Kettelkamp sobre el informe de abusos: Las víctimas quieren justicia
Christopher Wells – Ciudad del Vaticano
“Las víctimas quieren ser escuchadas y quieren justicia”, expresa la Dra. Teresa Kettelkamp, al explicar algunas de las conclusiones del “Informe anual piloto sobre políticas y procedimientos eclesiásticos de salvaguardia”, publicado el martes 29 de octubre por la Comisión Pontificia para la Protección de Menores.
En una entrevista con Vatican News, la Dra. Kettelkamp, secretaria adjunta para la Comisión, comentó que el Informe es una “herramienta… una instantánea de cuál es la situación de la Iglesia en relación a la protección y al acercamiento a los supervivientes”.
“Un hallazgo” que le complace, dice, “es el deseo de desarrollar mecanismos de protección para la Iglesia universal”. Reconociendo los desafíos que aún existen, la Dra. Kettelkamp comentó que la Iglesia ya tiene “una mentalidad de salvaguardia”, pero necesita desarrolla una “cultura de salvaguardia”.
Parte del reto, es hacer justicia para los sobrevivientes de abusos. “Las víctimas quieren ser escuchadas y quieren justicia”.
De igual forma, la Dra. Teresa reconoce las limitaciones del informe inicial. “Quiero darle esperanza a la gente”, manifestó, “sé que esto es un piloto. Es una instantánea. Hay lagunas en algunas áreas que incluso ustedes ya conocen, pero ésta es la primera vez que se pone en marcha”.
Pero, indicó que “la Iglesia se toma en serio la salvaguardia. Incluso si no cuentan con los recursos, no he encontrado un solo líder eclesiástico, con quien me haya reunido, que desestime la salvaguardia”.
“Ahora bien, ¿existen los recursos?”, cuestiona ella. “¿Existe el conjunto de habilidades? ¿Existe la base de conocimientos? No, pero podemos remediarlo. Nosotros podemos ayudar con eso.
Doctora Kettelkamp, la comisión se está preparando para publicar su primer Informe Anual. ¿Puede decirnos, en una palabra, cuál es el propósito, la intención de este informe?
Considero que hay múltiples propósitos. El objetivo principal es que es una herramienta. Es una instantánea de cuál es la situación de la Iglesia en relación a la protección y al acercamiento a los supervivientes. El Papa nos pidió que le diéramos una idea sobre cómo lo estamos haciendo como Iglesia global en el ámbito de la seguridad de los niños y la ayuda a los supervivientes. Eso fue en el 2022. Así que, nos tomamos muy en serio la tarea. No teníamos un modelo a seguir. Tuvimos que pensar, ¿cómo hacer esto? ¿cuál es la metodología?, ¿cómo recopilamos la información?, ¿qué información disponible deberíamos recopilar? Y, estadísticamente, si vamos en esa dirección, científicamente sólida.
Así pues, elaboramos la metodología y estábamos esperando que este reporte anual pueda servir como una herramienta para el Santo Padre y para la Iglesia en su conjunto, para examinar cómo está actuando la Iglesia Católica, manteniendo a salvo a sus niños y a las personas vulnerables. ¿Existen directrices de salvaguardia y dónde están?, ¿cómo actuamos si no las hay?, ¿cuáles dificultades plantea implementarlas?, ¿estamos llegando a los supervivientes?, ¿tenemos una Iglesia segura y acogedora?
Así que buscaron diferentes maneras para este -informe- piloto. Recuerda que se trata de un proyecto piloto. Así que no hay que verlo como años y años de ajustes finos. Ante todo, buscamos cómo íbamos a recopilar la información.
Entonces, pensamos en qué podríamos hacer, podríamos recopilar información de las visitas ad limina cuando los obispos vienen y encuentran con el Santo Padre. Podríamos, también, preparar un cuestionario, además de los que prepara el Dicasterio de los Obispos para recolectar información.
Y así, nos reunimos con los obispos después de su encuentro con el Santo Padre. Odio decir esto. Usualmente, son como las 4:00 de un día caluroso, pero ellos vienen y están muy cansados, abrigados y, probablemente, también hambrientos, para ser honesta. Simplemente hablamos con ellos sobre las respuestas a su cuestionario quinquenal y cómo podríamos ayudar a desarrollar recursos que todos estamos de acuerdo, son una especie de base para el desarrollo de un ambiente seguro en una Iglesia que acoge a quienes han sido víctimas de abuso.
Así que, esa es una parte de la información.
La otra parte es que ahora la Comisión está dividida en regiones: Asia, África, América y Europa. Por tanto, tenemos expertos regionales y les hemos pedido que hagan su propia evaluación regional sobre cómo van las cosas. ¿Cuáles son los retos?, ¿cuáles son las buenas noticias?, ¿las malas noticias?, ese tipo de cosas.
