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Un verano de "caballeros andantes" para niños en el Vaticano

Hasta el 26 de julio, la Ciudad del Vaticano acoge a niños de diferentes edades, hijos de empleados de la Santa Sede, en espacios dedicados y equipados para una experiencia de juego y oración, diversión y encuentro. Ofrecen numerosos talleres y actividades con el objetivo de crear un camino orientado al crecimiento personal y al diálogo.

Gianmarco Murroni - Ciudad del Vaticano

Un viaje hacia una meta, un reto, un sueño: esto es lo que califica a un caballero andante, siempre en camino en busca de aventuras. Pero errar significa también equivocarse, sin olvidar, sin embargo, que a menudo en los errores puede haber oportunidades. Con este espíritu se acoge cada día en el Aula Pablo VI y en los espacios habilitados en el interior de la Ciudad del Vaticano a muchos niños que acaban de terminar la escuela para pasar el verano en armonía y diversión. Iniciado el 17 de junio, el proyecto Estate Ragazzi continuará hasta el 26 de julio e implicará a los participantes en momentos de juego, encuentro y diálogo.


Centro veraniego para niños en el Vaticano.
Centro veraniego para niños en el Vaticano.

Nuevos horizontes

La idea del viaje está en el centro de las actividades de este año: un caminar que hace perderse y encontrarse, pero que marca el camino hacia la realización de los sueños de los jóvenes. No poniendo límites, sino entendiendo cómo superarlos para alcanzar sus metas con valentía y determinación, abandonando estereotipos y miedos por el camino. Pero, al mismo tiempo, permitiéndose la oportunidad de cometer errores. "Errar es humano", decía San Agustín, así que equivocarse forma parte de la vida y del camino de crecimiento de todos, aceptando los errores y convirtiéndolos en oportunidades. Pero para ello los niños no están solos, les guían los distintos animadores que coordinan las diversas actividades, junto con dos personajes especiales: Don Quijote, el caballero andante por excelencia, y su fiel compañero Sancho Panza, dispuestos a acompañar a los niños durante estos días de verano y a viajar con ellos entre juegos y actividades educativas.

Informe de Radio Vaticana

La sonrisa de los chicos

"Es una gran oportunidad, trabajar con estos chicos es una gran experiencia", dice Adriano, uno de los animadores del proyecto, "nos esforzamos mucho y damos lo mejor de nosotros mismos, eso es lo que nos piden, pero vivimos momentos únicos. Los niños vienen a nosotros, sonríen, y su alegría nos da energía y fuerza para seguir siempre adelante". "Estate Ragazzi es todo el año", explica Matteo, otro animador, "aquí los niños crecen, crean amistades y vínculos que luego llevan a su vida cotidiana. Es un lugar donde aprenden a estar juntos y a respetarse". Muchas actividades lúdicas, por tanto, todas encaminadas al crecimiento y la educación: "Juntos hablamos y nos confrontamos, el diálogo es fundamental", dice María Teresa, de 11 años, "así nos entendemos mejor y nos ayudamos a superar las dificultades".

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12 julio 2024, 11:54