Impagliazzo: contra el abuso de las armas relanzar la diplomacia de paz
Maria Milvia Morciano y Luca Collodi - Ciudad del Vaticano
Un país que quiere crecer a pesar del drama que se desarrolla en sus fronteras y de la larga ola de lo sucedido internamente, con los centenares de víctimas entre enero y marzo de este año documentadas por la misión de la ONU (Unmiss). Este es el panorama actual de Sudán del Sur, nación visitada por el Papa a principios de febrero, que aún está saliendo trabajosamente de la devastación de la guerra civil de 2013-2018, pero que sufre las consecuencias de aquella crisis y tiene que contar con el conflicto en curso en el vecino Sudán, que ha llevado a medio millón de personas a huir a través de la frontera, según las últimas estimaciones de ACNUR. Uno de los mayores conocedores de la situación es sin duda la Comunidad de Sant'Egidio, comprometida con la reconciliación en Sudán del Sur. Su presidente, Marco Impagliazzo, está hoy en la ONU para dar testimonio del trabajo realizado y desde Nueva York responde a los medios vaticanos.
Presidente, ¿a qué se debe esta invitación de las Naciones Unidas?
Fuimos invitados al Consejo de Seguridad por la presidencia de los Emiratos Árabes, para llevar a cabo una intervención sobre el trabajo de paz en Sudán del Sur. En Sant'Egidio existe, de hecho, la Iniciativa de Roma, que reúne a todos los opositores, a los que aún no han firmado el tratado de paz con el gobierno y que, tras la visita del Santo Padre a Juba, estamos tratando de llevar a una solución positiva.
Sobre las conversaciones que mantuvieron en las Naciones Unidas, ¿cuáles fueron las conclusiones?
Las conclusiones son que es necesaria una complementariedad con el trabajo que Naciones Unidas hace cada día, porque hay que llegar donde las grandes instituciones no llegan. Así que las comunidades cristianas como Sant'Egidio y muchas otras realidades tienen este valor añadido de estar presentes cada día sobre el terreno junto a la gente y poder escuchar cuáles son las necesidades reales de los pueblos. El Secretario General António Guterres alabó especialmente esta complementariedad.
¿Qué papel puede desempeñar la Iglesia para lograr la paz en estos países?
La Iglesia juega un papel muy importante porque habla a la gente de paz, porque reza por la paz.
No olvidemos el gran valor que tiene rezar por la paz, a partir de las enseñanzas del Papa Francisco, que ha explicado y sigue explicando que sólo nos salvamos juntos, en fraternidad universal.
Presidente Impagliazzo, hoy hasta la diplomacia parece hablar poco de paz....
Hemos visto sobre todo que desde la crisis de Ucrania se ha reducido el tema de la diplomacia de paz. Menos trabajo por parte de las diplomacias frente a un aumento del discurso centrado en las armas y en el uso de las armas. Hay que revertir esto y volver a trabajar por la paz, a hacer diplomacia de paz, a involucrar a todos los actores posibles para restablecer caminos de paz en el mundo.
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