Czerny: Cáritas está lista para funcionar y servir mejor en el futuro
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano
Quiere dejar claro que la decisión del Papa Francisco, en noviembre del año pasado, de nombrar un comisario extraordinario para relanzar el organismo que coordina los 162 organismos caritativos de la Iglesia, con el fin de resolver las deficiencias en el funcionamiento del Secretariado General, no pretendía "poner en duda los logros admirables y necesarios de Cáritas Internacional o de cualquiera de sus organizaciones miembros de Cáritas".
El Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, hablando en la mañana de este viernes 12 de mayo en la Asamblea General de la Confederación que se está celebrando en Roma del 11 al 16 de mayo, dedica gran parte de su discurso a lo sucedido en los últimos meses y subraya "el inmenso valor" de la institución, recordando lo que se hizo durante la pandemia del Covid-19 por las personas necesitadas: "Las agencias locales de Cáritas, a menudo apoyadas por otros miembros en otros lugares, han sido muy activas en la organización de refugios, servicios y medios de supervivencia. Hemos publicado boletines llenos de historias de este excelente trabajo local". Así pues, Czerny comenta que "el nombramiento de un administrador temporal del Secretariado General y los órganos de gobierno el pasado mes de noviembre nunca fue una crítica al buen trabajo que se está realizando en toda la Confederación".
Las razones de la medida del Papa
En cuanto a las causas que han llevado a lo que ha llamado "comisariato", el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral -institución que tiene "el mandato de acompañar a Caritas Internacional"- precisa que "algunas personas que trabajan en la Secretaría General se han quejado de problemas en el trabajo".
Por este motivo, se emprendió "una investigación sistemática" que reveló "patrones de relaciones y procesos en el lugar de trabajo que impedían el correcto funcionamiento del Secretariado General", lo que "socavaba el bienestar del personal" y "ponía en peligro las operaciones, el nombre y la reputación no solo de Cáritas Internacional, sino de toda Cáritas". Tomando nota de todo ello, "el Papa hizo cambios en la dirección y encargó una revisión de los estatutos para que las nuevas normas y prácticas permitieran a los órganos federales competentes identificar y resolver mejor los problemas futuros". "El trabajo comenzó inmediatamente; comenzó la curación", subrayó el cardenal Czerny, "se revisaron los estatutos". A continuación, el Secretariado preparó la Asamblea General y Cáritas Internacional "está lista para funcionar y servir mejor en el futuro".
Un reinicio según las nuevas normas
Consciente de que, en cualquier caso, lo ocurrido puede haber causado tristeza, decepción o amargura, el Purpurado vuelve a detenerse para analizar lo sucedido y explica que "el nombramiento de un administrador temporal fue un acto de amor y cuidado, no una denuncia, porque Cáritas está cerca del corazón del Papa, de la Iglesia, del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Era una llamada necesaria para reparar y poner a punto un organismo esencial para toda la Iglesia".
Ahora, Cáritas Internacional se prepara para volver a empezar, tal y como se recoge en la reciente constitución apostólica Praedicate Evangelium, según los nuevos estatutos, en los que se afirma que la articulación de su misión, "la elección de las prioridades, la selección de las vías y de los medios para alcanzar los resultados, la evaluación de los resultados y la corrección de las eventuales carencias dependen enteramente" de ella. "Nos alegramos y damos gracias por los servicios de Cáritas -caridad, socorro, desarrollo, justicia- que nos piden nuestra fe y nuestra Iglesia", sostiene Czerny, "son la espiritualidad y la praxis del Buen Samaritano".
Una gran familia con mucho potencial
En cuanto al funcionamiento de Cáritas Internacional, Czerny declara, pues, que "proceder como un único organismo con muchos miembros en todo el mundo es, por supuesto, inherentemente difícil" y reconoce que "habrá momentos en los que funcionará con torpeza y en los que los esfuerzos parecerán costosos e ineficaces. (...) Se necesita paciencia, y dado que la confederación "es una gran familia con un gran potencial nacido de la fe y las diferencias", hay margen de mejora para que pueda prosperar y crecer.
Cáritas Internacional "en su variedad, refleja la Iglesia a menor escala: una koinonia o comunidad mundial dispersa, que existe en casi todas partes, caracterizada por un modelo de relaciones participativas y de gobierno compartido", prosigue el Prefecto, que ve en el organismo las semillas de la sinodalidad.
Citando una vez más el nuevo reglamento de Cáritas Internacional, Czerny recuerda que "los estatutos y los procedimientos no son más que palabras", que "no pueden lograr nada sin las competencias y la dedicación" de los hombres y mujeres comprometidos con la asociación. De ahí procede la invitación a dedicar las mejores energías y recursos "al desempeño de estas funciones estatutarias y también al gobierno de esta insustituible Confederación" y a tener presente, como exhorta constantemente el Papa Francisco, "rezar al Señor para pedirle guía y fortaleza".
Siguiendo el ejemplo del servidor bueno y fiel
Concluyendo su discurso, el Cardenal Czerny agradeció a la administración interina su trabajo y expresó su gratitud "a la anterior dirección por su contribución, en particular por allanar el camino para una red más fraternal de Cáritas Internacional, con los niveles internacional y regional mejor integrados y con Cáritas de diferentes naciones aprendiendo a trabajar mejor juntas en una misión compartida de servicio a la humanidad".
"Cambiar para el futuro no significa negar los logros del pasado", señala el cardenal, "desde este momento, sigamos el ejemplo del 'siervo bueno y fiel' que sabe utilizar los bienes con inteligencia y evita cualquier sugerencia o tentación contraria a Cáritas". A continuación, dirige su deseo a todos: "Que trabajen juntos, guiados por la brújula de la palabra de Dios y aprovechando al máximo sus múltiples capacidades. Que todos los caminos que recorran favorezcan la reconciliación, dejando atrás las divisiones del pasado y las tensiones que los privan de la alegría del Evangelio". El Prefecto augura que sean capaces de trazar "los mejores caminos, para seguir siendo el rostro y el brazo 'amoroso' de la Iglesia".
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