Fisichella en Brasil: Transmitir la fe a la luz de los signos de los tiempos
Vatican News
Ayer, 31 de enero, se inauguró la reunión de tres días de la Comisión Episcopal de Animación Bíblico-Catequética de la Conferencia Episcopal Brasileña, con la presencia del pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, monseñor Rino Fisichella. En la Casa Dom Luciano, los responsables de las 19 regiones pastorales del país, entre obispos, coordinadores regionales y miembros del Grupo de Reflexión Bíblico-Catequética (Grebicat), debaten sobre los desafíos de la evangelización en la sociedad actual. La reunión concluirá mañana.
Hoy Fisichella ha hablado sobre el Directorio para la catequesis y el ministerio del catequista. Las palabras del pro-prefecto reabrieron hoy los trabajos a partir de las reflexiones iniciadas en la jornada inaugural, que mostraron la gran vitalidad de la Iglesia brasileña. En particular, en su discurso, el arzobispo destacó cómo la publicación del nuevo Directorio para la Catequesis y del Motu proprio Antiquum ministerium, del 10 de mayo de 2021, "son una feliz oportunidad" para verificar de cerca "el gran camino que nuestras Iglesias siempre han recorrido en el campo de la catequesis".
Los dos documentos, explicó, son 'uno como desarrollo del otro', nacidos de hecho con el objetivo común de 'favorecer el crecimiento de la catequesis en la vida de la comunidad bajo el primado de la evangelización'.
La responsabilidad misionera en la catequesis
"Para algunas Iglesias particulares, tal vez, el ministerio del catequista aún no se siente en su urgencia como, por el contrario, para Brasil, donde este ministerio es esencial para la evangelización", señaló el arzobispo, invitando a "encontrar las formas más coherentes para que las comunidades nunca se vean privadas de la presencia necesaria de aquellos que ayudan a escuchar la Palabra de Dios, a guardarla en el corazón y a alimentarse del pan de vida".
En otras palabras, es necesario "repensar la catequesis como un camino fundamental dentro del proceso de evangelización": esto, dijo Fisichella, infundiría en la catequesis misma una "responsabilidad misionera que en algunos momentos aparece empañada debido al contexto cultural de fuerte secularismo que a menudo lleva a encerrarse en el espacio individualista acentuando el sentido de indiferencia o el sentido más extremo de relativismo".
Una clara identidad del creyente
El "supermercado de experiencias religiosas" podría ser el aspecto más "perturbador" de este "horizonte cultural en el que todos estamos insertos", observó el prelado. Los creyentes están así obligados a desempeñar "un papel aún más relevante" que en el pasado. Y para ello "es necesario que exista una clara identidad del creyente que, fuerte en la propia fe, escucha y dialoga sinceramente con las exigencias del mundo contemporáneo".
"La identidad es también el redescubrimiento del sentido de pertenencia a una comunidad y de responsabilidad para que lo recibido pueda ser compartido y participado", añadió el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización. "Así se perfila el proceso de transmisión de la fe, que lejos de ser una repetición cansina de los mismos contenidos de siempre, se presenta como un intento original de interpretar el contenido de la fe de siempre a la luz de los signos de los tiempos presentes en este momento histórico".
Transmisión de la fe
Fisichella también habló de la transmisión de la fe en otro discurso centrado en el tema del ministerio del catequista en el proceso de evangelización. La transmisión de la fe, dijo, sufre hoy una dramática interrupción: "Sabemos ahora que muchos se acercan a la fe por primera vez siendo adultos. La experiencia de estos años es rica, fecunda y con resultados positivos que merecen ser analizados para comprender la complejidad del fenómeno. No es menos cierto que, para muchos de ellos, el cristianismo llega como un "primer anuncio" recibido en función de las diferentes circunstancias de la vida". Es igualmente cierto que "muchos, tras su entusiasmo inicial, no encuentran respuesta en la vida de la comunidad". Por tanto, el ministerio del catequista es, sí, eficaz, pero "necesita ser sostenido por una comunidad viva que, como al principio, sepa escuchar la voz del Espíritu y le siga en la obediencia del amor". Esto, dijo Fisichella, "significa emprender siempre nuevos caminos en perenne fidelidad al Evangelio para no hacer vano Pentecostés".
La dimensión comunitaria del creer
De Fisichella también una reflexión, partiendo de la actualidad de un tiempo que ve "una forma cada vez más extrema de individualismo en las relaciones interpersonales", sobre la dimensión comunitaria del creer. "Cerrados cada vez más en sí mismos y engañados de ser el centro del mundo y la medida de todas las cosas, el riesgo de formar una fe para el propio uso y consumo ya no es sólo una tentación, sino una trampa en la que muchos ya han caído", fue la advertencia del arzobispo.
Por último, de cara al Jubileo de 2025, habló de la esperanza: el "gran tema" en el corazón del Año Santo que puede ofrecer una nueva dimensión a la evangelización, a menudo centrada sólo en la fe y la caridad: "Esperar es una característica fundamental del hombre, pero lo que lo cualifica es el modo en que espera", dijo monseñor Fisichella.
La experiencia de Brasil
En la conferencia de Brasil -que comenzó con un debate sobre la historia de la catequesis contemporánea en el país, desde el Concilio hasta nuestros días- se expuso la situación geográfica, social y religiosa de cada región pastoral, y se presentó el trabajo de catequesis de iniciación a la vida cristiana. Un punto fuerte surgido de la experiencia de la Iglesia brasileña, y su rasgo característico desde hace décadas, es la animación bíblica de la pastoral, con un vínculo fuerte y evidente entre Escritura y catequesis.
Emerge también la gran multiplicidad de realidades presentes en el interior del país sudamericano, de las cuales, sin embargo, han brotado intuiciones semejantes para responder a las urgencias pastorales de las Iglesias locales. Entre ellas, la apuesta por la vida comunitaria y la formación de agentes pastorales. De hecho, uno de los retos más complejos para la Conferencia Episcopal Brasileña en la actualidad es encontrar nuevos lenguajes para la evangelización. Cada vez son más necesarias, se subrayó, formas de comunicación adaptadas al contexto contemporáneo, especialmente ante el desafío digital, y en particular una nueva cultura de acercamiento a las redes sociales para comprometer a los más alejados de la fe.
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