Buscar

Monseñor Paul Richard Gallagher durante la lectio magistralis en Aquileia Monseñor Paul Richard Gallagher durante la lectio magistralis en Aquileia

Gallagher: La diplomacia de la Santa Sede es sujeto super partes para unir ideas

Invitado a la pequeña ciudad italiana del Triveneto con motivo de la memoria litúrgica de los mártires de Aquileia y patronos de la archidiócesis de Gorizia, el Secretario vaticano para las relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales celebró una lectio magistralis sobre la historia del antiguo centro urbano, que representa un "ejemplo maduro de fraternidad universal" del que "la Europa de hoy debe seguir inspirándose para sembrar la paz con paciencia y confianza".

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

Una ciudad que "a lo largo de sus más de dos milenios de historia" ha desarrollado "una particular sensibilidad por la paz", "aprendiendo a resolver los desacuerdos que surgen de las diferencias culturales, lingüísticas y étnicas": así describió Aquileia el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, invitado este 12 de julio, a la pequeña ciudad italiana de Friuli Venecia Julia, para la memoria litúrgica de los santos Ermagoras, obispo y Fortunatus, diácono, mártires de Aquileia y patronos de la archidiócesis de Gorizia y Triveneto, para celebrar una lectio magistralis sobre el tema "Aquileia Magistra Pacis - Un contrapunto a la diplomacia de la Santa Sede".

Los conflictos de hoy

Una diplomacia, la de la Santa Sede, firmemente comprometida a poner fin a los "conflictos en curso": de Ucrania a Palestina, a Israel, a Azerbaiyán, a Myanmar, a Etiopía, a Sudán y a Yemen. La Santa Sede "siempre se moviliza como un sujeto super partes", tratando de "unir ideas divergentes, posiciones políticas opuestas, visiones religiosas" e "ideologías diferentes", promueve la paz en el "respeto de las normas internacionales" y los derechos humanos fundamentales y "es activo en un nivel humanitario", por ejemplo "para facilitar la repatriación de los niños ucranianos y el intercambio de prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania, así como para favorecer la liberación de los rehenes israelíes en la Franja de Gaza".

Una ciudad encrucijada de personas e ideas

Del presente al pasado, en su conferencia, Gallagher reconectó los hilos de la historia a partir de la fundación de Aquileia en el 181 a.C. Ya entonces, dijo, la ciudad se destacó "como una extraordinaria encrucijada cosmopolita de personas e ideas" y facilitó "la difusión de influencias artísticas, culturales y cultas", que fueron "reelaboradas y readaptadas" a su propio contexto, recordó Gallagher, añadiendo que, incluso en la era cristiana, la ciudad destacó por "su extraordinaria vocación por la armonía de los pueblos". Desde Aquileia, entre otras cosas, el cristianismo se extendió "a las tierras vecinas, entrando progresivamente en contacto con pueblos y culturas heterogéneos", acercándolos y dando frutos "en todos los campos del pensamiento, de la espiritualidad y del arte". Todo ello ha generado un "espíritu de acogida y de convivencia", "un arte de diálogo y de discusión" y una "capacidad de valorar los estímulos que vienen del exterior".

Aquileia
Aquileia

El espíritu de Aquileia y la diplomacia vaticana

"La larga historia de convivencia, de encuentro y de diálogo en esta zona fronteriza, a pesar de las profundas heridas infligidas en el corazón de la gente por las derivas de un nacionalismo exasperado", es un "ejemplo maduro de fraternidad universal", afirmó el Secretario para las relaciones con los Estados, de quienes "la Europa de hoy debe seguir inspirándose para sembrar la paz con paciencia y confianza". Gallagher luego dirigió su mirada "al actual contexto internacional", donde "frente a la violencia y al uso generalizado de las armas como herramienta para resolver disputas, las diplomacias luchan por desempeñar su tradicional papel de mediación", a menudo relacionándose con hechos, pero sin habiendo trabajado las causas o aquellas "situaciones culturales, sociales, étnicas y religiosas" que generan conflictos.

