Pizzaballa: "Hablé con el Papa sobre cómo detener la deriva en Oriente Medio"
Antonella Palermo - Ciudad del Vaticano
Con el Papa "nos hemos puesto al día sobre la situación humanitaria de la comunidad cristiana en Gaza, pero más en general de Tierra Santa, y sobre las posibles perspectivas, para ver si hay posibles canales de diálogo, para ver al menos cómo detener esta deriva que es cada vez más preocupante". El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, voz de paz en estos tiempos de laceración para Oriente Medio, se encuentra en la Universidad Católica para la inauguración del Año Académico y, al margen del acto, responde a las preguntas de los periodistas. Esta mañana, el cardenal asistió a la audiencia del Papa con los miembros del Studium Biblicum Franciscanum, fundado en Jerusalén hace un siglo. En esa ocasión, compartió con el Papa actualizaciones y posibles perspectivas para Tierra Santa.
Jordania, punto de referencia
Pizzaballa ha regresado de Jordania, donde ha estado la última semana. "La situación de Jordania es compleja, pero debo decir que es el único país estable tanto desde el punto de vista político como humanitario para la población palestina, en particular para Gaza", explica. "Cuando necesitamos hacer llegar ayuda humanitaria a Gaza, nuestra dirección es la Casa Real jordana". El patriarca informa de conversaciones con el rey Abdalá, el Gobierno y las distintas instituciones "para ver si podemos mantener vivos los canales de comunicación con Gaza y también con la poca autoridad que queda allí".
Jordania es por tanto en este momento "el elemento de referencia más estable", pero "hay colaboración, un mínimo de colaboración, también con las organizaciones humanitarias y con Egipto", asegura el cardenal. Es también una forma de contrarrestar esa "desconfianza" que, subraya, "es uno de los elementos más comunes, por desgracia, en esta situación, que ha herido la conciencia de los pueblos, de la política, de la religión y de los religiosos, incluso". "Pero hay que insistir", dice Pizzaballa, "la diplomacia, la política son la única posibilidad que tenemos para no dejar espacio sólo a las armas".
Encontrar canales de comunicación entre Israel y Hamás
Por supuesto, encontrar una solución no es fácil: "Tenemos que pensar por etapas, no habrá una solución inmediata. Lo importante ahora es encontrar canales de comunicación entre las dos partes. Entre Israel y Hamás". "Está claro", añadió el cardenal, "que no se hablan directamente, pero hay que encontrar canales para encontrar posibles soluciones, en primer lugar la liberación de los rehenes, por un lado, y un alto el fuego, por otro, y llevar un mínimo de normalidad, en la medida en que se pueda hablar de normalidad en Gaza". La Iglesia católica, y no sólo ella, sino todas las instituciones, "pueden comprometerse en esto".
Contacto frecuente con la parroquia de Gaza
Precisamente sobre la labor de la Iglesia local, el Patriarca latino de Jerusalén, respondiendo a las preguntas de los periodistas, explicó que también son frecuentes los contactos con la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza, donde el Papa llama a menudo por teléfono al párroco y al vicepárroco. "La parroquia está en el norte, que tuvo que ser evacuado, donde ya casi no se llevan a cabo operaciones militares intensas. La situación es relativamente más tranquila", informa el purpurado. "Las operaciones militares se han desplazado más al sur, pero sigue siendo una zona donde no hay nada: no hay casas, no hay agua, no hay electricidad, no hay nada. Es una situación de extrema pobreza y sin siquiera referencias institucionales".
Los cristianos viven las dificultades de los demás
Los cristianos "viven la misma situación que los demás". "No son un pueblo aparte", dice Pizzaballa, "pesa mucho ser una pequeña minoría" pero "lo que les pasa a los cristianos es un poco la prueba de fuego de las dificultades que vive toda la población, incluso de las laceraciones dentro de la misma población". "No es fácil, incluso para los cristianos, estar dentro de una situación de grandes divisiones en la que todo el mundo está llamado a estar un poco 'alistado' a una versión o a otra", observó el cardenal.
El diálogo continúa
Por último, expresa su esperanza de que "sea el deseo de todos" encontrar "un camino para concluir, o al menos para cambiar la dirección de los acontecimientos". "Creo -añade- que hay que trabajar para ello de una manera que no sea demasiado pública, porque si no las cosas no funcionan. Sé que hay diálogos en curso precisamente para intentar ver cómo poner fin a esta situación.
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