Comastri a los jóvenes: Mediten con Francisco el mensaje de María
Eugenio Bonanata – Ciudad del Vaticano
"El Rosario es una oración maravillosa", exclama el arcipreste emérito de la Basílica de San Pedro, el cardenal Angelo Comastri, al reflexionar con Telepace sobre la importancia de la visita del Papa al santuario de Fátima el sábado 5 de agosto, en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. El purpurado precisó:
Al mismo tiempo, dijo que rezar el rosario es también "un empujón que damos a la historia y un espacio que abrimos a Dios para que Él enderece nuestros caminos". Y ésta es precisamente la clave para dirigirse a todos aquellos que en estos días han elegido ir a un lugar tan rico en fe marcado por las apariciones de la Virgen.
"Escuchar a la Madre"
La exhortación está inevitablemente ligada a los recuerdos personales del cardenal, que evoca con emoción la visita al santuario realizada el 13 de mayo del 2000 junto a san Juan Pablo II, cuando se leyó la tercera parte del secreto de Fátima. En aquella ocasión, Comastri tenía en sus manos la transcripción de un mensaje que la Virgen dio a sor Lucía en 1987 sobre el triunfo del corazón inmaculado de María. Pues bien, la Virgen pidió la contribución de todos para este fin. Al respecto, el cardenal explicó:
El proyecto de Dios
Por eso, ante la movilización de los jóvenes para el encuentro mundial de Lisboa, el cardenal Comastri repitió que no basta con reunirse y tal vez peregrinar al santuario mariano.
Dejar tras de sí un surco de bien
Esto significa básicamente meditar las Escrituras y comprender que la libertad – contrariamente a lo que algunos piensan – no consiste en hacer lo que uno quiere. "Consiste en decir un sí, como el de María – señaló dirigiéndose aún a las nuevas generaciones – miren que hay un plan de Dios también para todos ustedes. Tienen que descubrirlo porque éste es el camino para ser felices y dejar tras de sí un surco de bien".
Las palabras de la Madre Teresa
Lo más necesario para los participantes en la JMJ es, según el arcipreste emérito, la apertura del corazón para emprender con Jesús el camino de la alegría.
Inevitable la referencia del cardenal a la Madre Teresa de Calcuta para subrayar la necesidad de tomarse en serio el Evangelio. "La santa decía a menudo que el Evangelio se vive y que sólo viviéndolo se ilumina la vida. Sin un corazón abierto es difícil. Si el corazón está cerrado – concluyó – también podemos encender mil luces, pero no veremos nada".
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