OIEA, Santa Sede: un mundo sin armas atómicas es necesario y posible
L’Osservatore Romano
«La Santa Sede no tiene dudas de que un mundo libre de armas nucleares es necesario y posible», objetivo para cuya consecución se necesita un «instrumento importante» como el de los «controles de seguridad de la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)». Así lo enfatizó ayer Monseñor Daniel Pacho, subsecretario para el sector multilateral de la Sección para las Relaciones con los Estados y Organismos Internacionales de la Secretaría de Estado, quien intervino en Viena en la 67 conferencia general de la OIEA.
Monseñor Pacho se centró en tres escenarios: Irán, Corea del Norte y Ucrania. En primer lugar, el subsecretario expresó el pesar de la Santa Sede porque Teherán "ha dejado de aplicar sus compromisos en virtud del Plan de Acción Integral Conjunto hace dos años, comprometiendo gravemente las actividades de verificación y seguimiento de la Agencia". De ahí el estímulo del "compromiso continuo con Irán" de la OIEA y sus "informes sobre el programa nuclear iraní".
Asimismo, Monseñor Pacho expresó el agradecimiento de la Santa Sede por "los continuos y pacientes esfuerzos de la comunidad internacional para relanzar las negociaciones sobre el programa nuclear de la República Popular Democrática de Corea". Un programa que, subrayó, "amenaza la integridad del régimen de no proliferación".
En cuanto a Ucrania, el subsecretario reiteró la necesidad de "garantizar la seguridad de la central nuclear de Zaporizhzhia", gracias a los esfuerzos de la OIEA. «Nunca antes – añadió –un país con un programa de energía nuclear tan importante ha sido objeto de un ataque militar. Nunca antes una central nuclear había corrido el riesgo de sufrir daños por una acción militar y había sido cerrada repetidamente. Nunca antes la OIEA había tenido que desplegar un equipo de expertos para mantener una vigilancia continua de una central nuclear expuesta a riesgos tan elevados u obligada a trabajar en condiciones tan peligrosas". La esperanza, por tanto, es que "se pueda lograr un cambio significativo, incluso en situaciones sin precedentes como ésta".
Finalmente, Monseñor Pacho también lanzó una advertencia a todos los países para que recuerden su "responsabilidad moral de construir las bases políticas y económicas de la paz, con el fin de apoyar el desarrollo humano integral y las esperanzas auténticas de todos los pueblos, poniendo al centro la dignidad humana y el bien común". Objetivos a los que contribuye el trabajo del propio OIEA al «poner tecnologías nucleares con fines pacíficos a disposición de los países en desarrollo para ayudar a mejorar la salud, el bienestar y la prosperidad de sus poblaciones».
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