Presentado el Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz 2023
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
El cardenal Michael Czerny, prefecto del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Integral, y la hermana Alessandra Smerilli, secretaria del mismo dicasterio, presentan el Mensaje del Papa Francisco para la 56ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2023, en el Aula San Pío X. En la mesa de oradores también participó el cantante, escritor y actor de teatro Simone Cristicchi, mientras que el economista peruano de la FAO, Dr. Máximo Torero, participó en la conferencia de prensa a través de un mensaje de vídeo.
Una Iglesia al servicio del mundo
El tema del Mensaje es: "Nadie puede salvarse solo. Empezar de nuevo desde Covid-19 para trazar juntos caminos de paz", y la pandemia y la guerra, con sus dramáticas consecuencias, vuelven en las intervenciones. En los primeros momentos de la pandemia, afirma el cardenal Michael Czerny al inaugurar la conferencia, "el mundo estaba sometido a una enorme tensión", no estaba preparado para afrontar un acontecimiento así, en este contexto, el deseo del Papa Francisco es "que la Iglesia esté al servicio del mundo para ayudarnos a todos a responder "como una sola familia humana, como compañeros de viaje que comparten la misma carne, como hijos de la misma tierra que es nuestra casa común". De ahí la creación de la Comisión vaticana Covid-19. Ahora, prosigue el prefecto, miramos hacia delante, la Comisión "ha terminado su trabajo y los dicasterios participantes resumirán sus preocupaciones".
¿Qué hemos aprendido de Covid?
El mensaje resume las preocupaciones de hoy formulando numerosas preguntas: "¿Qué hemos aprendido del Covid? ¿Qué lecciones podemos aprender de este momento de crisis? ¿Qué señales de vida y esperanza podemos recoger? Después de todo lo que hemos sufrido, ¿cuál debe ser nuestra visión de la humanidad y la sociedad para el futuro?". ¿Cuáles son, se pregunta finalmente el Cardenal Czerny, las lecciones de la época de Covid en relación con la paz?". Y concluye con las palabras de Francisco: "Dejémonos cambiar el corazón por la emergencia vivida y volvamos a poner la palabra en el centro".
Salud, trabajo y alimentación "para todos"
Sor Alessandra Smerilli continúa la reflexión del cardenal recordando la expresión repetida muchas veces por el Papa: "De una crisis no se sale igual: o se sale mejor o peor". Es por tanto el momento de preguntarnos, como individuos y como comunidad: tres años después, ¿estamos mejor o peor?". La religiosa explica que "la Comisión Covid-19 cerrará sus trabajos "porque a partir de ahora todo el dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral trabajará del modo en que trabajaba la Comisión, es decir, en escucha y diálogo directo con las Iglesias y las realidades locales de cada continente y en colaboración con otros organismos y dicasterios". Y anunció la promoción de un nuevo grupo de trabajo, la "Catholic Response For Ukraine" (CR4U), en el que participan numerosos actores católicos comprometidos con el apoyo a la población ucraniana. "De hecho, el Papa Francisco nos había pedido 'concreción'", dice Smerilli, "e intentaremos seguir por este camino", según las prioridades que indicó: salud, trabajo y alimentación, con una insistencia: "para todos".
Volvamos a poner "el todo" en el centro
En el videomensaje, Máximo Torero, experto en seguridad alimentaria, subraya cómo "ese derecho fundamental que nos asiste a todos, el de no pasar hambre, está hoy en peligro como nunca antes". Las causas son múltiples, pero lo cierto es que "828 millones de personas han pasado hambre en 2021, lo que supone un aumento de 150 millones más que en 2019, antes del estallido de la pandemia, y las proyecciones más recientes indican que en 2030 más de 670 millones de personas podrían seguir sin tener lo suficiente para comer". A continuación, subraya que en el mundo "hay comida suficiente para alimentar a todo el mundo", pero lo que falta "es la capacidad de comprar los alimentos disponibles debido a los altos niveles de pobreza y desigualdad" que el Covid primero y la guerra de Ucrania después han incrementado. "La gravedad de la situación exige un enfoque integral para abordar el problema del hambre", afirma Torero, "debemos entender que si no actuamos con fraternidad y solidaridad no podremos resolver los inmensos retos a los que nos enfrentamos hoy". Y el economista hace suyas las palabras del Papa Francisco cuando afirma que debemos poner "el todo" en el centro de nuestros intereses, concluyendo: "Volvamos a poner "el todo" en el centro y aprendamos de las crisis de hoy para construir un mundo mejor mañana".
Atención, humildad y cuidado: las tres palabras del Mensaje
Cerró la conferencia, con una emotiva contribución artística, Simone Cristicchi, que explicó por qué había participado en la presentación del mensaje del Papa. Creo que el arte puede convertirse en un poderoso megáfono para transmitir mensajes tan importantes como el de Francisco", afirma, "especialmente la música. Como compositor", prosigue, "siento una gran responsabilidad hacia este instrumento. Y relata: "Durante la pandemia reflexioné mucho sobre el tema de la felicidad y en el texto del Papa identifiqué tres palabras clave. La primera es la atención, que significa "volver mi alma hacia algo, salir de mí mismo, de la prisión de mi ego para darme cuenta de que los demás también existen". Es una palabra para volver a empezar: estar alerta y cuidar el microcosmos en el que vivo". La segunda palabra es humildad: "Ser humilde es sentirse como un campo arado", dice, "y sólo si estoy así, en un estado de apertura total, puedo recibir los dones que todos pueden aportarme, puedo aprender de todos y dar las gracias a todos.
"Cuidado" es la tercera palabra identificada por Cristicchi y está en el corazón del Mensaje del Papa. Hay un vacío que pertenece a todo ser humano, observa, y "desde el momento en que somos arrojados al mundo buscamos esa sensación de plenitud que puede encontrarse a través del amor". La palabra cuidado está también en el corazón de su canción: "Take care of me", que canta al final de la conferencia, "una especie de plegaria universal de amor, una petición de ayuda, una declaración de fragilidad, que cada uno puede interpretar y sentir como propia". Una oración del hombre a Dios, concluye, pero quizá también de Dios a la humanidad, porque Dios "nos necesita para completar su obra".
(De la letra de la canción "Take care of me").
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