Canadá, P. Mongeau S.J. sobre comunidades indígenas: “El trauma es intergeneracional"
Griselda Mutual – Quebec, Canadá
Las escuelas indígenas en Canadá y los tipos de abusos que sufrían los niños, la tarea de la “descolonización” en estas comunidades, una reflexión sobre la integración de las espiritualidades indígenas y las palabras pronunciadas por el Santo Padre en Canadá, son algunos de los puntos abordados en la entrevista con el padre Gilles Mongeau S.J. vice provincial de los Jesuitas del Canadá. “Las políticas de asimilación y alienación, que también incluían el sistema de escuelas residenciales, - es una de las afirmaciones del sacerdote – fueron y siguen siendo devastadoras para las comunidades indígenas”.
El Santo Padre ha venido a Canadá en una "peregrinación penitencial", como él mismo dijo, para encontrarse y acoger a los pueblos indígenas especialmente en el nombre de Jesús. En su opinión, ¿estas palabras del Papa enmarcan de forma especial este Viaje Apostólico cambiando la perspectiva de lo que se ha hecho hasta ahora por la reconciliación y la sanación o le da un nuevo impulso?
Esperamos que el espíritu del Papa, manifestado en sus declaraciones, contribuya a dar nuevas energías al movimiento de reconciliación entre la Iglesia y las comunidades indígenas en el territorio que ahora llamamos Canadá. Por supuesto, no todo el mundo se alegrará de la visita del Papa o de sus palabras, pero probablemente veremos un mayor flujo de energía.
Las palabras del Papa están en línea con lo que vimos durante su encuentro con las delegaciones indígenas en Roma, en marzo/abril de este año. Fue la misma atmósfera y actitud personal de Francisco que, esperamos, tenga un impacto significativo en estos días. También está en consonancia con la forma en que los organizadores han concebido la propia visita. En la página web dedicada a la visita, de hecho, se explica que es sobre todo una oportunidad única para escuchar y dialogar una vez más con los pueblos indígenas, para acercarse y abordar el impacto de la colonización y la participación de la Iglesia en el funcionamiento de los internados en todo Canadá. También es importante recordar que el Papa está visitando a los pueblos indígenas, no a Canadá.
Durante esta semana, es importante escuchar no sólo los discursos del Papa (por sus palabras cuidadosamente elegidas) sino también sus comentarios informales y sus reacciones, así como las respuestas de los indígenas y la actitud de la multitud.
El Papa Francisco reafirmó el lunes la importancia de la conmemoración de los niños que asistieron a las escuelas residenciales, porque "el olvido conduce a la indiferencia". ¿Qué siente decir sobre estas palabras del Santo Padre?
Estas palabras del Santo Padre son significativas. Es necesario recordar cómo las políticas de asimilación y alienación, que también incluían el sistema de escuelas residenciales, fueron y siguen siendo devastadoras para las comunidades indígenas. La violencia física, sexual y psicológica que sufrieron aproximadamente 150.000 niños de escuelas residenciales sigue afectando a sus familias. El trauma es intergeneracional. Las fuerzas y estructuras que condujeron a estos abusos no han desaparecido de la sociedad canadiense; una de las verdades más difíciles de afrontar es el simple hecho de que los descendientes de los colonos y los nuevos inmigrantes siguen beneficiándose de las injusticias económicas y políticas cometidas contra los pueblos indígenas. Lo que se necesita es una profunda transformación de las relaciones que conforman la nación de Canadá, a nivel cultural, político, económico e interpersonal. Este tipo de transformación sólo puede ser alimentada por un auténtico amor al prójimo, y para reconocer a mi hermana y hermano indígena como prójimo, tengo que estar presente en su realidad vivida. La memoria hace presente de forma vívida las realidades del pasado, no para provocar la culpa, sino para suscitar la compasión y el amor, para darme a conocer de forma vívida que se trata de mi hermana, de mi hermano. Sólo este tipo de energía puede alimentar la profunda conversión necesaria. El olvido conduce a la indiferencia, y la indiferencia significa que nada cambiará. La disculpa del Santo Padre es un paso adelante en la búsqueda de la verdad, la justicia y la reconciliación, pero es sólo el principio. Hay que seguir realizando acciones concretas.
¿Cuántas escuelas residenciales fueron gestionadas por los jesuitas?
Hubo un colegio en Española, Ontario, desde 1845 hasta 1958, cuando se cerró. Su identidad y misión evolucionaron a lo largo de los años.
¿Qué tipo de abuso vio en estas escuelas?
Depende de la escuela. El maltrato se presenta principalmente de tres formas: castigos físicos muy duros que se podrían denominar maltrato físico; maltrato sexual; y luego genocidio cultural, que es el principal maltrato que se considera hoy en día. Fue un daño que pesó no sólo sobre estos niños en particular, sino que sigue pesando sobre todos los que nacieron en sus familias después de ellos. Estos niños fueron arrebatados de sus familias. El trauma de la pérdida de la identidad, de la cultura, de la lengua, es profundo y afecta a las generaciones posteriores. Un superviviente ha dicho: "Nunca tuve un padre de verdad, así que no supe ser un padre para mis hijos". Esto afecta lo más profundo de las realidades psicológicas.
¿Cómo desarrollan los Jesuitas el ministerio indígena en la actualidad? ¿Ha habido algún cambio en los últimos años?
