P. Herrera: Seamos ofrenda para los demás, eso es llevar la cruz
Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano
Durante el programa semanal "Estudio 9", a dos días del Domingo de Ramos, el Padre Felipe Herrera-Espaliat, editor general de Radio Vaticana - Vatican News, invitó a vivir la Semana Santa 2025 con hondura y conciencia, especialmente en el marco del Jubileo de la Esperanza. Lejos de una vivencia meramente introspectiva, el sacerdote destacó que estos días santos son una oportunidad para contemplar, celebrar y encarnar la fe.
El presbítero chileno recordó que la liturgia de la Semana Santa, y en particular la Vigilia Pascual, nos introduce en el corazón del misterio cristiano: la historia de la salvación desde la creación hasta la resurrección. “Aquello que profesamos también lo celebramos y lo vivimos”, afirmó, subrayando la importancia de participar activamente en los oficios litúrgicos.
Entre los signos más elocuentes, destacó el lavatorio de los pies como un gesto radical de servicio y humildad por parte de un Dios que se rebaja para rescatarnos. También resaltó la cruz, símbolo del amor extremo de Cristo, y la luz del Domingo de Resurrección, que nos recuerda que la muerte no tiene la última palabra.
En un mundo marcado por el dolor, el egoísmo y la división, llamó a ser testigos activos de la esperanza cristiana: una esperanza con forma de cruz, pero también de resurrección. Esa esperanza se manifiesta, dijo, en los pequeños gestos: el perdón, la reconciliación, el servicio, el respeto y la promoción de la dignidad humana.
Además, recordó la invitación constante del Papa Francisco a mirar las periferias —geográficas y existenciales—, allí donde se encarnan los nuevos “cristos crucificados”. Desde el migrante forzado hasta el compañero de trabajo que sufre en silencio, el llamado es a reconocer al prójimo como imagen viva del Cristo sufriente.
A quienes atraviesan momentos de dolor o desaliento, el mensaje fue claro y lleno de ternura: “No importa lo que hayas hecho, lo que importa es que Dios te amó primero. Déjate abrazar por su misericordia”. Así, vivir la Semana Santa es también reconocer nuestra fragilidad, abrirnos a la gracia y permitir que el Señor entre en nuestras heridas para transformarlas en vida nueva.
Con palabras sencillas pero profundamente cargadas de espiritualidad, el periodista nos invita a no dejar pasar esta Semana Santa como una tradición más, sino a convertirla en un acto vivencial y transformador que refleje la esperanza que no defrauda: Cristo vivo en medio de nosotros.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí