Canadá. Un joven quebequés: Es fundamental el diálogo entre generaciones
Griselda Mutual – Quebec, Canadá
¿Cómo es la vida de la Iglesia en Quebec? Se lo preguntamos a Marc-Antoine Parent, un joven católico quebequés que encontramos en Canadá, en el marco de la visita del Papa a su país. Tal como nos cuenta, tuvo “una experiencia de reconversión”, y regresó a la Iglesia cuando tenía 20 años. Según su opinión y la de otros jóvenes, la Iglesia católica en Quebec y en Canadá en general, “es una Iglesia que envejece”. Son los ancianos, nos dice, los que asisten a la iglesia. “Ellos mantienen viva la fe y la esperanza”.
Espontánea surge la pregunta de cuáles serían sus propuestas para animar más la vida de la iglesia. “El encuentro”, responde.
“Pienso que hace falta hablar con los creyentes y preguntarles qué les gustaría hacer por su iglesia, cómo ven su iglesia en el futuro y si quieren contribuir a este proyecto de iglesia que nos ha legado el mismo Cristo”.
Para él es fundamental “el diálogo entre las generaciones y también entre las diferentes culturas” basado “en el respeto del punto de vista de la otra persona” porque “no es imponiendo el propio punto de vista a los demás, ya sea con una visión demasiado moderna o una visión arcaica” como se produce el encuentro que contribuye a la vitalidad de la iglesia.
De él queremos también conocer su experiencia con las comunidades indígenas. ¿Personalmente te relacionas con miembros de las comunidades?, le preguntamos. “No tengo mucha experiencia con las naciones indígenas”, responde. “He conocido a algunas personas de las Primeras Naciones en mi vida, no muchas en el contexto de la iglesia, pero creo que tienen un legado muy importante para todo Canadá, para Quebec. Tenemos mucho que aprender de su visión del mundo en muchos temas, desde el medio ambiente hasta el respeto a los demás, y su visión de la familia”. Y acrecienta: “no son sólo los sacerdotes y los obispos los que deben dar estos pasos, sino todos los creyentes tienen que ir su encuentro y ‘ver’ al hermano indígena, escucharlo, conocerlo, establecer vínculos”. Y concluye:
“Creo que la Iglesia del mañana, después de esta visita del Papa, tendrá que asumir plenamente su vocación encarnada y misionera, incluso en regiones que ya eran tradicionalmente católicas como Quebec”.
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