Rosario en San Pedro para invocar el consuelo de María
Eugenio Bonanata – Ciudad del Vaticano
Será el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, quien guiará la procesión y el rezo del Rosario previstos para mañana por la tarde en la Plaza de San Pedro. Una cita – la tercera del calendario mariano – que ya se ha convertido en habitual y que suele contar con la participación de numerosos fieles. "La iniciativa enciende el corazón de muchos", dijo a Telepace monseñor Maurizio Barba, coadjutor del capítulo de la Basílica de San Pedro.
"Es la oración del corazón", añade, recordando las palabras del Papa que el miércoles pasado, al saludar a los fieles polacos al final de la Audiencia General, describió el Rosario como una oración "sencilla pero poderosa". El liturgista se detiene en la repetición continua de las mismas palabras, típica de la oración mariana.
La oración de los enamorados
Una característica – observa – que recuerda el "te quiero" dirigido continuamente a la persona amada. Y del Rosario explica su característica:
Una ocasión para sentirse Iglesia
También hay que tener en cuenta el aspecto contemplativo. "A través del Rosario – continúa monseñor Barba, que cita el Rosarium Virginis Mariae de san Juan Pablo II – meditamos sobre los misterios de la vida de Jesús, a los que la Virgen siempre ha estado asociada. Por tanto, la oración nos permite conocer a María junto con Jesús". Y es significativo – subraya – que tantos fieles estén precisamente en la Plaza de San Pedro.
Estamos en el centro del cristianismo, en el lugar iluminado por el testimonio del apóstol Pedro a quien Jesús le dijo: 'Tú eres Pedro y sobre esta piedra fundaré mi Iglesia
Un lugar que también se convierte en espacio de encuentro en estas tardes de mayo. Y añade:
Todos juntos – concluye el prelado – para invocar la ayuda de la Madre del Señor por la paz, la protección y el consuelo.
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