Cardenal Czerny: "Necesitamos una nueva economía humanista"
Lisa Zengarini - Ciudad del Vaticano
El Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, viajó el viernes a Alemania para recibir el Premio Klaus Hemmerle 2024, que reconoce su incansable compromiso con la dignidad humana y los derechos humanos.
El premio es concedido cada dos años por el Movimiento de los Focolares en Alemania, Austria y Suiza a personas que han hecho contribuciones destacadas como constructores de puentes y que, de manera especial, promueven el diálogo entre iglesias, religiones y diferentes visiones del mundo.
Se creó en 2004 para honrar la memoria del fallecido teólogo y obispo de Aquisgrán Klaus Hemmerle (1929-1994), que dedicó su vida a promover el diálogo e inspiró a la fundadora del movimiento Chara Lubich.
Antes de la ceremonia de entrega de premios en la Catedral de Aquisgrán, el viernes por la mañana, el Cardenal Czerny presentó el libro "Wir sind alle Geschwister - das Zeichen der Zeit: Die Soziallehre von Papst Franziskus" ("Todos somos hermanos - Un signo de los tiempos: La doctrina social del Papa Francisco") en un acto académico sobre la doctrina social de la Iglesia.
El hito de San Pablo VI "Popolorum Progressio
En la presentación, celebrada en el Instituto Kommende Dortmund, el Cardenal Prefecto profundizó en la visión católica del "desarrollo humano integral", tal y como la postuló el Papa San Pablo VI en su emblemática Encíclica Social Popolorum Progressio sobre el desarrollo de los pueblos, y desarrollada posteriormente por la doctrina social del Papa Francisco.
Señaló que al introducir la noción de "desarrollo humano integral", Pablo VI "desafió el paradigma dominante del desarrollo centrado exclusivamente en el crecimiento económico", en contraposición al auténtico desarrollo que debe fomentar "el desarrollo de cada hombre y de todo el hombre".
Según este punto de vista, explicó el Cardenal Czerny, "cada uno tiene una contribución que hacer al conjunto de la sociedad, y nadie está excluido de aportar algo en beneficio de todos".
Y lo que es más importante, añadió, la Populorum Progressio reconoce que "el verdadero desarrollo no puede alcanzarse aisladamente, sino en el contexto de una sociedad justa y equilibrada que favorezca la solidaridad, la paz y el respeto de la dignidad humana."
La doctrina social del Papa Francisco enraizada en el desarrollo humano integral
La doctrina social del Papa Francisco, prosiguió el Prefecto, está profundamente enraizada en esta noción de desarrollo humano integral y nos ofrece perspectiva y orientación sobre muchos de los problemas a los que se enfrenta el mundo actual.
En Evangelii gaudium (2013), el Papa critica la globalización y el paradigma tecnocrático y centrado en el beneficio dominante, que mide y gestiona la realidad exclusivamente desde una perspectiva económica y conduce inevitablemente a lo que ha denominado una "cultura de usar y tirar", en la que los excluidos no solo son explotados, sino que se convierten en "residuos."
En Laudato si' (2015), se opone al "paradigma tecnocrático" afirmando que "el mercado por sí mismo no puede garantizar el desarrollo integral del ser humano y la inclusión social."
Además, en Fratelli tutti (2020), afirma que la "cultura del usar y tirar" debe ser sustituida por una "cultura del encuentro", guiada y animada por profundos sentimientos de amistad y fraternidad, para construir una sociedad más justa.
Necesidad de cambiar de rumbo
Ante los desafíos globales actuales, agravados por el actual modelo económico extractivo, dijo el cardenal Czerny, el Papa Francisco nos invita a reflexionar sobre la urgente necesidad de "cambiar de dirección" y adoptar "una nueva mentalidad económica humanista" que desplace nuestro enfoque "del beneficio a la prosperidad, del crecimiento económico a la sostenibilidad y de la materialidad a la dignidad humana."
"Todos desempeñamos un papel fundamental en nuestras funciones profesionales y sociales para dar forma a una nueva lógica que pueda proteger nuestro frágil medio ambiente y fortalecer nuestras comunidades fragmentadas", concluyó el Cardenal Prefecto. "Que la Iglesia no se canse nunca de aportar esta contribución, sabiendo que el desarrollo integral es el camino hacia el bien que la familia humana está llamada a recorrer."
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