Hacia el Jubileo con los "cielos abiertos" de El Greco
Maria Milvia Morciano - Ciudad del Vaticano
Una exposición que nace en el corazón de Roma. En el lugar del martirio de una de las primeras santas mártires cristianas, entre las más conocidas y amadas: Inés, nacida en 291 en Roma y muerta en 304 atravesada por la espada, aquí mismo, en la iglesia dedicada a ella llamada 'en agone', porque a lo largo del lado largo del estadio de Domiciano, se inaugura la exposición 'I cieli aperti. El Greco en Roma', el primero de los eventos que acompañarán el Jubileo 2025.
Obras por primera vez en Italia
Se trata de tres obras del pintor griego, natural de Candia, en la isla de Creta, Domínikos Theotokópoulos, apodado más tarde El Greco por las décadas que pasó en España. Dos de estas obras proceden de Toledo: la Sagrada Familia con Santa Ana y el Bautismo de Cristo, del Hospital de Tavera, y la tercera, Cristo abrazado a la Cruz, de El Bonillo, Museo Parroquial. En la presentación intervinieron el rector de la iglesia anfitriona, monseñor Paolo Schiavon, monseñor Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, la embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá, el consejero de Cultura, Miguel Gotor, en representación del alcalde de la capital romana, y, por último, el curador de la exposición y autor del catálogo, don Alessio Geretti.
Las obras están sujetas a una estructura autoportante -para no dañar el mármol de la iglesia- de paneles de fibra y aluminio diseñada por Roberto Pulitani y montada por la empresa Tosetto. La frase programática del proyecto "Jubileo es cultura" destaca en esta escenografía porque, como explica monseñor Fisichella, "el Jubileo es una experiencia de fe, pero también de cultura: en cierto sentido, el peregrino, al venir a Roma, se convierte también en turista, se vuelve curioso y buscador de la belleza". Y bajo el estandarte de la belleza transcurrirá el Año Santo, con el deseo de organizar otras exposiciones en lugares insólitos pero de gran significado: cárceles y hospitales, para llevar la esperanza a través del lenguaje universal de la belleza también a las personas necesitadas. A los medios de comunicación vaticanos, monseñor Fisichella explicó las razones y los objetivos del primer evento con vistas al Jubileo.
Monseñor Fisichella, ¿qué relación tiene esta exposición con el próximo Año Santo?
Es una exposición que quiere expresar que el Jubileo es también cultura. El Jubileo es ciertamente y ante todo una experiencia religiosa, pero, como nos ha dicho también el Papa Francisco, el Jubileo, además de tener un valor espiritual, tiene también un valor social y, por lo tanto, es propiamente una experiencia de preparación al Jubileo. No olvidemos, por cierto, que las obras expuestas son de un gran artista considerado también un artista de la mística del siglo XVI, por lo que estamos aquí en una experiencia cultural, pero también en una profunda experiencia de fe.
Entre los objetivos está el de realizar otros eventos, incluso en cárceles, hospitales, y además hacerlos gratuitos...
Ciertamente, este Jubileo quiere llevar la belleza y el mensaje de esperanza a aquellos lugares donde ésta es todavía sólo un deseo. Así que algunas exposiciones irán a las cárceles, irán a los hospitales, a lugares donde necesitamos llevar, a través de la esperanza, también una expresión de fuerte consuelo y la capacidad de mirar al futuro con valentía.
El Greco, "el hombre tocado por Dios"
Durante su intervención, Monseñor Fisichella explicó que la etimología del nombre griego del artista, Theotokópoulos, significa en italiano "hombre tocado por Dios". En este sentido, la elección de El Greco para abrir la serie de eventos con vistas al Jubileo parece emblemática. El pintor cretense representa la síntesis de Oriente y Occidente, el verticalismo de sus figuras hace ver su trascendencia. El Greco consigue expresar la belleza de Dios con figuras que van más allá de la representación estética. Consigue expresar el misterio de Dios y ante el misterio, la primera reacción es el silencio que contempla ". El pro-prefecto añade también una nota personal: "Cada vez que voy a ver al Santo Padre, en el Palacio Apostólico, me encuentro con un pequeño cuadro con el rostro de Cristo, obra de El Greco. De ahí el deseo de mostrar este artista a todo el mundo. En cierto modo, El Greco ha vuelto a Roma, donde estuvo seis años en el pasado".
En la clausura de la exposición, Don Alessio Geretti acompañó a los participantes a leer las tres obras del artista expuesto, de forma tan magistral como emotiva.
Don Alessio, ¿qué riqueza aporta esta exposición a El Greco?
Una elección como ésta viene determinada en parte por el carácter de este artista. También se podría razonar sobre su carácter en el sentido humano del término, porque era un personaje poco gobernable, en la convicción de que eran los poderosos los que tenían que adaptarse a los artistas y no al revés. Una convicción que le dio no pocos problemas. Pero además de este espíritu libre, siempre impresionó su carácter estético y teológico, generando un lenguaje atemporal a través de sus pinceles. Porque cuando miramos sus obras de finales del siglo XVI o principios del XVII, como estas tres que tenemos aquí, podemos sentir que estamos ante algo de Cézanne por los fondos, o de Kirchner por las figuras alargadas, o de Kandinsky por la concepción del color como un acontecimiento que genera en nosotros resonancias espirituales. Al mismo tiempo hay un resumen de todo lo que había visto en Italia, en Venecia especialmente, y también de sus raíces griegas como escritor de iconos. Un hombre así, cuando pintaba, ponía la materia, la luz, el color y la forma al servicio del espíritu. Conscientemente, porque declaraba que para él el arte es un momento de revelación y no un entretenimiento para los sentidos. Si vamos a empezar a abrir puertas, que es el gesto clásico del Jubileo anticipado, pongamos las obras de arte en lugar de las puertas de las iglesias, como para recordar que las obras de arte son puertas abiertas de par en par entre lo visible y lo invisible, entre lo material y lo espiritual. Y empezamos a movernos incluso cuando nos detienen, inmovilizándonos en su contemplación admirativa.
¿Tiene esta exposición alguna relación con la del Palacio Real de Milán que comienza en octubre, la semana siguiente a la clausura de esta romana?
Es un vínculo providencial e imprevisto. Razonamos en paralelo, luego nos encontramos mientras organizábamos los eventos, porque dos de estas obras se destinarán después a la exposición del Palacio Real. Y de hecho se trata de un anticipo de la exposición sobre El Greco que Milán propondrá a partir de octubre. Pero fueron creadas en paralelo, quizá por una dirección celestial.
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