Madre de la Misericordia aumentó esfuerzos para el Día de los Pobres
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
"No son imágenes para conmoverse", sino personas que piden dignidad. Es la frase fuerte que el Papa Francisco utiliza en su Mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres, prevista para el próximo domingo 19 de noviembre. En una cultura hedonista, los que tienen dificultades crean malestar, son una molestia, deben ser descartados, y entonces es difícil cuidar a los más frágiles. En cambio, la Iglesia está llamada a secar sus lágrimas, a secar sus heridas, y esto se hace desde hace al menos siete años en el ambulatorio "Madre de Misericordia", situado bajo la columnata de San Pedro, junto a las duchas y al otro lado del Palazzo Migliori, dormitorio de tantos sin techo. Todas estructuras queridas y pensadas como una caricia del Papa a los más frágiles.
Con motivo de la séptima Jornada Mundial de los Pobres, el ambulatorio dirigido por el doctor Massimo Ralli ya se ha puesto manos a la obra para intensificar la atención y la ayuda a las personas vulnerables que pasan por el Vaticano. "A partir de hoy, 13 de noviembre, y hasta el sábado 18, el horario -explica el médico- se amplía de 8 a 17 horas, con unos 50 médicos que se alternarán en dos turnos para ofrecer un servicio continuo a los pobres que acudan a nosotros".
Visitas y asistencia
El ambulatorio ofrece exámenes médicos generales y especializados, desde cardiología a odontología, pasando por otorrinolaringología o reumatología. Diariamente se toman muestras de sangre, se vacuna contra la gripe y se pueden tomar hisopos para el Covid-19, que se siguen solicitando, explica Ralli. "El ambulatorio siempre ha crecido en los últimos años, en el último mes", explica, "hemos atendido a unas 1.500 personas, son cifras crecientes. Hace un año hablábamos de 800 personas al mes. Notamos que cada vez hay más demanda por parte de los pobres y necesitados de lo que podemos ofrecer, y esto es muy importante tanto desde el punto de vista sanitario como personal porque muestra toda la ayuda que el Dicasterio para el Servicio de la Caridad ofrece a estas personas aquí mismo, bajo la columnata".
Las enfermedades de la calle y la labor de los voluntarios
Las patologías que más afligen a los pobres son las de la calle, dice el doctor Ralli, luego las del frío: patologías pulmonares y cardíacas pero también las que implican dormir en la calle, es decir, dolores articulares, no faltan diagnósticos de patologías oncológicas. El responsable del ambulatorio sigue destacando el crecimiento a lo largo de los años del número de voluntarios, definidos por el Papa Francisco como "vecinos" y no "superhombres". "Empezamos con pocas personas", añade, "ahora contamos con unas 60, tenemos médicos, tenemos enfermeras, muchos profesionales que ofrecen su tiempo al servicio y esto nos demuestra que hay una gran sensibilidad hacia el prójimo".
Para la Jornada Mundial de los Pobres, el Dicasterio para el Servicio de la Caridad organizará también el almuerzo con los pobres que Francisco ofrecerá en el Aula Pablo VI tras la celebración eucarística matutina en la basílica vaticana. Este año el almuerzo será ofrecido por los hoteles Hilton de Italia. El Dicasterio para la Evangelización, organizador de la Jornada, continuará después, gracias a la colaboración de UnipolSai, apoyando otras formas de ayuda a las familias más necesitadas, a través, por ejemplo, del pago de facturas.
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