Simposio. La antropología de las vocaciones y el futuro del cristianismo

Vatican News

Los días 1 y 2 de marzo se celebrará en el Vaticano el simposio Hombre-mujer: imagen de Dios, por una antropología de las vocaciones, en el que participarán el Papa Francisco y especialistas internacionales en Sagrada Escritura, filosofía y teología, ciencias humanas y pedagogía. El Cardenal Marc Ouellet, Prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos, hará los honores. El objetivo de las dos jornadas, organizadas por el CRAV (Centre de Recerche et d'Anthropologie des Vocations), es ofrecer una visión actualizada de la antropología cristiana en una época de pluralismo y diálogo entre culturas, para sostener el sentido de la vida como vocación.

Temas a tratar: el matrimonio, el sacerdocio, la vida consagrada

El acto está abierto a un amplio público y el programa contará con la presencia de numerosos expertos que responderán también a la pregunta: "¿A quién se dirige la llamada de Dios?".Un coloquio para profundizar en la antropología cristiana, tocando temas como el matrimonio, el sacerdocio y la vida consagrada. Descubrir la belleza de cada vocación. El cardenal Ouellet explica: "La era de la cristiandad ha terminado y una nueva era en la transmisión de la herencia cultural y espiritual de los cristianos exige que los creyentes de todo el mundo se reposicionen ante un entorno que se ha vuelto extraño, indiferente o incluso hostil, incluso en países tradicionalmente católicos". Uno de los ámbitos más llamativos de este cambio de época es la antropología, donde el eclipse de las referencias religiosas y la creciente autoridad de las ciencias humanas están dando lugar a un panorama de visiones contrapuestas del ser humano. Éstas oscilan entre un espiritualismo desvinculado de la condición corpórea y un materialismo que reduce toda aspiración trascendente a datos biopsíquicos técnicamente controlables. Ya no podemos soñar con un retorno a un estado de cosas anterior, tras una "tregua" y una superación de la actual "crisis"; debemos pensar en otros términos sobre el futuro del cristianismo, en un contexto que espera que los cristianos encuentren un nuevo paradigma para dar testimonio de su identidad".

"Por eso -continúa explicando el cardenal- debemos optar por un acercamiento a la diversidad cultural y religiosa que permita el diálogo y la propuesta de la visión cristiana con toda gratuidad y con una preocupación por la fraternidad humana. La cuestión antropológica, por ejemplo, cuyos aspectos más diversos se debaten a menudo en el ámbito científico, universitario, escolar y familiar, debe abordarse con este espíritu.¿Estamos en los albores de un salto cualitativo para la especie humana, en la cúspide de una mutación transhumanista, posibilitada por la tecnociencia y la sobrecomunicación, y estimulada por la proliferación de experimentos biomoleculares, transgénero y espaciales?Todas las hipótesis parecen abiertas, si no fuera porque es demasiado fácil olvidar que la inmensa mayoría de los seres humanos viven en condiciones infrahumanas, que las multitudes se ven arrojadas a las rutas migratorias por presiones climáticas o de otro tipo, que el estallido de múltiples conflictos y el rearme general desafían la razón ética para frenar una loca carrera hacia adelante, para impedir que se arrojen a los cuatro vientos los recursos que deberían garantizar ante todo un mínimo de bienestar a toda la humanidad.

Espacio para la Palabra de Dios

"¿Qué futuro para la humanidad?¿Qué defensa de la humanidad tenemos que inventar para afrontar los retos actuales?¿Qué esperanza podemos ofrecer a quienes buscan un sentido? Todas estas son preguntas que la Iglesia católica tiene presentes al anunciar el Evangelio de la salvación. La nueva situación antropológica exige diálogo, respeto de la diversidad y solidaridad con los más pobres y vulnerables.No impide presentar la visión cristiana del hombre y de la mujer en su originalidad y especificidad.Al contrario, la situación actual ofrece una oportunidad que no hay que desaprovechar para reafirmar las coordenadas de la persona humana según la revelación cristiana y para ofrecer al diálogo una antropología de las vocaciones enraizada en el sentido de la vida como vocación.En la cacofonía actual, hay más espacio que nunca para escuchar la Palabra de Dios y extraer de la Sabiduría divina las coordenadas de sentido para la vida humana presente y futura".

Una continuación del simposio de 2022 sobre el sacerdocio

La iniciativa académica es una continuación del simposio de febrero de 2022 Por una teología fundamental del sacerdocio, que estudió la relación entre el sacerdocio común de los bautizados y el ministerio ordenado en sus tres grados.El Comité Científico del Centro de Investigación y de Antropología de las Vocaciones (CRAV), que organizó el simposio sobre el Sacerdocio", subraya una nota, "ve la cuestión antropológica como una continuación natural de esta investigación, que explora el significado eclesial de las vocaciones desde la perspectiva de una antropología fundamental".Esta perspectiva pastoral indica que la investigación interesa a un público amplio, no sólo a especialistas.

Una visión global de la respuesta cristiana a los problemas antropológicos

Pastores, formadores y educadores de todos los niveles", subraya el comunicado, "podrán encontrar aquí una visión global de la respuesta cristiana a los problemas antropológicos actuales, sin polémicas ni repliegues identitarios, una visión desarrollada en el horizonte de la fe y ofrecida serenamente como una forma de apropiación del sentido cristiano de la vida para todos aquellos que buscan la verdad".El lugar elegido y la calidad de los participantes bastan para confirmar la importancia del tema, la urgencia de una reflexión de este tipo ante cierta confusión y perplejidad, y el deseo de arrojar una luz a la vez energizante y pacificadora para las personas que investigan o que tienen responsabilidades pastorales".

A causa de la pandemia, el simposio anterior tuvo que celebrarse en el Aula Pablo VI, mientras que ahora tendrá lugar en el Aula del Sínodo de los Obispos, que cuenta con un número limitado de participantes.