Staglianò: "La modificación de los estatutos, una reforma en la estela de la tradición"
Federico Piana - Ciudad del Vaticano
La finalidad de la reforma de los estatutos de la Pontificia Academia de Teología, que el Papa Francisco aprobó con la carta apostólica en forma de "Motu proprio" titulada Ad theologiam promovendam, se resume en un concepto tan simple como eficaz: "El Papa quiere promover la teología. Y lo hace comprometiéndose a reclamar una teología sapiencial". Una convicción que monseñor Antonio Staglianò, presidente de la Academia fundada por Clemente XI en 1718, explica subrayando cómo, precisamente, "la sabiduría está dentro del discurso de la teología". Pero, ¿qué es la teología? Aunque no a todos les guste esta definición, podemos decir que es 'forma crítica': razonamiento crítico, logos, reflexión. Es decir, usamos la cabeza entrando en el fondo de las cosas que acogemos con la fe.
Comunicar el Evangelio a todo hombre
La comunicación extendida a cada hombre en cada rincón de la tierra es una parte esencial de la teología, ciertamente no puede ser ignorada. "Las cosas que la fe conoce creyendo -explica monseñor Staglianò- y las conoce por la Revelación, necesitan ser comunicadas a todos, porque el Evangelio está destinado a todos". Pero en nuestra era hipertecnológica, ¿dónde está ese "todos"? El presidente de la Pontificia Academia Teológica responde haciendo una premisa: "Sólo unos pocos vienen a la iglesia: desgraciadamente nuestras iglesias están abandonadas, sobre todo por los jóvenes. Y los jóvenes están dispersos en la sociedad del hipermercado, están dispersos en los estadios siguiendo a sus cantantes favoritos".
Nuevas lenguas
Dirigirse a quienes han perdido la fe o nunca la han encontrado, o incluso no quieren encontrarla, se convierte en un imperativo de la Pontificia Academia de Teología. El lenguaje teológico, por tanto, debe ser recuperado. "El Papa lo dice en referencia a la evangelización", afirma monseñor Staglianò, según el cual "la vía teológica es la vía del razonamiento crítico". Y el lenguaje formalizado de la ciencia, porque la teología es ciencia, no puede ser bueno para toda la gente, para los que están aculturados y para los que no lo están". Por eso, se necesita un lenguaje distinto, más comprensible: "Hay que volver a proponer la operación que hizo Jesús cuando anunció el Reino de los Cielos por las calles de Palestina: se expresó con un lenguaje simbólico. También la teología debe hacerse sapiencial, utilizando registros lingüísticos que son los de la imaginación, el arte, la creatividad, para abrir brecha en el corazón y en la inteligencia de las personas".
Novedad de raíces antiguas
Monseñor Staglianò subraya que todo esto representa una propuesta nueva, pero con raíces antiguas. "Es una propuesta -sostiene- que en su novedad retoma la antigua tradición. Antes de que la teología fuera constituida como ciencia por Santo Tomás de Aquino, la teología existía en forma de sabiduría, y por sabiduría entendemos la que une la verdad, por tanto, la ciencia a la caridad". Una reforma de la teología considerada perfectamente coherente con la Tradición de la Iglesia: "Precisamente, con lo que Benedicto XVI, como teólogo y como Pontífice, ha pedido a filósofos y científicos: ampliar los límites de su razón en un sentido sapiencial. Y por eso les propuso que practicaran también una verdad afectiva en su conocimiento. Porque sabía que el logos de la teología, que es Jesús, es un logos que es amor. Les pidió que superaran la oposición entre "fe y razón".
La verdadera teología
La del Papa Francisco sobre la Pontificia Academia de Teología es una reforma en continuidad. "No teman los que hablan de ruptura, los que llaman a la teología del Papa Francisco una 'socio-teología': aquí hay teología, una forma crítica del saber de la fe. Hay una teología que es el segundo acto después del primer acto que es nuestra fe", concluye monseñor Staglianò.
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