El Papa y 137 escuelas de toda Italia para hacer de la paz "una palabra viva"
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano
El encuentro del Papa Francisco con 137 Escuelas de Paz, procedentes de 94 ciudades de 18 regiones italianas, el viernes 19 de abril, en el Aula Pablo VI, se centrará en los jóvenes y dará vida a un diálogo con las nuevas generaciones. El evento "Transformemos el futuro. Por la paz con el cuidado", que tiene como objetivo educar a las personas a cuidar de sí mismas, de los demás, de la comunidad, del medio ambiente y del mundo, como instrumento para la paz y la transformación del futuro, es la culminación de varios caminos, explicó Flavio Lotti, director de la Red Nacional de Escuelas de Paz, en la rueda de prensa de presentación de la jornada con Francisco en el Auditorio del Convento de San Maximiliano Kolbe de Roma. Su objetivo es formar a una nueva generación de constructores de paz y encontrar vías para transformar el futuro, hoy amenazado por tantas guerras, injusticias y desigualdades. Pero también quiere ser "un punto de reinicio, porque muchas escuelas llevarán al Papa sus propios compromisos y se comprometerán a continuar el camino emprendido". El objetivo es la paz, el programa es transformar y hacer mejor el futuro, el método es el cuidado, es decir, el camino hacia la paz, afirma Lotti, que subraya lo importante que es, en todo esto, hacer hablar a los jóvenes, darles la posibilidad de expresar sus miedos y preocupaciones, pero también de expresar sus sueños y deseos y de comprender qué caminos seguir para un mañana en el que no se repitan los errores de hoy.
Al Papa Francisco se le presentarán los primeros resultados del itinerario educativo "alfabetización del futuro", que pretende que los jóvenes reflexionen sobre el futuro y compartan sus ideas, preocupaciones y esperanzas, que se sientan creadores, protagonistas y responsables de la construcción de su propia vida, que participen activamente en la construcción de un nuevo "Pacto por el Futuro" en vista de la "Cumbre del Futuro" promovida por la ONU los próximos 23 y 24 de septiembre con jefes de Estado de todo el mundo. En la conferencia de prensa se han ilustrado los datos de una encuesta en la que han participado tres mil estudiantes italianos de primaria y secundaria, que han expresado sus expectativas y expresado sus temores. El cuestionario reveló que más de la mitad mira a los años venideros pensando ante todo en su propia vida y en la de su familia, el 19% se pregunta por el futuro de la humanidad y el 13% por el del planeta. El 63% de los jóvenes tiene una visión optimista del futuro, el 15% lo imagina peor que el actual o el de sus padres, y el 2% lo ve feo, mientras que el 7% lo considera peligroso. Por otra parte, el 13% de los encuestados espera un futuro mejor, pero siendo consciente de las dificultades y problemas que habrá. Los jóvenes también sueñan con un mundo en paz y sin guerras (14%), con tener una familia y encontrar trabajo (13%), con la felicidad (11%), a muy pocos les gustaría tener éxito y hacer carrera. También tienen miedo a la guerra (12%), al futuro (10%) y al fracaso (6,4%). La guerra es también lo que les enfada (5,6%), junto con la injusticia (5,5%), la falta de respeto (4%), la ignorancia (3,8%), la contaminación (3,2%), la indiferencia (2,9%) y la falsedad (2,5%). Y también les gustaría cambiar a las personas (15,3%) y su mentalidad (14,6%) y para un mundo mejor creen necesario que no haya más guerras (23%) ni odio (22%) y más solidaridad (11%) y menos desigualdad (10%). Por último, para construir un futuro mejor, el 48% piensa que es necesario estudiar, el 18,5% encontrar un trabajo y el 11,5% formar una familia, mientras que el 55% dice estar dispuesto a implicarse con los demás para construir un mundo mejor para todos.
