Tagle: Los obispos deben ser valientes y creativos como San José
Edoardo Giribaldi – Ciudad del Vaticano
Gratitud por la «respuesta generosa a la llamada de Dios», transmitida a través del Papa Francisco, por cuya curación se renuevan las oraciones. Y una exhortación a seguir las huellas de San José, cuya solemnidad cayó ayer, 19 de marzo.
Una fe silenciosa, la suya, capaz de generar «valentía» y «creatividad», dócil al plan divino, incluso cuando parece «incomprensible e incómodo». Estos son los deseos que expresó el cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización - Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares, en la misa de consagración episcopal, celebrada en la basílica de San Pedro, de monseñor Samuele Sangalli, arzobispo titular de Zella y vicesecretario del Dicasterio para la Evangelización, y de monseñor Diego Ramón Sarrio Cucarella, de los Misioneros de África, obispo de Laghouat en Argelia.
«Gastar más energía en los sueños de Dios que en los propios»
Tras recordar los doce años transcurridos desde el solemne inicio del ministerio petrino del Papa Francisco, el cardenal reflexionó sobre las responsabilidades de los obispos: «Pastores como maestros de doctrina, sacerdotes del culto sagrado, ministros del gobierno de la Iglesia».
Una tarea que sólo puede llevarse a cabo con la «gracia de Dios», dijo, inspirándose en figuras como San José. El padre putativo de Jesús es, ante todo, un modelo de discernimiento y de aceptación de la llamada divina.
«Su fe no es un acuerdo pasivo con Dios, sino que lo impulsa a actuar según su voluntad», subrayó el cardenal Tagle, comparando esta confianza con el ministerio episcopal. «Somos servidores del plan de Dios. A menudo planificamos y esperamos que Él ejecute nuestros planes. Pero nosotros no somos los planificadores, y Dios no es el ejecutor de nuestras voluntades. Confieso que la fe no les facilitará las cosas», añadió, ofreciendo a los nuevos obispos consejos sobre cómo afrontar las dificultades.
Ser «con los demás y ser para los demás»
De José, el cardenal también destacó el silencio, colmado por los actos de rescate, cuidado y protección de Jesús: «Es lo único que cuenta. Sus propias palabras palidecen ante la Palabra más grande. Él puede estar en silencio». Del mismo modo, el ministerio episcopal debe dejar espacio a la Palabra de Dios, edificando en lugar de destruir.
Por último, el cardenal Tagle subrayó la fiabilidad de José, «sombra de Dios Padre», un deber compartido por todo obispo. No son «sustitutos» o «competidores» de la divinidad, sino auténticos signos de su presencia». La homilía concluyó con una invitación dirigida a los nuevos obispos: estar «con los demás y ser para los demás», convirtiéndose en signos de comunión y de servicio misionero.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí