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Cardenal Reina abre la Puerta Santa en la Basílica de San Juan de Letrán

Tras el rito de apertura, el Vicario General del Papa para la Diócesis de Roma presidió la santa misa e invitó a tender los brazos a todas las personas, en un mundo desgarrado por las guerras, las discordias y las desigualdades: "Hagamos que a través de nuestros brazos abiertos llegue el reflejo del amor de Dios. No nos salvaremos solos, sino en familia, y por eso debemos cultivar al máximo la fraternidad".

Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano

"Nos sentimos profundamente unidos al Santo Padre: esta es su catedral, la Iglesia que preside en la caridad y la comunión. Experimentamos su abrazo y su apoyo, y le aseguramos nuestra oración". Así se expresó de manera espontánea el Cardenal Baldassare Reina, Vicario General de Su Santidad para la Diócesis de Roma, durante la Santa Misa del domingo 29 de diciembre, tras la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Papal de San Juan de Letrán, en el marco del Jubileo Ordinario de 2025. 

Este mismo día, por disposición del Pontífice en la bula de convocatoria del Año Santo Spes non confundit, los obispos diocesanos celebrarán la Eucaristía como apertura solemne del Año Jubilar según un ritual específico.

Los concelebrantes atraviesan la Puerta Santa de la Archibasílica Papal de San Juan de Letrán este domingo 29 de diciembre de 2024. (ANSA)
Los concelebrantes atraviesan la Puerta Santa de la Archibasílica Papal de San Juan de Letrán este domingo 29 de diciembre de 2024. (ANSA)

Con la apertura de la tercera Puerta Santa, tras la de San Pedro (el 24 de diciembre) y la de la cárcel de Rebibbia (el 26), se ha renovado la profesión de fe en Cristo, Puerta de la salvación, y se ha confirmado el compromiso de ser para cada hermano y hermana "signo concreto de esperanza, abriendo la puerta de nuestro corazón a través de sentimientos de misericordia, bondad y justicia", sostuvo Reina.

Apoyar a las familias en dificultades

El purpurado observó que la celebración adquiere un significado aún mayor al inscribirse en la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, modelo de toda comunidad doméstica y espejo de la comunión trinitaria. Aprovechando esta "coincidencia providencial", el Cardenal Vicario invitó a "reconocernos como familia de Dios, llamados a crecer en la unidad y en la caridad recíproca, y a apoyar con la oración a todas las familias, especialmente a las que atraviesan dificultades y sufrimientos".

Asimismo, precisó que "el gesto simbólico de algunas familias que atravesaron la Puerta Santa junto a los concelebrantes es un testimonio elocuente de esta misión, que sentimos particularmente urgente en nuestro tiempo".

La fe, una experiencia de relación

Reina puntualizó que "la fe es una experiencia profunda de relación con Dios, y la dimensión que representa para nosotros es la de la filiación, una realidad que debemos redescubrir continuamente". Y para ello, aconsejó "detenernos a reflexionar, durante unos instantes, sobre la Parábola del Padre Misericordioso". 

También acotó que "durante mucho tiempo, la interpretación de esta parábola separó y contrapuso a los dos hermanos, sin captar cómo ambos compartían la fatiga de ser hijos a partir de un error de juicio hacia su padre". "Recordemos, indicó Reina, que la escena la toma el hijo menor que pide su parte de la herencia y se marcha, convencido de que para sentirse vivo y responsable de su vida debe emanciparse de su padre, abandonar la casa en la que creció, el vientre que lo engendró". 

“Nos encontramos ante la clara representación de nuestro tiempo agobiados por el peso de un malentendido: aquel según el cual Dios es el enemigo de nuestra libertad, el obstáculo a derribar para sentirnos por fin creadores de nuestra existencia.”

Un abrazo que acoge y bendice

Reina se centró en un detalle de la parábola que invita a contemplar de nuevo la imagen de la puerta, "esa misma puerta que hemos atravesado y que seguiremos atravesando a lo largo de este año de gracia", dijo. "En el momento en que el hijo emprende el regreso, continuó Reina, San Lucas subraya con conmovedora precisión: 'Cuando aún estaba lejos'" (Lc 15,20).

