Rueda Aparicio: El aporte de la Iglesia es definitivo en la búsqueda de la paz
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Ya han llegado a Roma los Cardenales que serán creados por el Papa Francisco en dos días, este sábado 30 de septiembre, durante el Consistorio Público Ordinario que se celebrará en la Plaza de San Pedro. Entre ellos, se encuentran siete purpurados hispanoamericanos que se reunieron con los periodistas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede en la mañana de este jueves 28.
En shock y estupefacto: así se siente Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá (Colombia), desde aquel domingo 9 de julio, cuando después del Ángelus el Pontífice anunció su nombre en la lista de los Pastores que serían creados Cardenales.
“Es el asombro de la misericordia de Dios manifestada a través del Papa Francisco, el asombro de la tarea tan grande que el Sucesor de Pedro quiere compartir con el Colegio Cardenalicio de todos los cinco continentes y el asombro por la persona, la historia personal, pero la alegría de estar dispuesto, en nombre de Jesucristo el Señor, a servir”.
El Prelado está dispuesto a continuar trabajando por la paz en el país, que, según comenta, ha sido la elección del Episcopado por décadas. Rueda explica que los actuales Pastores heredan una tradición de lucha por la reconciliación, por la vida de todos los colombianos. En la actualidad, por ejemplo, la Iglesia integra la mesa de diálogo entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno de Gustavo Petro.
La Conferencia Episcopal (CEC) está acompañando el proceso, así como se ha hecho en otros gobiernos. Independientemente de quien esté en el poder, lo que buscan es el bien común de los colombianos que lleve al respeto a la vida. “Toda la violación de derechos humanos a la sociedad civil ha sido uno de los signos dolorosos que nos motiva a nosotros a no perder la esperanza y a seguir trabajando anunciando la buena nueva del evangelio de manera integral”, afirma.
Las negociaciones son lentas, según el líder eclesiástico. En la mesa de participación, la CEC cuenta con un delegado permanente. “Nosotros no somos garantes, pero acompañamos como una especie de puente, de amigos”, aclara. Los Obispos tejen una fraternidad y procuran facilitar que los actores del espacio se puedan sentar y responsabilizarse, no levantarse y dividir. Asimismo, llaman constantemente a caminar por los senderos de acercamiento para que la nación algún día logre la paz: “Lo tenemos como una esperanza cierta”.
A cinco días de la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Rueda resalta que en el país latinoamericano están absolutamente comprometidos en los territorios y están unidos con la Pastoral Social y todos los servidores de la evangelización. “Creemos que el aporte de la Iglesia es definitivo en la búsqueda de la paz y, de mi parte, totalmente comprometido”.
El Arzobispo envía su bendición a todos los oyentes de Radio Vaticana, a todos los rincones, “a la humanidad plena, que es la gran familia de Dios desde la Iglesia católica y a mi patria colombiana con todo cariño, para que el Señor nos muestre el camino de la fraternidad y seamos peregrinos de la esperanza, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
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