La frontera digital, una nueva misión para un mundo nuevo
Lorena Leonardi – Ciudad del Vaticano
Este interrogante fue el punto de partida de la reflexión del cardenal Michael Czerny, prefecto del dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, articulada a la luz de la necesidad de la Iglesia de estar presente en el entorno digital: una necesidad que surgió con fuerza durante la primera sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad (de octubre del año pasado) y que llevó a la creación, por parte del Papa Francisco, de un grupo de estudio sobre este tema para “profundizar en las implicaciones a nivel teológico, espiritual y canónico e identificar los requisitos a nivel estructural, organizativo e institucional para llevar a cabo la misión digital”.
La misión digital es una “fuerza motriz” evangélica
El cardenal Czerny, uno de los delegados del Sínodo sobre la Sinodalidad, basó su razonamiento en el deseo de la Iglesia de “estar presente” en un entorno, el digital, que no es sólo un “lugar”, sino una verdadera cultura, “sustancialmente nueva y en rápida evolución”, que afecta a todos los aspectos de la vida humana y en la que el principal reto no es la electrónica, “sino la inculturación del Evangelio y de la vida de la Iglesia”.
Brotando como una “semilla sembrada en la tierra”, la misión digital, auténtica “fuerza motriz” evangélica, “comenzó cuando nacieron las redes sociales, los podcasts, los blogs y YouTube” y “laicos, sacerdotes y religiosos no esperaron un mandato del Vaticano, de su obispo o de sus superiores. Al ver almas vagando por estos espacios digitales en busca de sentido, tomaron la iniciativa, introduciéndolas en el amor de Cristo".
La comunicación de Lonergan y su contribución a la misión digital
En su intervención, pronunciada también el pasado 7 de mayo en la Pontificia Universidad Gregoriana, el cardenal Czerny relacionó a continuación la misión en el ámbito digital con la “comunicación”, entendida como especialidad funcional según el esquema identificado por el jesuita Bernard Lonergan en su “Método en Teología”.
Se trata de un sistema complejo, que se remonta a cerca de medio siglo e identifica ocho especializaciones funcionales (investigación, interpretación, historia, dialéctica, fundamentación, doctrina, sistemática y comunicación) para aspirar a una unidad del método teológico útil para abrir un diálogo entre los distintos sujetos y con el mundo.
La “comunicación” de Lonergan, concluye el cardenal, “arroja una viva luz sobre el magisterio del Papa Francisco respecto a la misión digital”: si ésta “tiene su origen en la fe y en la Iglesia, pero de manera espontánea y disipada”, ahora de hecho “tanto el Santo Padre como el Sínodo piden que la misión digital sea reconocida e incorporada a la Iglesia visible y se convierta en un verdadero ministerio y misión eclesial”.
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