Estudio 9. Arzobispo de Madrid: La misión es la identidad de la Iglesia
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
En vísperas del Consistorio Ordinario Público para la creación de nuevos cardenales que presidirá el Papa Francisco este sábado, en la Plaza de San Pedro, en Vatican News dialogamos con Monseñor José Cobo Cano, Arzobispo de Madrid, España, quien será creado cardenal este sábado 30 de septiembre de 2023. Con el Arzobispo de Madrid hablamos sobre la realidad y los retos de la Iglesia en la capital española, el significado de ser miembro del Colegio Cardenalicio, el próximo Sínodo de los Obispos, la misión de la Iglesia en nuestro tiempo, el fenómeno migratorio y el problema de los abusos de menores dentro de la Iglesia.
La carta de identidad de la Arquidiócesis de Madrid
El Arzobispo de Madrid al referirse a la realidad de la Iglesia en la capital española dijo que, considera a Madrid como su casa, donde fue acogido en la fe y en su ministerio episcopal. Además, precisó que su misión pastoral la asume como una “continuidad” de lo que ya se ha venido desarrollando en la arquidiócesis madrileña, sobre todo, “detectando las grandes llamadas que hace la ciudad ahora mismo y ver como la Iglesia se tiene que situar ante ella”.
“Yo creo que hay como tres llamadas fundamentales por dónde vamos a empezar a caminar. Primero, generar actitud de caminar juntos. No simplemente proyectos. Yo siempre digo, no vamos a decir lo que tenemos que hacer sino primero vamos a tener la necesidad de caminar juntos. Este año hemos dicho, vamos a trabajar un poco la identidad de los laicos, pero no con proyectos, sino tenemos la necesidad de sentir que todos somos llamados por Dios. La segunda, es cómo vamos tomando conciencia de ser diócesis. Yo creo que es muy importante en una diócesis tan grande con tanta diversidad y tanta riqueza, y creo que tenemos que buscar puntos de identidad en común. Y el tercero, pues cómo damos respuesta a los grandes retos de la migración, a los grandes retos de la pobreza, a los grandes retos de la misericordia, en definitiva, que es lo que tiene Madrid y qué es la carta de identidad de la Iglesia en nuestro tiempo”.
Mirar a la Iglesia desde Roma y desde la mirada de Pedro
Asimismo, Don José Cobo Cano señaló que, su elección para ser creado cardenal es una llamada a tener una mirada global, no solo teniendo en cuenta nuestras identidades particulares, sino teniendo presente que la Iglesia es universal.
“Pues, primero susto. Estaba en un pueblo muy pequeño para celebrar la primera Eucaristía como Arzobispo y cuando me lo dicen pues no sabía por dónde iba, pero después, cuando vamos tomando un poco de viento, creo que supone el tener una mira muy global de la Iglesia y una mirada, si cabe más cerca del Santo Padre, es decir, aprender a mirar la Iglesia no simplemente desde Madrid sino mirar la Iglesia también desde Roma y desde la mirada de Pedro. Y eso es lo que también puedo aportar, puedo aportar a Madrid, no simplemente mirar nuestras identidades particulares sino hacer el esfuerzo de mirar que la Iglesia siempre es un pueblo mucho más grande”.
El Espíritu Santo es el protagonista del Sínodo
El Arzobispo de Madrid comentando sobre la Vigilia Ecuménica de Oración que se realizará la tarde de este 30 de septiembre, en la Plaza de San Pedro y con la cual se confiará al Espíritu Santo el inicio de la fase universal de la XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, destacó que, todo Sínodo inicia escuchando lo que Dios quiere de nosotros caminando juntos.
“Este proceso es muy viejo, lo hacían los apóstoles al principio. Yo creo que el Papa tiene el don de ‘subrayar’ en cada momento, diciendo esto ya está escrito, pero yo voy a subrayar esto, y yo creo que es muy bonito porque creo que es la primera expectativa del Sínodo, que no es simplemente los resultados, sino como caminar juntos, eso que tanto nos dice el Papa. Creo que para caminar juntos el Papa lo tiene muy claro, quién dirige esto no es un jefe de empresa, esto no es una empresa, esto no es un congreso, donde cada uno va a opinar y a ver qué mayoría gana. Tenemos claro que sí estamos aquí es porque somos llamados por el Espíritu y el que va a tener protagonismo es el Espíritu y el discernimiento no comienza con mi idea, sino con preguntarle a Dios. Y es lo que van a hacer juntos, vamos a preguntar a Dios: ¿Señor tú qué quieres de nosotros juntos? Eso provoca una actitud para el diálogo que es distinta porque ya no voy con lo que yo pienso sino voy con lo que Dios me pide y es el origen de todo Sínodo”.
La misión de la Iglesia es ponerle alma al mundo
En este sentido, Don José Cobo indicó que la misión de la Iglesia para nuestro tiempo es que sea un lugar donde cabemos todos, todos, todos, respondiendo a la llamada de Dios; es decir, un lugar donde la gente de hoy encuentre esperanza y se encuentre con un Dios de la misericordia.
“Creo que la primera misión de la Iglesia es descubrir que la identidad de la Iglesia está ahí, en la misión. No en cómo somos, ni en cómo nos organizamos, sino que nuestra identidad, la Iglesia es misionera, eso supone que nuestra identidad está en que nos está pidiendo Dios para anunciar y eso lo tiene que recolocar todo. La misión, decía el Papa en Evangelii Gaudium, no está en si nos llevamos bien, si nos llevamos mal, si somos de una fracción o de otra, sino como respondemos juntos a la llamada que Dios tiene donde caben todos y ahí estamos en todos, todos, todos, está ahí, en la misión. Luego, la Iglesia en esa misión tiene el gran reto de poner alma al mundo, para que estamos, para dar esperanza y hablar de Dios a nuestro mundo, pero no teóricamente. Lo que la Iglesia necesita es que allí donde haya Iglesia, que haya Iglesia en todos los rincones del mundo, que allí donde haya Iglesia la gente de alrededor encuentre esperanza y se encuentre con un Dios de la misericordia, esa es la misión que tiene ahora”.
Afrontar el fenómeno migratorio con humanidad
Asimismo, el Arzobispo de Madrid dijo que uno de los desafíos que la Iglesia tiene que afrontar en nuestro tiempo es el de la migración. Un fenómeno que afecta a Europa, en general y a España, en particular. Un fenómeno que no se podrá resolver si no se acoge desde la humanidad y si no se toman decisiones políticas globales con responsabilidades globales, de acuerdo a las posibilidades de cada país.
“El Papa lo dejo claro en Marsella totalmente. Primero, creo que tenemos que afrontar el acontecimiento, más que un problema, como un fenómeno, o sea, la migración se ha venido para quedar, Europa no se va a entender si la migración, está en la raíz de nuestro tiempo. En segundo lugar, una vez que es un fenómeno nuevo, llamar a coger el fenómeno desde la humanidad, no desde el número ni de intereses de países. Cuando vienen, vienen personas y vienen personas con situaciones muy complicadas y ya que hemos asumido una sociedad global, asumamos la responsabilidad de forma global, no podemos asumir políticas globales y luego responsabilidades parciales, si tenemos un mundo global, tenemos un mundo global para todo. Creo que ahora mismo los grandes retos que tenemos por delante es normalizar y asegurar que las vías migratorias no sean utilizadas, que haya una seguridad migratoria. También ver las necesidades y las posibilidades de cada país. Y finalmente, contemplar la humanidad de la migración dentro de nuestras políticas y dentro de nuestras decisiones”.
Responder al desafío de los abusos de menores
Finalmente, Don José Cobo Cano indicó que, la misión de la Iglesia también nos lleva a responder al desafío de los abusos de menores dentro de la Iglesia, que según el Prelado español no se dará solo con la creación de oficinas o protocolos, que ya existen, sino con el aprendizaje e interiorización de lo que no hace de la Iglesia un lugar seguro y con el acompañamiento a toda víctima de abuso en la narración de su drama.
“Yo creo que hemos puesto medios, hemos dado un paso muy importante, es verdad, hemos establecido protocolos, pero yo creo que hay procesos más largos que aún quedan. Queda el proceso de aprendizaje, es decir, de aprender qué es lo que hemos hecho mal y que mecanismos de nuestra Iglesia no han funcionado ante los abusos, aprender, pero no simplemente para ponernos protocolos que ya hay sino para interiorizar. Y queda, el gran reto, el acompañamiento a toda víctima, las víctimas, nuestro servicio a las víctimas no se hace solo creando oficinas, sino estableciendo vías de acompañamiento y haciendo que nuestra Iglesia sea segura, pero también sea acogedora y misericordiosa, que una víctima pueda con nosotros darnos la mano, que se sienta creída en la Iglesia y que la acompañamos a hacer la narración de su drama. Este es el proceso que todavía queda”.
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