Obispo Mario Moronta en Carta a Maduro: escuche el clamor del Pueblo
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
Una carta abierta abierta y pública, el reclamo de un pastor, una voz clamorosa que se alza en la zona fronteriza con Cúcuta, fruto de un encuentro y cercanía constante con el pueblo que sufre en Venezuela, también en la frontera y fuera del país: es la de Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y Primer Vicepresidente de la CEV dirigiéndose a Nicolás Maduro, este lunes 18 de febrero.
Muchas familias no comen lo necesario para poder alimentarse
“No es ningún secreto que hoy atravesamos la más grave crisis política, económica, social y moral que azota al país. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo o demostrar que se está encerrado en una cúpula de cristal. Sé que le disgusta a Usted y sus seguidores que se le hable de ‘crisis o emergencia humanitaria’ Pero ¿cómo caracterizar la situación que golpea a la inmensa mayoría de nuestros hermanos?”. Con la pregunta expuesta, el Obispo Moronta dirigió al líder político una invitación a una reflexión, afirmando que en esta situación no es posible “negar el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos”, pues “hay hambre” y “muchas familias no comen lo necesario para poder alimentarse”.
Hay guerra económica, pero es contra el pueblo
A la vez que pasa lista a las numerosas dificultades del pueblo, como la pobreza crítica, los altísimos índices de desnutrición, la salud “desguarnecida” en todos los sentidos, Monseñor Moronta en un llamado directo a la persona de Maduro – la carta en efecto es pública pero dirigida explícitamente a él – alude a la referencia continua de este último a la “guerra económica” como “causa de los problemas del país”, constatando que, de hecho, “es verdad, existe una ‘guerra económica’”, pero ésta no es “contra el Gobierno ni las instituciones del Estado, sino contra el pueblo”; y menciona aquella de la corrupción “que ha enriquecido a muchos que se denominan dirigentes y servidores de la nación”, o como la del saqueo del arco minero que, “amén de destruir la ‘Casa común de la Creación’, ha permitido que no pocos se llenen de las ganancias de la minería ilegal.
Contrabando de combustible escandaloso
Mons. Moronta señala la situación en la región tachirense, en donde los vehículos necesitan hasta 48 horas para llenar su tanque, y habla del “escandaloso contrabando de combustible”, - que en el país cuesta menos de un centavo de dólar, ndr.- . Se trata de un hecho que el obispo denuncia como “irreversible”, “porque quienes tienen la misión de velar por la protección del pueblo o se hacen de la vista gorda o, sencillamente, tienen parte en el negocio”.
SEBIN no persiga a quienes piensan diferente, trabaje para objetivos válidos
Refiriéndose a la presencia de grupos irregulares en el país, a los “negociados de muchos dirigentes y autoridades, así como de civiles, en torno a lo que es el contrabando de gasolina y otros insumos necesarios”, como también a “los responsables y miembros de las mafias que trafican con personas y llevan a muchos jóvenes y adolescentes venezolanos a la prostitución en otros países, como si se tratara de una mercancía apetitosa”, indica que “sería bueno que el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), en vez de andar persiguiendo a quienes piensan diferente al Gobierno, se dedicaran a hacer labores de auténtica inteligencia”.
“La gente del pueblo está cansada, porque sigue siendo menospreciada. Hay represión de diverso tipo. Aunque no guste, la inmensa mayoría del pueblo, sufre una crisis de carácter humanitario. Se lo puedo atestiguar”, afirma. “No soy de los que está encerrado en oficinas, sino que camino por las comunidades, me encuentro con todos sin distinción” […] “No hay que tenerle miedo al pueblo si de verdad uno forma parte de él”, asegura.
Para que el diálogo sea verdadero hay que escuchar de verdad
Al hablar del diálogo pedido por Maduro, Monseñor Moronta señala que el mismo “requiere del encuentro, del reconocimiento del otro y de la corresponsabilidad en los acuerdos y soluciones que se presenten”, y le recuerda:
“Usted ha acudido nuevamente al Papa para que se garantice el diálogo. Además de no haberse cumplido con anteriores acuerdos, según lo indicaba el Cardenal Pietro Parolin en la misiva del 2 de diciembre del 2016, no vemos disposición para el auténtico diálogo. Y no me refiero al del entablado o al que se quiere volver intentar, con las élites políticas del oficialismo y de la oposición. Hace muchos años hay un protagonista necesario del diálogo que ha quedado por fuera. Para que haya diálogo verdadero, hay que escuchar de verdad, con sinceridad, al mismo pueblo. Y eso ni se ha dado ni parece darse”.
