En Tallin, la diversidad de la Iglesia en el corazón del encuentro de Taizé

Olivier Bonnel - Ciudad del Vaticano

Desde septiembre de 2024, Monseñor Philippe Jourdan es el primer obispo de Tallin, en Estonia. En entrevista con los medios de comunicación vaticanos, se refiere a la importancia del actual encuentro europeo de jóvenes organizado por la Comunidad de Taizé hasta el 1 de enero. En un mensaje dirigido a los jóvenes el 28 de diciembre, el Papa afirmó que "reunirse en un espíritu de compartir y de fraternidad es tanto más importante en el contexto actual, cuando nuestro mundo atraviesa graves pruebas".

¿Cómo se desarrolla este encuentro europeo de jóvenes?

En Estonia nunca ha habido una peregrinación o reunión de jóvenes de esta envergadura, especialmente en Tallin. Hemos hablado mucho con las demás iglesias, especialmente con la luterana. Para nosotros es una gran alegría ver a miles de jóvenes cristianos congregados aquí, porque Estonia es un país muy laico.

Nuestros jóvenes son católicos, luteranos, ortodoxos y de otras confesiones. A menudo son los únicos cristianos de su clase o escuela, a veces incluso de su familia. Es un gran estímulo para nuestros jóvenes ver a estos jóvenes de todo el mundo: hay incluso jóvenes de Hong Kong que han venido.

Y luego está el hecho de que vivimos día a día, al ritmo de la guerra en Ucrania, que ha sido uno de los principales temas de oración en los últimos días. Durante las reuniones de oración vespertinas, rezamos mucho por la paz. También hubo testimonios de jóvenes ucranianos. El mensaje de Taizé en la situación actual es como un bálsamo, porque esta es una sociedad que vive en la ansiedad. Creo que el encuentro de Taizé es, por un lado, un signo de solidaridad entre jóvenes y personas de toda Europa ante lo que estamos viviendo. Es también un mensaje de optimismo.

¿Cuáles son los rasgos distintivos del cristianismo tal como se practica en Estonia? ¿Cómo lo describiría?

Estonia es un país de tradición luterana y ortodoxa. Ya existe una pluralidad de tradiciones religiosas dentro de la Iglesia católica, que obviamente es pequeña, pero también hay otras iglesias, protestantes en particular. Tenemos un Consejo Mundial de Iglesias, cuyo presidente es el arzobispo luterano, y del que yo soy vicepresidente. Hacemos muchas cosas juntos: el ecumenismo es importante aquí, ya que es uno de los países más secularizados de Europa. Creemos firmemente que debemos dar un testimonio común en relación con los demás países bálticos, Lituania por ejemplo, que está poblada mayoritariamente por católicos. Estonia es el país con mayor diversidad, y es también el país con la actividad ecuménica más intensa.

¿Siente ya los frutos de este encuentro?

Lo que esperamos es que nuestros jóvenes se sientan alentados y animados por el ejemplo de todos los miles de jóvenes que a veces vienen de lejos para rezar y estar juntos. Nuestros jóvenes estaban muy contentos de contemplar la universalidad del cristianismo. Hay muchos jóvenes que no son miembros de una Iglesia, pero que se interesan por lo que ven, por una visión del cristianismo a la que quizá no están acostumbrados aquí en Estonia. Durante los dos días que pasamos juntos, se respiraba en la ciudad un ambiente distinto al de los días ordinarios.