Rumanía: Un signo de gratitud por la acogida de los prófugos
Gabriella Ceraso – Ciudad del Vaticano
Pasos fronterizos, pero también iglesias, casas, hoteles, escuelas: Rumanía, de todos modos, desde el comienzo del conflicto en Ucrania a finales de febrero, ha puesto su territorio, sus instalaciones, sus voluntarios y toda su ciudadanía a disposición para acoger y socorrer a quienes, sacudidos por la catástrofe de los bombardeos, buscaban la salvación o simplemente un lugar tranquilo de tránsito para llegar a otros países. Para mostrar el aprecio y la gratitud de la Santa Sede, en junio comenzará una nueva misión que durará cinco días.
El cardenal prefecto de la Congregación para las Iglesias orientales, Leonardo Sandri, visitará Rumanía desde hoy hasta el 5 de junio. La noticia procede directamente de la Congregación, que remite a su página web para conocer los detalles y los textos relativos también a las reuniones que mantendrá.
La proximidad de la Santa Sede y del Papa
Como ya ocurrió con el Limosnero del Papa, el cardenal Konrad Krajewski, y luego con el cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, y de nuevo en mayo con el Secretario para las Relaciones con los Estados, Monseñor Paul Richard Gallagher, la presencia del Papa y de la Santa Sede se ha hecho concreta.
Así fue en el frente de la asistencia humanitaria, del consuelo de la oración en los días de Pascua, del apoyo a los flujos migratorios y, de nuevo, en el frente de los intentos diplomáticos para encontrar una solución al conflicto. En todos ellos existe el deseo de representar al Papa y al pueblo cristiano que quiere solidarizarse con los ucranianos y decir con el Pontífice: "¡La guerra es una locura! Por favor, deténgase".
Encuentros con un pueblo que lo ha ofrecido todo
Ahora le toca el turno al cardenal Leonardo Sandri, que parte para reunirse con la Iglesia mayor greco-católica rumana y sus pastores a quienes agradecerá lo que se está haciendo para acoger a los refugiados del conflicto en Ucrania, de acuerdo con el resto del episcopado rumano y las autoridades del país. Lo acompañará in situ monseñor Miguel Maury Buendía, nuncio apostólico en Bucarest.
Desde el principio, la situación en Rumanía estuvo marcada por la recepción, y las cifras fueron inmediatamente elevadas dada su posición estratégica en la geografía del conflicto, al ser, junto con Polonia, Hungría y Eslovaquia, uno de los cuatro Estados miembros de la Unión Europea fronterizos con Ucrania.
Hay tres sitios cruciales y a principios de marzo ya había casi 400.000 refugiados, con picos de hasta 18.000 al día, muchos de los cuales han continuado hacia otros destinos. Para los que se quedaron, se abrieron muchas posibilidades de solicitar asilo en el país, pudiendo beneficiarse de alojamiento en los centros de la Inspección General de Inmigración, así como de asistencia material, financiera, médica, psicológica y jurídica especializada, además de tener acceso al mercado laboral, a la escolarización de menores y a actividades de integración cultural.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí