Cardenal José Tolentino aboga por una cultura de cuidado y hospitalidad
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
En desarrollo la visita del Cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, por México. Durante su visita a la Ciudad de México, el purpurado sostuvo un encuentro con destacados intelectuales, estudiosos e investigadores en la Universidad Pontificia de México (UPM), a fin de promover una educación solidaria y comprometida con los desafíos de la actualidad.
El encuentro “Valoremos los signos más constructivos de nuestro momento cultural” que se realizó este 24 de septiembre, planteó, de acuerdo al presbítero y rector de la UPM, el Dr. Alberto Anguiano García, reflexiones en torno a lo que significa ser “una iglesia de salida”, la cual beneficie a toda la comunidad académica, desde los estudiantes hasta los profesores e investigadores.
En este sentido, el catedrático expresó que la “realidad global nos pide referentes más amplios, más profundos y estos los deben ofrecer, particularmente, quienes se dedican a la educación”. Por su parte, el cardenal Tolentino destacó durante su intervención que el mundo atraviesa una época de incertidumbre y transformaciones, sin embargo, “no deja de ser una época en la que se siente reverberar tantas esperanzas”.
“No hay dos mundos separados”
Ante esta premisa, el Prefecto y teólogo destacó que la esperanza siempre está presente y un motivo para mantenerla es la capacidad del ser humano para ver claramente “dónde nos encontramos”, con respecto a la relación que existe entre la humanidad y el medio ambiente en la actualidad.
Bajo este contexto, Tolentino de Mendonça señaló que es primordial reconocer que “no hay dos mundos separados, tampoco hay dos ecologías separadas; no existe por un lado el mundo ambiental y por otro el mundo social; sino que hay un único sistema que es esta realidad socio-ambiental en la que todo vivimos”, por tanto, destacó que se trata de una realidad interdependiente que une a la humanidad con la naturaleza.
Del mismo modo, el purpurado resaltó la importancia de fomentar una “cultura del cuidado y de la hospitalidad” para sustituir la práctica de la hostilidad e instó a los presentes a ser compasivos, a hacerse presente y comunicarle al prójimo que “no estás solo, porque reconozco tu sufrimiento y asumo en parte tu dolor”; por ende, subrayó que “la compasión no es solo un sentimiento” sino que es “un verdadero motor de búsqueda y de esperanza”.
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