Argentina, Día de la Vida Consagrada: Una "sinfónica" riqueza
Alina Tufani - Ciudad del Vaticano
“¡Sí! Todos necesitamos la cercanía, contención y ánimo propios de la fraternidad y solidaridad de los consagrados para fortalecer mutuamente nuestra misión en la Iglesia”. Así lo expresa la Comisión episcopal para la Vida Consagrada de la Conferencia episcopal Argentina (CEA) en su mensaje por el Día de la Vida Consagrada que se celebra, mañana, 8 de septiembre, Fiesta de la natividad de María.
En particular, los obispos agradecen una serie de reformas que se han realizado para "servir y cuidar mejor" las diversas manifestaciones de la vida consagrada en su “sinfónica” y “policromática” riqueza. En efecto, el mensaje resalta el clima de “unanimidad” que ha llevado a lo consagrados del país a renovar los estatutos de la CONFAR (Conferencia Argentina de religiosas y religiosos), a la aprobación de la JISA (Junta de los Institutos Seculares en Argentina) como Conferencia y a renovar el equipo de servicio a las Vírgenes Consagradas en Argentina.
Con un solo corazón hacia Dios
En este contexto, la CEA subraya la creatividad de dichas instituciones con miras a fortalecer los lazos eclesiales entre los consagrados y consagradas y las instituciones que los agrupan, en un momento en que se pide vivir “unánimes”, es decir, con un solo corazón y una sola alma hacia Dios.
“Esto no implica que todos / todas 'voten' u 'opinen' de la misma manera. Expresa más bien que –justamente- dentro del marco temporal y espacial donde se dialoga, confronta, discute y se construye en la paciencia (¡porque también se sufren dolores de parto!) se manifieste esa 'unanimidad', la de tener un solo corazón y una sola alma hacia Dios, fuente y culmen de la verdadera comunión”, subraya el mensaje.
La Comisión para la Vida Consagrada reconoce que con estos procesos de unificación y armonía hay un profundo sentido de comunión y contribuye a una fecunda dinámica de “sinodalidad”, no por un simple sometimiento a la “ley de la mayoría” sino por querer ser dóciles a esa “ley de la unanimidad” - “ley de la comunión” que la fundamenta.
La pasión de la vida consagrada
El mensaje del episcopado recuerda las dos dimensiones inseparables de la vocación a la vida consagrada: por un lado, la pasión de cada mujer o varón consagrado expresa la fuerza, el impulso que lo anima y, por el otro, la dimensión del padecer, del dolor, del sufrimiento.
“Sí, la pandemia sigue causando heridas profundas, desenmascarando nuestras vulnerabilidades y descubriéndonos interconectados como nunca”, advierte el mensaje al mencionar como buenas guías de reflexión, las catequesis pronunciadas por el Papa Francisco, en las Audiencias generales, a partir del 5 de agosto, donde prevalecen las virtudes teologales de la fe, la caridad y la esperanza.
Por último, en este mes dedicado a la Biblia, la CEA anima a los consagrados y las consagradas a encarnar la Palabra que profesan. “Es así, porque la Palabra es la que sostiene nuestra profesión, nos habita y da vida, vida en abundancia”.
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