En los últimos años, y especialmente desde que los jesuitas pidieron perdón y asumieron compromisos de reconciliación con las comunidades indígenas en 2015, la influencia de los pueblos indígenas en los jesuitas de Canadá ha crecido en extensión y profundidad. He aquí algunos ejemplos.
Con respecto a la educación, apoyamos activamente a dos escuelas secundarias que se concentran principalmente en niños indígenas. Prestan mucha atención a los alumnos individuales y a sus familias y enseñan las tradiciones culturales y espirituales indígenas. Las dos escuelas también se comprometen a apoyar a sus alumnos incluso después de su graduación. Esperamos contribuir a reducir las barreras y las diferencias en materia de educación y empleo entre los indígenas y los no indígenas del país.
En cuanto a la lengua y la cultura, fomentamos el uso de las lenguas y las ceremonias indígenas en los servicios religiosos católicos. También hacemos accesibles a los investigadores los recursos lingüísticos históricos en nuestros archivos.
Con respecto al acceso a los expedientes sobre los internados, apoyamos el trabajo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación para preservar los registros y expedientes del internado en Española.
¿Cuál ha sido la participación de los jesuitas en el proceso de reconciliación entre la Iglesia católica y los pueblos indígenas en Canadá, y qué frutos ve usted?
El papel de los jesuitas en el proceso más amplio de reconciliación entre la Iglesia de Canadá y los pueblos indígenas se remonta a mediados de los años noventa. La Iglesia en su conjunto ha tardado en iniciar realmente un proceso de reconciliación, con la excepción de algunos obispos. Los jesuitas pueden haberse implicado antes, aunque no somos necesariamente un ejemplo a seguir. Pero hemos pedido disculpas, hemos pagado indemnizaciones y nuestras relaciones con algunos grupos indígenas se han profundizado y ampliado como resultado. Pedir disculpas y tratar de reconciliarse es doloroso, pero merece la pena.
Reconocemos que nos sentimos más nosotros mismos cuando nos relacionamos de manera justa con los pueblos indígenas.
¿Cuál es la relación entre la Compañía de Jesús y los pueblos indígenas en la actualidad?
Nuestras relaciones con algunos grupos indígenas se han profundizado y ampliado desde el inicio de los esfuerzos de reconciliación.
Nos sentimos llamados y comprometidos a escuchar, a acompañar. Queremos no sólo servir, sino seguir aprendiendo cómo es Canadá desde las perspectivas indígenas y comprender lo que significa ser aliados y amigos. Este deseo guía nuestros esfuerzos.
También diría que reconocemos una cierta distancia o brecha entre nuestro deseo y nuestra realidad vivida. Animamos a los jesuitas y a nuestros aliados a entablar conversaciones sinceras sobre las formas en que nuestras comunidades y apostolados son a menudo percibidos como lugares de privilegio, para que puedan convertirse cada vez más en lugares de apertura, hospitalidad y amistad con los excluidos.
Una de las tareas que los jesuitas llevan a cabo es la descolonización. ¿Es un objetivo que se está logrando? ¿De qué manera lo están haciendo?
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación pidió a las iglesias que desarrollaran estrategias de educación sobre el papel de las iglesias en la colonización. Hemos respondido a este llamado de diferentes maneras.
En septiembre de 2019, el provincial de Canadá, el P. Erik Oland, SJ, asignó a un sacerdote jesuita para que trabajara a tiempo completo en la promoción de nuestro compromiso de 2015, para actuar de forma más sistemática en favor de la descolonización entre los jesuitas, animando a nuestros ministerios a desarrollar relaciones con los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas.
Como parte de estos esfuerzos, los jesuitas en formación participan en experiencias dirigidas por ancianos indígenas. Las escuelas se encargan de incorporar esta historia en sus programas de enseñanza.
También ayudamos a organizar un curso intensivo de teología de una semana de duración en la Universidad St. Paul de Ottawa sobre la Iglesia y la reconciliación con los pueblos indígenas. Esto congregó a muchas personas indígenas y no indígenas, especialmente católicas, activas en el trabajo de reconciliación en todo el país.
También estamos explorando con los cristianos indígenas y no indígenas formas de descolonizar las prácticas de la fe cristiana y de animar a los católicos de Canadá a apreciar la riqueza de las espiritualidades indígenas.
Lo más importante es que seguimos en relación con los indígenas a través de las parroquias católicas indígenas de Georgian Bay y Thunder Bay, a través del Kateri Native Ministry (Ministerio Nativo Kateri) en Ottawa, así como a través de las escuelas medias de Regina y Winnipeg.
Reconocer realmente la presencia de Dios en las espiritualidades y ceremonias indígenas es un paso importante hacia la integración. ¿Cómo ve este proceso en Canadá?
El proceso comenzó de manera importante a finales de los años 80, en las parroquias indígenas y en centros como el Centro Espiritual Anishinabe dirigido por los jesuitas en Española, Ontario. Es un proceso que todavía está en marcha y que requiere escuchar atentamente a los ancianos y a los católicos indígenas. Los pueblos indígenas deben liderar este proceso, para evitar la apropiación y la deformación cultural, que no sería más que otra forma de colonialismo. Las espiritualidades indígenas están particularmente vivas con una conciencia de profunda relación con el entorno natural, y el diálogo con estas espiritualidades tradicionales nos ha enseñado mucho sobre lo que podría ser una espiritualidad ecológica en la Iglesia.
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