Jóvenes y niños
El viernes 19 de abril dará comienzo la cuarta edición de la Semana Cívica, una iniciativa que se prolongará hasta el 25 de abril dedicada a potenciar y promover la educación cívica de las generaciones más jóvenes y deseada por el Parlamento italiano para "formar ciudadanos responsables y activos y promover su participación plena y consciente en la vida cívica, cultural y social de la comunidad". Cientos de actividades fueron organizadas por profesores de diversos centros escolares para destacar las mejores actividades de educación cívica realizadas durante el año. Pero el encuentro con el Papa del 19 de abril quiere ser también una etapa en el camino que llevará a la primera Jornada Mundial de los Niños, los días 25 y 26 de mayo, explica el padre Enzo Fortunato, coordinador del evento, que tendrá como protagonistas a los más pequeños, porque los jóvenes deben ser conscientes de que el futuro depende precisamente de los más pequeños, que enseñan a "cuidar ", además de sensibilizarnos para mirar a los años venideros. Para el clérigo, los jóvenes, que "no renuncian a la bandera de la paz", están "mucho más implicados y son mucho más realistas que nosotros, los adultos" y el hecho de que se asusten ante el presente y las "locuras de los adultos", debe hacer que los adultos se cuestionen "profundamente". Y para involucrarlos, entonces, en los proyectos de paz, es necesario darles la palabra, hacerlos protagonistas, teniendo en cuenta que "el Papa nos dijo algo muy interesante: que confía muy poco en los adultos y confía mucho en los jóvenes y muchísimo en los niños".
A la rueda de prensa del miércoles 17 de abril asistieron algunos alumnos del Istituto comprensivo Guido Milanesi y estudiantes del Liceo artistico Ripetta, ambos de Roma, implicados en el programa nacional de educación cívica que dio nombre al tercer encuentro de las Escuelas de Paz con el Papa organizado por la Red Nacional de Escuelas de Paz junto con la Fundación PerugiAssisi para la Cultura de Paz, la Coordinadora Nacional de Autoridades Locales por la Paz y los Derechos Humanos, la Red de Universidades Italianas por la Paz, el Centro de Derechos Humanos Antonio Papisca y la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos, Democracia y Paz de la Universidad de Padua, y en colaboración con el Padre Fortunato. Los más locuaces fueron los más pequeños, que, gracias al proyecto de este año de la Red de Escuelas de Paz, habían aprendido a "cuidar de todos indistintamente" y habían comprendido que "el cuidado es paz, estar juntos en grupo y no enfadarse nunca con nadie", "es amistad" y "cuidar de los demás" y "es un valor que nunca se puede sustituir en la vida". Los mayores, por su parte, destacaron que para cuidar a los demás "es necesario eliminar las desigualdades que generan odio" y que "hace falta una educación sentimental, educar en el sentimiento, en la compasión" y también subrayaron que aprecian las iniciativas que les permiten expresar sus pensamientos y enfrentarse a los adultos.
La Red Nacional de Escuelas de Paz
Desde 1987, la Red Nacional de Escuelas de Paz sigue caminos para que la educación para la ciudadanía y la paz sea uno de los muchos momentos vitales de la escuela, explicó a Vatican News Fabiana Cruciani, directora de la escuela Alessandro Volta de Perugia y coordinadora de la Red, añadiendo que, a través de programas adecuados, cada escuela propone "momentos de confrontación entre profesores y alumnos, pero también entre alumnos", para que puedan desarrollarse "caminos de diálogo" sobre temas específicos. Y los alumnos acogen con entusiasmo estas propuestas y, "superada una inicial reticencia y pudor que deriva del hecho de que a menudo no son proclives a dialogar entre ellos sobre estos temas", muestran un gran entusiasmo en la discusión. El camino de la Red Nacional de Escuelas de Paz no se dirige sólo a los estudiantes, también hay cursos de formación para directores y personal de las escuelas, y "esto es para asegurar", añade el profesor Cruciani, "que incluso entre nosotros haya una cultura común, un vocabulario común, sobre los temas de la paz, el cuidado, el compartir". Pero, ¿cómo implicar a los jóvenes en una cultura de paz? "Haciendo que la palabra paz no sea una palabra abstracta, sino una palabra viva", responde el coordinador de la Red de Escuelas de Paz, "lo que significa que tenemos que llevar los signos de la paz sobre nosotros mismos, puesto que somos profesores. Debemos convertirnos en modelos positivos para ellos. Debemos convertirnos en influenciadores de la paz". "Nunca hay que crear barreras con los jóvenes", concluye el profesor Cruciani, "nunca hay que crear distanciamientos, sino tender siempre un puente, una palabra que de alguna manera pueda hacerles comprender lo importante que es el poder del diálogo".
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