“Changes”, revive la tierra bajo la columnata de San Pedro
Maria Milvia Morciano – Ciudad del Vaticano
Ayer, en una extraña mañana de mayo tan gris, la columnata Bernini parecía aún más blanca, y brillaba con los colores de las grandes fotografías llenas de belleza conmovedora, instaladas bajo el Brazo de Carlomagno. Se trata de la exposición fotográfica “Changes”, "Cambios", organizada por Lia y Marianna Beltrami, con el Dicasterio para la Comunicación y en colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y el Centro de Enseñanza Superior Laudato si'.
Esta exposición es un diálogo entre voces e imágenes: 24 fotogramas de artistas de las periferias del mundo – Bangladesh, Etiopía, Amazonia, Florida, Grecia, Italia, Islandia, Australia, Turquía – comentados por versos del Cántico de las Criaturas de San Francisco.
Los intensos colores de las obras muestran la belleza del planeta pero también, de forma casi paradójica, revelan sus heridas, causadas por la precipitación del hombre hacia un progreso destructivo y frenético.
La iniciativa responde a la invitación del Papa Francisco quien, a través de su exhortación apostólica Laudate Deum, advierte acerca de los peligros inminentes del cambio climático, pronto irreversible:
"Changes" ya se presentó en primicia, durante el Sínodo, del 2 al 27 de octubre del año pasado, con una selección de 15 fotogramas, en la Sala de Prensa del Vaticano, y después en la COP28 de Dubái, del 30 de noviembre al 13 de diciembre pasado.
Esta exposición forma parte del proyecto "Emociones para generar el cambio", con Formidable Partners.
El arte genera cambio
Una de las encargadas, Lia Beltrami, ha explicado a los medios vaticanos los objetivos y el sentido de esta exposición, que nace de un recorrido que llega ya a su tercera edición: "Emociones para generar un cambio de ritmo que nace, precisamente, de este deseo de poner el arte al servicio del cambio que el Papa Francisco pide siempre, tanto en la encíclica Laudato si', en Fratelli tutti, o en la Laudate Deum. Un cambio que ha sido interpretado con fotógrafos que provienen de los rincones del mundo, quizás personas que han afrontado ellas mismas una huida, una dificultad, una penuria”.
Sus nombres son Neşe Arı, Raffaele Merler, Giampaolo Calzà, Franco Giovanazzi, Vassilis Ikoutas, Asaf Ud Daula, Sebastiano Rossitto, Ferran Paredes Rubio y Francesca Larrain. "En una primera exposición interpretamos las palabras del Papa Francisco en la Laudato si', la segunda fue sobre el grito de las mujeres, que forma parte de Fratelli Tutti. Y esta última, la tercera, se hizo para apoyar el tema del cambio climático, tanto personal como social", explica Beltrami. Las palabras de San Francisco acompañan estas fotografías, a veces de forma contrastada, y a veces apropiadamente.
Los soportes también son importantes. Los realizaron en la Provincia autónoma de Trento con madera recuperada tras la tormenta Vaia, madera que de otro modo se habría tirado, y que, en cambio, se ha utilizado para crear los paneles que en parte dialogan con el espacio circundante, y en parte se ocultan, similar a una presencia-ausencia, igual que las columnas de la Plaza".
La fotografía dice la verdad y habla
A la pregunta de si es cierto que todo el arte en general se puede moldear, pero la fotografía siempre dice la verdad, el guionista y director responde que "dice la verdad y habla. Los ojos de las personas retratadas cuentan historias y siempre intentamos que en cada toma esté el camino de un proyecto, de un cambio social. Hay un cambio en el fotógrafo, otro en la persona o situación representada por la fotografía, como, por ejemplo, la foto de la mujer indígena en el Amazonas, o la de las monjas en Borneo. Nos aseguramos de que con cada una de ellas haya una historia de cambio. Así que no se trata sólo de fotografía, sino de fotografía y cambio social", concluye Lia Beltrami.
Marianna Beltrami, documentalista y escritora, entra en los detalles explicando el significado de algunas de las elecciones y cómo procedieron en la selección de los artistas, pero también en la sucesión de las obras y, sobre todo, en la correspondencia tan feliz entre los pasajes del Cántico de San Francisco y cada una de las fotografías.
Por ejemplo, algunas de las combinaciones llaman la atención por su fuerza y provocan reflexiones insólitas, como la imagen de un mar azul sereno, atravesado por una finísima vena blanca, una corriente, evidentemente, que se ha combinado con el verso sobre la "hermana muerte", como si no existiera una frontera real entre la vida y la muerte.
Marianna Beltrami señala que, en efecto, "todo el proceso de combinación fue muy fascinante. Queríamos hacer las dos cosas complementarias, es decir, la belleza de ciertas cosas, pero también el contraste como en el caso del aire, por ejemplo, o los residuos tan coloridos. La fotografía que expresaba la muerte era muy especial. Vi esa fotografía de Raffaele Merler e inmediatamente me impactó porque la muerte es difícil de contar, de describir. Creo que es una forma de expresar una división, pero de una forma pacífica, algo tranquila".
En cuanto a la elección de los fotógrafos, Marianna Beltrami dice que conoce a muchos de ellos desde hace varios años, con los que han colaborado. A otros los encontró buscando en Internet.
"Sabíamos, con el Dicasterio para la Comunicación, que queríamos hacer esta misma exposición, siguiendo precisamente el Cántico de San Francisco, así que pedimos a nuestros fotógrafos algunas fotografías, y no necesariamente ajustadas al tema, queríamos que hablasen tanto de la belleza como de la destrucción del planeta. Recibimos unas cincuenta fotos, y yo, personalmente, leí bien la oración, la recé, y luego estaba el Espíritu que hacía coincidir palabras e imágenes. Creo que todo salió bien", concluye con una sonrisa la joven hija de Lia Beltrami.
Actores del cambio
Paolo Ruffini subraya a Vatican News - Radio Vaticano la importancia de la colaboración del Dicastero per la Comunicazione, del que es Prefecto, con la iniciativa "porque combina las palabras con las imágenes y de este modo pretende mover el corazón de las personas hacia una mayor conciencia de cómo el cuidado de la casa común, que es la tierra, afecta a nuestra vida personal y, en cierto modo, también a nuestras relaciones".
Una toma de conciencia – explica – que desencadena una conversión que debe nacer en nosotros. Normalmente, pensamos que las cosas malas sólo afectan a los demás y nos mantenemos al margen como espectadores. Estas imágenes nos incitan a convertirnos en actores del cambio. Por eso nos apasiona tanto este proyecto".
Imágenes y palabras que conmueven y asombran en estas fotografías. "Como dice el Papa Francisco – observa Ruffini – el asombro es algo que lamentablemente hemos perdido en nuestro tiempo, hemos perdido la capacidad de asombrarnos ante las cosas y de mirarlas, de cuestionarnos de alguna manera de verdad. Actuamos como si ya lo hubiéramos visto todo y en realidad no vemos nada. Recuperar la capacidad de asombro significa ver y también ser visto por los demás. Este es el principio de una conversión ecológica", concluye el prefecto.
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