Domingo del Mar, navegar y avanzar juntos

Maria Camprodon – Ciudad del Vaticano

Como cada año desde 1975, el segundo domingo de julio la Iglesia celebra el “Domingo del Mar”, una fecha que brinda la oportunidad a toda la comunidad católica de rezar por todos aquellos que hacen posible que dispongamos de los bienes de los que nos servimos cada día.

En su mensaje para esta jornada, el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Michael Czerny, destaca que son más de un millón de personas las que trabajan en el transporte de mercancías, “gracias a las cuales nuestra cotidianidad se vuelve posible y la economía se sostiene”. El prefecto observa que pese a esto, no sabemos casi nada de sus vidas, su fe o sus esperanzas; “si hay un esfuerzo que queremos proponernos este año – añade el prefecto – es precisamente el de verificar cómo podemos estar más cerca” consiguiendo que el trabajo de tantos marineros esté “menos alejado del camino y de la fe de todos”.

La pastoral del mar

El prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano ha querido remitirse a los inicios del cristianismo, cuando el Evangelio llegó a todos los rincones del mundo gracias a las grandes embarcaciones. Aludiendo a los Hechos de los Apóstoles, el Cardenal Czerny explica como los mensajeros de la Buena Nueva “vivían y transcurrían su tiempo con los trabajadores del mar, a veces, incluso durante meses, compartiendo con ellos una cotidianidad y abriéndoles la mente y el corazón a la fe”.

Navegar juntos

Apelando directamente a los marinos, el prefecto les ha asegurado que la Iglesia está a su lado. Las alegrías, las preocupaciones, las historias de los que trabajan en el mar también son importantes y “significan mucho para nosotros”, ha manifestado el Michael Czerny.

Finalmente ha recordado que “somos una Iglesia sinodal, es decir, caminamos juntos. Debemos avanzar juntos, navegar juntos, sin dejar a nadie atrás y enriquecernos mutuamente. Que nadie piense que no tiene nada que ofrecer”.