Pasolini: en este Año Santo, permanezcamos anclados en Cristo
Olivier Bonnel - Ciudad del Vaticano
El viernes 21 de marzo, el padre Roberto Pasolini, predicador de la Casa Pontificia, pronunció el primero de sus sermones de Cuaresma a los miembros de la Curia. Desde el Aula Pablo VI del Vaticano, el fraile capuchino dirigió unas palabras al Papa Francisco, que sigue hospitalizado. "Saludamos cordialmente al Santo Padre, que todavía no puede estar con nosotros -esperamos que lo esté pronto- y seguimos asegurándole nuestras oraciones".
Pasolini pasó después a una meditación sobre la lógica del bautismo, titulada "Aprender a recibir". "Al inicio de este Año Jubilar, se nos invitó a mirar a Cristo como el ancla segura e inquebrantable en la que no se confunde nuestra esperanza, sino que nos impulsa a caminar sin perder de vista la grandeza de la meta a la que estamos llamados, que es el Cielo", establece el texto. "Este arraigo en Cristo, que se traduce en un dócil abandono a las mociones del Espíritu, es un proceso cuyo resultado está lejos de ser seguro".
Situarnos como discípulos de Jesús
"Existe en la Iglesia una tentación constante de buscar palabras más fáciles e inmediatas que el Evangelio, y de alejarnos así del fundamento único que es Cristo", escribe Pasolini. El religioso apunta que "sin embargo, su vida es la manifestación más extraordinaria de lo que puede llegar a ser nuestra humanidad cuando se deja guiar por la lógica de Dios. Esto implica una continua conversión de nuestro modo de pensar, tanto sobre lo que somos como sobre lo que la gracia nos llama a ser", escribe el padre Pasolini.
"Por eso, en nuestras meditaciones de esta Cuaresma, trataremos de vernos como discípulos de Jesús, deseosos de aprender de su estilo de vida las actitudes que son esenciales si queremos caminar juntos hacia una vida nueva y eterna".
El religioso se centró en el bautismo de Cristo, porque es ahí donde se revela el sentido profundo de su misión. En primer lugar, está la anterioridad: antes de su bautismo y del comienzo de su vida pública, se sabe muy poco de la vida de Jesús. "Cristo eligió dejarse modelar por la realidad histórica en la que vivió. No apresuró su tiempo, ni buscó atajos para manifestarse. Su forma de actuar nos invita a redescubrir el valor del tiempo escondido, ese tiempo en el que se fortalecen las raíces y se forma la identidad en el silencio de la vida cotidiana", subrayó.
La forma en que Jesús "se bautiza" (utilizando un verbo pasivo) es sorprendente. "Yo necesito ser bautizado por ti, y tú vienes a mí" (Mt 3,14), exclama Juan Bautista. "A nosotros nos parece inadecuado e incluso inútil que Dios se deje determinar primero por nuestras acciones. Por el contrario, Dios está precisamente convencido de que lo más hermoso y urgente es sumergirse en nuestras aguas, para recordarnos que nuestra realidad, con todas sus luces y sombras, puede convertirse en lugar de salvación", prosigue el predicador. "Dios prefiere que sean nuestras manos las que le hagan algo. Es una opción de gran confianza en nosotros".
"En esta aparente pasividad de Cristo en su bautismo, hay que saber captar también una cierta acción de Dios, en la que se manifiesta uno de los rasgos más singulares de su capacidad de amar. Generalmente pensamos que amar significa querer a otra persona, explicitando ese sentimiento mediante un gesto simbólico. Pero amar significa también -quizá más profundamente- querer el bien del otro", aseguró el padre Pasolini.
La compasión, piedra angular de una humanidad nueva
Al comenzar su ministerio de curación y salvación desde abajo, "en las aguas de nuestra frágil humanidad", Jesús quiso hacer de la compasión "la piedra angular de una humanidad radicalmente nueva". No se trata de sentirse bien -o incluso mejor que los demás-, sino de la alegría de descubrir que Dios, el Padre, puede satisfacer verdaderamente las necesidades de todos cuando sus hijos eligen el camino de la solidaridad y la lógica de la compasión.
Por su bautismo, Cristo opta por un "dejar hacer" viniendo de nosotros, "dando prioridad a nuestra humanidad". El descenso del Espíritu a través de la paloma "significa que, después de su bautismo, Jesús se sintió capaz de acoger y dar a luz una vida más grande que él, la del Padre y su amor infinito por la humanidad", se afirma en el texto de esta predicación.
Al episodio del bautismo le sigue en los Evangelios el de las tentaciones en el desierto. Es un momento que nos ayuda a comprender la prueba a la que se enfrenta toda persona en su camino por la vida. Pero Jesús da las claves. "En el Padrenuestro, enseña a los discípulos de todos los tiempos a terminar cada oración auténtica con la valentía de pedir a Dios que no nos ahorre los momentos de prueba necesarios para hacernos capaces de fidelidad y profundidad ('no nos dejes caer en la tentación'), sino que sólo nos preserve la posibilidad de no perdernos ('líbranos del mal')", prosigue el predicador.
Permanecer confiados
Por último, el padre Pasolini insistió en la importancia de "permanecer confiados". Es siempre mirando a Jesús, al final de la prueba del desierto, como podemos comprender lo que espera de nosotros. "Sea cual sea la forma en que queramos entender el texto, podemos ver que la prueba del desierto ayudó a Jesús a desarrollar la fuerza interior que necesitaba para abrazar su misión sin miedo a la muerte", recordó el religioso capuchino. "Cuando Jesús envíe a sus discípulos a proclamar el Reino, les dará pautas para encarnar esta forma sobria y confiada de estar en el mundo".
Al concluir su sermón, el predicador recordó que en esta Cuaresma del Año Jubilar, "estamos llamados a permanecer anclados en Cristo, seguros de encontrar en Él un punto de referencia sólido y seguro para nuestra vida".
"El signo concreto de nuestra adhesión a esta esperanza es el paso de la puerta santa, un gesto que nos invita a entrar cada vez más profundamente en el misterio de la vida de Cristo. El bautismo de Cristo no es solo un acontecimiento de su vida, sino un signo que ilumina el camino de todo creyente, mostrándonos ciertos movimientos existenciales que también nosotros estamos llamados a recorrer".
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