La tercera área es que hemos escogido dos dicasterios este año, Clero y Doctrina de la Fe, para colaborar y ver qué podemos aprender de ellos, en relación a nuestro objetivo común y mantener la seguridad de la Iglesia. Apertura y transparencia: no puedo enfatizar lo suficiente el poner salvaguardas y trabajar como un Iglesia de forma integral.
La última sección mira a la Iglesia fuera de la Iglesia y esta es Cáritas. ¿Qué otras entidades en la Iglesia, y en el entorno eclesiástico, están trabajando para ayudar a los pobres, a los necesitados, entre otros, y cuáles son sus salvaguardias y su apertura para acoger a los sobrevivientes?
Así que esa es la plantilla que desarrollamos en la primera ronda. Ahora, hemos aprendido mucho. En cuanto a las estadísticas nosotros, como una Iglesia en el ámbito de la salvaguardia, tenemos una fuerte base estadística y debemos trabajar en ello. Pero, en muchos lugares, no se tienen recursos para recopilarla: cuántas denuncias, cuántos sobrevivientes se han presentado. Pueden imaginar los desafíos en ambas áreas.
Esperemos que el informe sirva como una herramienta, que podamos utilizarlo como un documento fundacional y mejorar nuestra metodología y recopilación y, luego, aún mejor, para el próximo año, demos una perspectiva más nítida de la Iglesia. Había sólo una cosa que iba a mencionar con las ad liminas: Nosotros hicimos sólo 14 o 15, pero esperamos que, durante el mandato de esta Comisión Pontificia, podamos cubrir todas las conferencias episcopales.
Sé que es un documento muy largo. Cubre, como ha dicho, toda la Iglesia y el mundo entero. ¿Podría señalar algunos de los aspectos más destacados de sus hallazgos y recomendaciones?
Uno de los hallazgos, seré honesta, que me complacen, es el deseo de desarrollar mecanismos de salvaguardia para la Iglesia Universal. Ahora, debe haber algunos retos, cultura, recursos, simplemente falta de cómo hacemos lo que hacemos.
Así, tenemos una mentalidad de salvaguardia. ¿Tenemos una cultura de protección? Aún no. Porque necesitamos políticas y procedimientos.
También tenemos una laguna en cuanto a la existencia de centros a donde los sobrevivientes puedan acudir y encontrar curación. Ahora bien, yo diría que cada país tiene una definición distinta de curación. En los Estados Unidos, la curación puede equipararse, según ellos, al dinero, pero eso no es cierto. Las víctimas quieren ser escuchadas y quieren justicia.
Ahora, lo que la justicia significa para mí, podría ser diferente de la justicia para usted, pero ellos quieren justicia. Quieren recuperar su integridad.
Así que, este es uno de los retos que hemos enfrentado.
No tenemos los mecanismos ahora mismo en la Iglesia para hacerlo, pero tenemos una iniciativa dentro de la Iglesia, a través de la Comisión Pontificia, para una Iniciativa Memorare. Y recordad que, nuestro mandato es doble: asesora al Santo Padre y trabajar localmente. Estas Iniciativas Memorare son formas en las que la Iglesia puede trabajar localmente y ayudaremos a formarlas y dotarlas de recursos. Así, podrán ser centros de implementación de salvaguardia y acogida de los sobrevivientes, para ayudar a establecer la capacidad sostenible a nivel local.
Así que también estamos avanzando lentamente en ese sentido. Pero el mundo es grande.
¿Hay algo que le gustaría decir a la Iglesia, a las víctimas y a los fieles laicos en general sobre su trabajo?
Sí, le quiero dar a la gente esperanza.
Sé que esto es un piloto. Es una instantánea. Hay lagunas en algunas áreas que incluso ustedes ya conocen, pero ésta es la primera vez que se pone en marcha.
Pero la Iglesia se toma en serio la protección. Incluso si no tienen recursos, no he encontrado un solo líder eclesiástico con el que me haya reunido, en mi experiencia, que desestime la salvaguardia. Simplemente no existe. ¿Existen los recursos?, ¿existe el conjunto de habilidades?, ¿existe la base de conocimientos? No, pero podemos remediarlo. Nosotros podemos ayudar con eso.
Hay lagunas a la hora de llegar a los supervivientes. Tenemos que hacer más para que todo el mundo sea bienvenido. Y el hecho de que, si han sufrido abusos, pueden denunciarlos y no sufrirán más daños.
Teresa Morris Kettelkamp es experta en políticas y directrices para la protección de menores y adultos vulnerables. En enero de 2016, se trasladó a Roma para trabajar en la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. El Papa Francisco la nombró Miembro de la Comisión Pontificia en 2018 y, tras renovar su nombramiento en 2022, la nombró Secretaria Adjunta de la Comisión en 2024.
La transcripción de esta entrevista ha sido editada para mayor claridad.
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