Scherer: La generosidad de los fieles, un apoyo a la Santa Sede
Vatican News
El Consejo para la Economía, instituido por el Papa Francisco en 2014 con el cometido de supervisar la gestión económica y vigilar las estructuras y actividades administrativas y financieras del Vaticano, se ha reunido estos días en Roma. A la reunión asistió también el cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San (Brasil) y miembro de este órgano. Silvonei Protz le entrevistó.
Eminencia, ¿qué trabajo realiza el Consejo de Economía?
El Consejo para la Economía es uno de los organismos creados por el Santo Padre Francisco para la administración de los bienes y de la economía de la Santa Sede: está al servicio de la Secretaría para la Economía y del Santo Padre. Tiene la tarea de supervisar y discernir las cuestiones económicas y el desarrollo de las actividades de los diversos organismos económicos de la Santa Sede, con el fin de orientar y asesorar a quienes luego tienen que tomar decisiones, es decir, la Secretaría para la Economía y el Santo Padre. Los miembros del Consejo de Economía se reúnen 4 o 5 veces al año y cada vez tienen un orden del día, cuestiones que evaluar, y de estas reuniones salen directrices que luego se ponen en manos del Santo Padre. No es un Consejo Ejecutivo, esto es responsabilidad de la Secretaría para la Economía y de los otros órganos de gestión económica de la Santa Sede. El Consejo para la Economía tiene la tarea de vigilancia y supervisión general de la situación económica, administrativa y financiera de la Santa Sede.
¿Cómo están las finanzas del Vaticano?
Yo diría que la Santa Sede no es una isla feliz en un mundo en crisis económica. La Santa Sede también tiene dificultades para hacer frente a sus necesidades cotidianas y al final del año el presupuesto suele estar en números rojos o casi. Esta situación no es nueva y la solución siempre ha sido la generosidad de los fieles, las pequeñas o grandes donaciones de los fieles y de los organismos de la Iglesia. El derecho canónico prevé que las diócesis de todo el mundo ayuden a la Santa Sede, especialmente en situaciones de gran necesidad. Y esto funciona. Hay donativos de muchas diócesis, que realmente ayudan a la Santa Sede en cuestiones económicas.
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