Acompaña a quienes anhelan la paz

En este escenario, "la diplomacia del Papa, aunque se presenta como una realidad estructurada según las normas del derecho internacional, actúa como una fuerza moral desprovista de ambiciones geopolíticas, cuidadosa de no complacer intereses partidistas", explicó el arzobispo, y en cualquier caso no es indiferente "a las expectativas y necesidades concretas de las personas, al grito desesperado de los frágiles y de los descartados", del que se convierte en "voz y eco". El interés de la Santa Sede, por tanto, es acompañar a quienes anhelan la paz y buscan la reconciliación, por ello "los rasgos distintivos del espíritu de Aquileia" se encuentran "en la actitud del diplomático pontificio de fomentar el diálogo con todos", subrayó el Secretario de Relaciones con los Estados, "incluidos aquellos interlocutores considerados inconvenientes o no capacitados para negociar", o en su propensión a utilizar la humildad y la paciencia hasta el límite para desatar nudos aparentemente inextricables". La actividad diplomática de la Santa Sede, en la práctica, por un lado, "interviene para garantizar la libertad de la Iglesia; por el otro", continuó Gallagher, "tiene como objetivo colaborar con los Estados y las organizaciones internacionales para resolver los grandes problemas de la humanidad" trabajando para salvaguardar los derechos humanos fundamentales y "por la afirmación de los más altos valores morales y sociales".

Relaciones diplomáticas con los países nacidos de la ex República Yugoslava

En cuanto a la "lección de cultivar" de Aquileia el respeto por las autonomías y las "diferentes etnias", para Gallagher evoca "el apoyo de la Santa Sede al proceso de integración de los Balcanes Occidentales en la Unión Europea", en cuya base hay "la ampliación y relajación de las relaciones diplomáticas", que se produjo tras la caída del Muro de Berlín, y que condujo al "desarrollo de la actividad concordataria en países donde el cambio de sistema político había conducido a una actitud diferente hacia la religión y hacia la Iglesia Católica". El diplomático vaticano citó los Acuerdos firmados desde 1996 con la mayoría de los Estados nacidos de la disolución de la antigua República Yugoslava, definiéndolos como "instrumentos autorizados para responder a los antagonismos étnicos y confesionales dramáticamente producidos por una concepción miope de la nacionalidad" y destacó que los viajes apostólicos del Papa Francisco a Albania en 2014, a Bosnia y Herzegovina en 2015, a Bulgaria y Macedonia del Norte en 2019, "reforzaron aún más la cercanía y el apoyo de la Santa Sede a la colaboración y los intercambios de esos países con Europa”, así como sus visitas oficiales a las capitales “para fomentar la convivencia fraterna entre etnias y religiones, en distinción y respeto mutuo”.

Basílica de Santa María Asunta en Aquileia
Basílica de Santa María Asunta en Aquileia

Migraciones a lo largo de la ruta de los Balcanes Occidentales

Esa apertura y acogida "de diferentes pueblos y culturas" que han caracterizado a Aquileia, nos anima finalmente a reflexionar sobre la crisis migratoria a lo largo de la ruta de los Balcanes Occidentales", afirmó el Secretario de Relaciones con los Estados que nos invitó a reflexionar sobre las miles de personas que "intentar cruzar fronteras" para escapar de la persecución, la guerra, los conflictos o la pobreza y encontrar nuevas oportunidades de existencia o un refugio seguro", frente a las cuales se construyen muros y no se toman medidas teniendo en cuenta las oportunidades que las migraciones pueden ofrecer "con miras al crecimiento de sociedades más inclusivas". La Santa Sede propone a los gobiernos y a la sociedad civil la acogida, protección, promoción e integración de los extranjeros, y esto, concluyó el Prelado, requiere la implicación "de todos los actores implicados, incluidas las comunidades religiosas".

Personalidades dedicadas al diálogo y la mediación

Monseñor Gallagher recordó una y otra vez cómo "el espíritu de Aquileia" ha forjado "personalidades dedicadas al encuentro, al diálogo y a la mediación", entre estos "brillantes eclesiásticos originarios de Friuli Venecia Julia" que han servido a la Santa Sede en diferentes partes del mundo. Hay que recordar, entre los siglos XIX y XX, a monseñor Luigi Faidutti y al arzobispo Antonino Zecchini, que vivieron "en el complejo panorama religioso y político de las nacientes Repúblicas bálticas", al cardenal Celso Costantini, "cuya gran capacidad diplomática le hizo paciente tejedor de relaciones entre la Santa Sede y China", y el cardenal Guido Del Mestri, que contribuyó "a la llamada Ostpolitik vaticana". Se trata de cifras que "permiten captar las consonancias entre la herencia de agregación de valores atribuible al espíritu de Aquilea y los rasgos de la diplomacia de la Santa Sede", observó el arzobispo, que en diversos contextos está llamado a garantizar que hay "una comunión de diferencias", "apagar los conflictos y tejer la armonía", en la "convicción de que el cierre y el aislamiento producen sociedades asfixiadas, incapaces de respirar el oxígeno del diálogo y del encuentro, premisas sólidas para una auténtica construcción de la paz".

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

13 julio 2024, 10:40