En este aspecto se revela un rasgo extraordinario del corazón paterno, según Reina: "El padre no sólo esperaba, sino que velaba con esperanza inquebrantable y, al ver a su hijo de lejos, siente dentro de sí el temblor de la compasión. No se demora, sino que corre hacia él, lo abraza y lo besa con infinita ternura".

Reina sugirió imaginar la carrera de este padre que no se cansa de amar, "lo vemos acercarse con los brazos abiertos". En dicho sentido, planteó que "esos brazos abiertos son la puerta santa".

“No importa lo lejos que hayamos ido, no importa lo que hayamos hecho, desperdiciado o arruinado. En el momento en que hayamos decidido volver nunca encontraremos una puerta cerrada, sino un abrazo que acoge y bendice.”

Responder a la gracia de Dios con un corazón abierto

El cardenal enfatizó que "el hogar que nos espera no es otro que la morada del Padre, su corazón, un lugar donde somos vistos incluso cuando aún no podemos verle. Es un corazón que se mueve hacia nosotros cuando aún estamos lejos, porque Él nunca se ha separado de nosotros".

Retomando el lema del Jubileo Ordinario de 2025, Reina manifestó el deseo de convertirnos en "peregrinos de esta esperanza, de un amor que no se cansa, de una salvación reencontrada, de una familia reconstituida". "De esos brazos abiertos aprendemos a ser Iglesia, a convertirnos en su sacramento, la familia del Dios que libera nuestra libertad hacia el bien", añadió.

Atravesar la Puerta Santa significa, recordó el purpurado, acoger esta llamada y vivir como hijos en el Hijo, testigos del Padre que nos espera "cuando aún estamos lejos" (Lc 15,20). "Es una invitación a responder a la gracia de Dios con un corazón abierto, dejándonos reconciliar por su abrazo que nos devuelve la dignidad y nos permite construir relaciones de auténtica fraternidad".

Santa misa tras la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Juan de Letrán, el domingo 29 de diciembre de 2024. (Vatican Media)
Santa misa tras la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Juan de Letrán, el domingo 29 de diciembre de 2024. (Vatican Media)

Extendamos nuestros brazos en señal de amor

El Cardenal Reina pidió que, al cruzar la Puerta Santa, recordemos con compasión a aquellos que se sienten distantes de Dios, como el hijo menor de la parábola, y a quienes cargan con el peso de la amargura, como el hijo mayor. Pensó especialmente en los enfermos, encarcelados, y en aquellos que sufren soledad, pobreza o fracaso, o que han perdido la esperanza. En un mundo marcado por conflictos y desigualdad, animó a los fieles a extender nuestros brazos en señal de amor y fraternidad, recordando que la salvación se alcanza en comunidad, no de forma individual.

El Cardenal Vicario incentivó a vivir la alegría del Evangelio, llevando a Dios a nuestras familias y relaciones cotidianas, especialmente en la relación con nuestros hijos, el matrimonio y el cuidado de los ancianos. Propuso que nuestro testimonio, como el de María y José, sea un reflejo luminoso y fecundo, abriendo puertas cerradas y guiando los corazones alejados de regreso a la casa del Padre.

Antes de impartir la Bendición Solemne, el Vicario del Papa para la Diócesis de Roma deseó un bendecido año nuevo 2025 a todos los presentes en la eucaristía y a quienes la siguieron a través de los medios de comunicación. A su vez, exhortó a pedir a Dios el don de la paz para el mundo, en consonancia con los llamamientos del Santo Padre.

La apertura de las restantes Puertas Santas

El 1 de enero de 2025, como ordenó el Pontífice, será abierta la Puerta Santa en la Basílica de Santa María la Mayor, y el 5 de enero será abierta la Puerta Santa en la Basílica de San Pablo Extramuros. Radio Vaticana - Vatican News transmitirá en directo ambas ceremonias, con comentarios en español.


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29 diciembre 2024, 10:42