Permita ingreso de ayudas humanitarias
Seguidamente menciona pedidos del pueblo que han encontrado “oídos sordos”; y reclama:
“El pueblo le pide que escuche el clamor que proviene de sus sufrimientos”; “atrévase a escuchar a ese pueblo que quiere ser tratado con dignidad y justicia, pero en paz y sin revanchismos”. “Pedir y recibir la ayuda de ese tipo (humanitaria ndr.) no es ninguna traición a la patria, sino un deber moral a favor de la dignidad de las personas que no tienen medicamentos, alimentos y otros insumos necesarios”.
Venezuela está siendo expoliada de sus bienes naturales
Con el corazón en los “numerosos hermanos” que deben emigrar para tratar de conseguir una mejor calidad de vida o para sostener a sus familias, resalta que Venezuela es una nación rica y “puede ser capaz de crear condiciones de vida que permitan a los ciudadanos ser gente honesta, progresista y constructora de futuro”, pero “está siendo expoliada por quienes explotan irracional e inhumanamente las minas y otros rubros de la economía del país”.
Permita elecciones libres
“Debe escuchar al pueblo que está pidiéndole un cambio de orientación política. Le está pidiendo que se dé la posibilidad de una nueva dirección, ¿Por qué no se arriesga a convocar a unas elecciones libres, con un nuevo CNE (constituido por representantes de todos los partidos políticos y por instituciones nacionales que tienen que ver con la academia, la economía, los obreros) y con la posibilidad de otros candidatos? Abra la puerta y póngase a un lado. La inmensa mayoría de los venezolanos está pidiendo que ya no siga al frente del Poder Ejecutivo. Es bueno recordar, al haber celebrado este 15 de febrero pasado 200 años del Congreso de Angostura, lo dicho por Simón Bolívar en su discurso: “El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”, expresa.
No asustar al pueblo, evitar derramamiento de sangre
En la extensa carta el obispo de San Cristóbal cuestiona además algunas medidas tomadas por el gobierno de Maduro, como los piquetes militares para impedir la entrada de ayuda humanitaria, y cuestiona: “¿Es que acaso esos militares no son pueblo? Ellos están para defender a los hombres y mujeres de Venezuela y no para reprimirlos. ¿Sus asesores e informantes no le han dicho que la gente está resteada? Evite el derramamiento de sangre; deje a un lado la persecución a los disidentes; escuche y sienta el padecimiento de un pueblo que quiere libertad y justicia, pero con dignidad y sin opresión”.
Sí a la independencia y autonomía, no a las ideologías que destruyen la grandeza de la sociedad
Ya casi en la conclusión de la misiva el prelado recuerda las diversas referencias de Maduro a las influencias del “imperio”, y especifica: “Soy de los que creo que debemos reafirmar continuamente nuestra independencia y autonomía. Pero eso es válido también para aquellos países que quieren imponer en Venezuela una ideología que rompe con la integración latinoamericana, desvaloriza a la persona humana y destruye la grandeza de una sociedad”.
«Dé el paso»
Por último, la solicitud del Obispo de San Cristóbal a Nicolás Maduro es a que cuando los allegados de este último manifiesten sus desacuerdos con lo que ha dicho “ni ofendan ni descalifiquen”. Haciendo presente que esta carta es de su propia responsabilidad, pide “que no se tomen represalias, ni persecuciones, ni nada que atente contra la seguridad física, psíquica e integral de mi familia, de mis amigos allegados, de los sacerdotes ni de las comunidades que sirvo como pastor de la Iglesia”, y ofrece una oración para que el Dios de la Vida “le dé la sabiduría y la luz del Espíritu para que tome la decisión más conveniente para Usted y para todo el pueblo venezolano”. “Ya se lo hemos señalado. Dé el paso”, concluyó.
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