Lo que hizo que la experiencia de la migración fuera aún más dolorosa". Pero, con tenacidad y espíritu de sacrificio, fueron capaces de construir "cosas grandes", colaborando en el desarrollo de ciudades y campos en el extranjero. Han arado miles de hectáreas por primera vez; han dado vida a nuevas industrias; han contribuido a la innovación y a los avances tecnológicos en tantos sectores”.
El encuentro nos hace crecer
Como en el pasado, la contribución de quienes llegan de una tierra diferente y traen consigo "la belleza de la diversidad" sigue siendo fundamental, aunque a menudo permanezca oculta, observa el padre Baggio, en lugar de ser valorada como un gran potencial también "a través de programas de inclusión e integración que amplíen su alcance".
“Es importante destacar – concluye el subsecretario encargado de los migrantes – la verdadera 'bendición' que representan los emigrantes y refugiados católicos para las Iglesias locales, ya que permiten vivir más plenamente la catolicidad, aportando dinámicas revitalizadoras que hacen más bella la experiencia comunitaria”.
La intervención termina haciéndose eco de la advertencia del Papa Francisco: "Construir el futuro es un imperativo que se expresa en primera persona del plural. Es un deber y un compromiso de todos y cada uno de nosotros que debe comenzar inmediatamente, porque el futuro empieza hoy y comienza con cada uno de nosotros".
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