Los Museos del Vaticano celebran a Antonio Canova
Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano
40 años al servicio de los Papas, protagonista indiscutible de la escultura de finales del siglo XVIII y principios del XIX, aclamado en vida como el nuevo Fidias, Antonio Canova, al final de las celebraciones por el bicentenario de su muerte en Venecia en 1822, es festejado a lo grande por los Museos del Vaticano.
La exposición en curso hasta el próximo mes de enero está dividida en diferentes secciones de las colecciones pontificias: en la Sala XVII de la Pinacoteca Vaticana se expone el poderoso busto de Pío VII y el ambiente del estudio romano del escultor que en 1783 eligió como sede de su atelier un palacio entre Via delle Colonnette y Via di San Giacomo, hoy Via Antonio Canova.
Ética, arte y diplomacia
"Ética, arte y diplomacia pueden considerarse los tres atributos de Canova", explica la historiadora del arte, a quien se debe el descubrimiento, en 2010, de algunas obras en los depósitos de la Pinacoteca que, sometidas a una experta restauración, se exhiben ahora en la exposición permanente montada en una de las salas más refinadas de los Museos Vaticanos, hasta ahora inaccesible al público.
Este es el Salón de las Damas, mandado construir por Pablo V Borghese entre 1608 y 1609. Dominaba los jardines y las fuentes monumentales mandadas construir por el propio Pontífice y estaba decorado con los maravillosos frescos de Guido Reni de la bóveda dedicada a Pentecostés, la Transfiguración y la Subida al Cielo.
Importantes funciones institucionales
"Hemos dedicado a Antonio Canova esta preciosa sala situada en la confluencia entre las Estancias de Rafael y la Capilla Sixtina, cerca de la salida de la Galería de los Mapas", explica la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, que participa directamente en la curadoría de la exposición. "Queremos testimoniar nuestro afecto y atención hacia Antonio Canova, un hombre que fue director de museo, superintendente e inspector de antigüedades del Estado Pontificio, un artista fundamental en los años cruciales de la ocupación napoleónica y de la Restauración".
Recuperación de obras de Francia
La referencia es a la acción de recuperación de las obras llevadas por Napoleón a París y que, tras el Tratado de Tolentino en 1799, fueron depositadas en el Museo del Louvre durante veinte años: "Es el momento en el que Canova se consagra como héroe", recuerda Jatta, "héroe de la recuperación de las obras de Rafael, Perugino, Caravaggio y de la restauración pontificia, pero también de la recuperación de la antigüedad y de la tradición, de los valores de nuestra cultura y de la cultura de los Pontífices. La política cultural pontificia valoró su capacidad organizativa, su espíritu de servicio, su interés por la protección y conservación del patrimonio artístico confiado a su vigilante control. Los Museos Vaticanos deben mucho a este personaje extraordinario y por eso hemos decidido celebrarlo".
Salón de las Damas
"No sólo abrimos una nueva sala" hasta ahora excluida del recorrido, prosigue el director de los Museos Vaticanos, sino que "mostramos bocetos inéditos de Canova, obras que muy pocos habían visto antes y que han sido objeto de restauración durante muchos años por parte de nuestro 'Laboratorio de Restauración de Metal y Cerámica': terracotas, vaciados en yeso que no tienen la pureza y la tersura de las obras acabadas de Canova, pero que revelan la primera mano, la invención y la creatividad del artista".
"Estos bocetos son testimonios importantes que atestiguan el recorrido creativo de Canova, sus primeras ideas", confirma Alessandra Rodolfo: "Muchas obras nunca se realizaron": pensemos en la 'Religión católica', rechazada por los canónigos de San Pedro o en la 'Lamentación sobre Cristo muerto', concebida cerca de la muerte del artista. Otras, como 'El autorretrato de Canova' o 'El retrato de Bossi', "son inéditas, estaban almacenadas y nunca se habían tenido en cuenta". También hay una pequeña cabeza de San Giovannino, vaciado de una obra muy rara de Canova, que hizo dos versiones de este tema, una de las cuales nunca se ha encontrado".
Escayola para difundir el arte
Alessandra Rodolfo se centra en particular en el Autorretrato: "un molde del famoso retrato ideal de Canova realizado en 1812 en mármol. Ha sido moldeado varias veces. El escultor lo utilizó como una especie de autopromoción, donándolo un poco como hacía Rafael con sus grabados, para difundir su estilo, su arte. El yeso era una forma de difundir su arte también entre los jóvenes".
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