CELAM: comprometido con la colegialidad en clave sinodal
Ciudad del Vaticano
Como presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Monseñor Héctor Miguel Cabrejos saluda, a través de un comunicado, a la Asamblea del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa en su quincuagésimo Aniversario bajo el lema: «50 años al servicio de Europa, memoria y perspectivas en el horizonte de Fratelli Tutti” y comparte una breve reflexión sobre “la profundización de la colegialidad en clave sinodal”, en el marco del proceso de Renovación y Reestructuración que el CELAM lleva a cabo desde mayo de 2019 y la I Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe sobre "Aparecida, Memoria y Desafíos", que se realizará del 21 al 28 del próximo mes de noviembre.
En su mensaje, el prelado hace alusión al Papa Francisco, quien desde el inicio de su pontificado ha promovido desde una “escucha creciente” y una apertura al “amplio diálogo”, la inculturación de la fe cristiana en los diversos contextos socioculturales y existenciales del mundo actual que requiere una lectura muy cuidadosa de los signos de nuestros tiempos.
Algo que también va en sintonía con el Concilio Vaticano II -continúa explicando Monseñor Cabrejos- ya que con el énfasis en la lectura continua de los signos de los tiempos y del necesario “aggionarmento”, este Concilio "nos proporcionó una nueva categoría teológica, eclesiológica y pastoral muy importante: la fe siempre debe encarnarse".
Asimismo, el presidente del CELAM hace hincapié en que el Concilio Vaticano II "puso énfasis en una comprensión eclesiológica de la catolicidad como unidad en la diversidad que requiere la comunicación mutua y permanente entre las diferentes Iglesias locales, siempre en apertura a la acción del Espíritu que actúa por medio del mutuo dar y recibir de dones, inspiraciones y testimonios de una fe encarnada en los diversos contextos".
De este modo -añade- las diversas partes de un mismo cuerpo “tienden a la plenitud en la unidad” (LG 13) y nos animan las palabras de la primera carta de Pedro: “El don que cada uno ha recibido, póngalo al servicio de los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1Pe 4,10).
Otra contribución significativa del Vaticano II - argumenta el prelado- es el principio de colegialidad episcopal, al cual la Iglesia de Latinoamérica y de El Caribe le dio mucha importancia, incluso antes del Vaticano II con la creación del CELAM como un “órganismo de colaboración”, luego de la Primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Río de Janeiro (1955).
Por ello en su mensaje, Monseñor Cabrejos destaca que desde los inicios de la organización y para evitar el centralismo, "sus estructuras organizativas fueron
creadas, según las nuevas necesidades y desafíos pastorales: para una práctica colegial en la región, para fortalecer la cooperación a nivel continental y para el
desarrollo de la misión y la acción pastoral".
Y en relación a la actual renovación y reestructuración de este organismo, el prelado recuerda que el CELAM "desea promover y fortalecer una cultura sinodal en nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña, tanto en el proceder como en la toma de decisiones e implementación en los distintos ámbitos eclesiales, así como la animación de las diversas pastorales" y profundiza aún más:
De ahí que Monseñor Cabrejos reafirme, de parte del CELAM, el deseo de todos los obispos "de caminar juntos con nuestros hermanos y hermanas en la fe", tanto del laicado como del sacerdocio y de la vida religiosa:
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