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Hollerich: Unidad frente a las guerras y la injusticia

Del 29 de julio al 3 de agosto, Roma acoge a más de 50 mil jóvenes de 20 países. El 30 de julio, tendrá lugar la audiencia con el Papa en la plaza de San Pedro. El cardenal de Luxemburgo, en la rueda de prensa de presentación afirmó: es una ocasión para vivir la pluralidad, «todo menos dada por descontada».

Antonella Palermo - Ciudad del Vaticano

Jóvenes de 88 diócesis de 20 países participan hasta el 3 de agosto en Roma en la XIII Peregrinación Internacional de los acólitos, bajo el lema «Contigo» (de un versículo del Libro de Isaías). Más de 50.000 personas, entre ellas 35.000 de Alemania, se unirán a más de 12.000 ayudantes voluntarios y 2.000 agentes pastorales. A las 18.00 horas de mañana martes 30 de julio, tendrá lugar el esperado encuentro con el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Hoy, en una rueda de prensa en el Instituto «Maria Bambina», se han dado algunos detalles sobre este acontecimiento, que vuelve después de seis años,  y es catalizador de energías vitales para la Iglesia universal. 

Experiencia de pluralidad y unidad

«Es un momento muy especial de alegría y bendición el que nos ve reunidos en Roma», declaró el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente del Coetus Internationalis Ministrantium (CIM). El lema, señaló el purpurado, es un precioso recordatorio de la cercanía de Dios, una promesa que es a la vez consuelo y aliento: Dios, en efecto, no sólo nos acompaña, sino que nos sostiene en cada desafío. «Esto es muy importante, especialmente para los jóvenes de hoy», precisó. La peregrinación ofrece la posibilidad de una experiencia de pluralidad y unidad, que dista mucho de darse por sentada, «frente a las noticias diarias de guerras, sufrimiento e injusticia». Un único compromiso une a los ministerios, explicó el jesuita Hollerich: «ser constructores de paz». 

Brillante testimonio de presencia activa en la Iglesia

Monseñor Johannes Wübbe, presidente de la Comisión de Juventud de la Conferencia Episcopal Alemana, habló de la profunda fe que une a estos jóvenes. «Estamos orgullosos de su valiente ejemplo, podemos aprender mucho de ellos. Sus ministerios -añade- son un testimonio luminoso en una época en la que a menudo es difícil para los jóvenes ser una presencia activa en la Iglesia». Monseñor Tobias Knell, secretario general de la CIM, señaló que acudirán hasta 35 obispos. El grupo más numeroso de monaguillos procede de Friburgo. Ante las tórridas temperaturas de la época, un centenar de voluntarios que organizan la audiencia con el Papa distribuirán mañana en la plaza 50.000 botellas de agua. Austria, Bélgica, Croacia, Francia y Alemania son las naciones más representadas. Durante el encuentro con Francisco, junto a la banda Syndikath (de la diócesis de Limburgo) para la animación musical estará un Coro de las Naciones formado por 500 peregrinos de todos los países inscritos. Esta peregrinación pretende promover la inclusión, por lo que se tendrán especialmente en cuenta las necesidades de los chicos y chicas con discapacidad. 

La comunión con  Dios

Tres jóvenes compartirán su experiencia como monaguillos: Mia Rothermel es una chica de 17 años y llegó en autobús desde la diócesis de Augsburgo. Es la primera vez que visita Roma. Muestra el pañuelo blanco y amarillo que mañana entregará al Papa. Tóbiàs Kiss vino de Rumanía: «Es algo especial estar aquí, felices, con la oportunidad de expresar nuestros sentimientos. Es una oportunidad para intercambiar opiniones, muy agradable». Philipp Bader dijo estar especialmente contento de poder ver las catacumbas, una de las citas del programa que más curiosidad despierta entre ellos. Ser monaguillo, explicaron, significa básicamente vivir en comunidad con otros coetáneos, pero también experimentar más íntimamente la comunión con Dios. Y el cardenal Hollerich, por su parte, explicó lo sumamente importante que es para estos jóvenes sentir que los adultos depositan su confianza en ellos. 

Olimpiadas, Hollerich: Que la sociedad liberal europea respete a los cristianos

Al margen de la presentación de la peregrinación, el cardenal Hollerich comentó a los periodistas la inauguración de los Juegos Olímpicos en París: «Estoy triste», lamentó. «Respetamos la diversidad en el mundo y también queremos que la sociedad liberal europea respete a los cristianos y no haga nada contra sus sentimientos religiosos. No es una Iglesia prepotente la que exige esto». Es «como si los cristianos no formaran parte de la sociedad en Europa, esto es inadmisible», concluyó.

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29 julio 2024, 23:09