Iglesia en México urge a construir la paz ante ola de violencia

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

En un contexto de creciente violencia que afecta de manera alarmante a los jóvenes de México, la Iglesia Católica ha emitido un mensaje de solidaridad y acción, invitando a los agentes de pastoral de adolescentes y jóvenes a unirse en la tarea urgente de construir la paz en el país. Este pronunciamiento surge en respuesta al trágico asesinato de ocho jóvenes en la parroquia San José de Mendoza, Salamanca, en el estado de Guanajuato, varios de los cuales eran miembros activos de la Pastoral Juvenil.

Ante este episodio, la Pastoral Juvenil Latinoamericana y Caribeña (PJ) adhiere a la oración con sus familias y comunidades, clamando por la paz y la justicia. “Que su testimonio de fe y entrega -escribió la PJ- siga iluminando nuestro caminar. En medio del dolor, seguimos creyendo en un mundo donde reine el amor de Cristo”.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en un comunicado emitido con motivo de esta tragedia, expresó su cercanía y solidaridad con las familias de las víctimas y con todas aquellas que, a lo largo de la actual crisis de violencia, han perdido a un ser querido. La Iglesia, alzando su voz en este difícil momento, ha mostrado una vez más su compromiso con la protección de los más vulnerables y la promoción de la paz.

Un llamado al diálogo y a la justicia

El comunicado no solo se limita a la solidaridad, sino que también hace un llamado a la acción. En un esfuerzo conjunto, la CEM, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM) y los Jesuitas han convocado a un Diálogo Nacional por la Paz. Este esfuerzo busca que la sociedad mexicana asuma su responsabilidad en la construcción de un ambiente pacífico y seguro para todos.

Obispo de Irapuato: Seamos hijos del Dios que es Amor

El obispo de la diócesis de Irapuato (circunscripción a la que pertenece la parroquia en la que ocurrió el crimen), Mons. Enrique Díaz Díaz, ha exigido una investigación exhaustiva sobre los hechos ocurridos en Salamanca, subrayando la necesidad de justicia y de medidas preventivas para evitar que situaciones tan dolorosas se repitan. La Iglesia también recordó que los adolescentes y jóvenes son los más afectados por la violencia, instando a cuidar sus vidas y ofrecerles los medios para alejarlos de la maldad que amenaza con atraparlos.

En efecto, Díaz Díaz aseguró que acompaña “con profundo amor de padre” a los familiares y amigos de las víctimas, primero con su “oración cercana, que es la primera fuerza de los cristianos”. También presidió la santa misa exequial de los jóvenes asesinados el miércoles 19 de marzo, en la solemnidad de San José. Igualmente, se rezará el santo rosario a partir del jueves 20 a las 21:00 por Zoom, con la participación de jóvenes y asesores de distintas parroquias de la diócesis.

Por otro lado, para el novenario convocó a todos los que se quieran unir en oración por el consuelo de las familias directamente afectadas y por la paz. Esta iniciativa será ofrecida no solo por los chicos asesinados, sino “por todos nuestros jóvenes y adolescentes que han muerto a causa de la violencia y la inseguridad en todo el país”.

En una nota contundente, el prelado sostuvo que “la fe y el celo por la salvación de las almas” lo mueve a orar por quienes han perpetrado el ataque y todos los que infringen violencia en México y en el mundo entero, “para que convirtiendo sus corazones al Señor puedan enmendar su camino y ser verdaderamente hijos del Dios que es Amor”.

Acciones para la promoción de la paz

Ante el impacto devastador de la violencia, la Iglesia ha propuesto una serie de acciones que involucran a toda la comunidad en la promoción de la paz. Entre las actividades destacadas se incluyen: el domingo 23 de marzo, en todas las iglesias, se encenderán ocho velas en honor a los adolescentes y jóvenes asesinados o desaparecidos. Los asistentes podrán escribir los nombres de las víctimas en tarjetas, colocándolas junto a las velas como un símbolo de recuerdo y compromiso con la paz.

Asimismo, el sábado 29 de marzo a las 17 se llevará a cabo una movilización en las principales plazas de pueblos y ciudades del país, llevando rosas y fotografías de los jóvenes fallecidos, sumándose a una caravana por la paz que partirá desde San José de Mendoza.

Además, durante los viernes de Cuaresma se promoverá el rezo del viacrucis por la paz en diversas localidades, pidiendo por las víctimas de la violencia y por el fin de la crisis de inseguridad en el país.

A su vez, el Episcopado exhorta a los grupos juveniles y pastorales a vincularse con los equipos estatales del Diálogo Nacional por la Paz, con el objetivo de diseñar proyectos locales y mantener un diálogo constante con las autoridades para asegurar el seguimiento de los compromisos en materia de pacificación.

La Agenda Nacional de Paz: una propuesta integral

El llamado de la Iglesia también incluye el impulso de la Agenda Nacional de Paz, una propuesta que contempla 14 acciones dirigidas a la sociedad civil y 7 propuestas para el gobierno. Entre las medidas más destacadas se encuentran el fortalecimiento de la justicia, el apoyo a las víctimas, la promoción de una educación basada en la paz, la recuperación de espacios públicos y la prevención de adicciones.

Compromiso con la vida y la dignidad humana

En medio de la indignación y el dolor, la Iglesia Católica en México reitera su compromiso con la vida y la dignidad de las personas jóvenes. Conscientes de la difícil realidad que enfrentan, los obispos mexicanos se han unido para hacer eco de las palabras del Salmo 23: “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me dan seguridad”.

El incremento de la violencia, un fenómeno lacerante

El Episcopado mexicano mantiene su compromiso de ser una voz para los que no tienen voz y de colaborar incansablemente en la construcción de una nación donde prevalezca la justicia, la verdad y el respeto a la dignidad humana. La semana pasada, por ejemplo, en otro comunicado, manifestaban su consternación por el hallazgo de un campo de exterminio en Jalisco y en otras zonas del país.

Además de elogiar la labor de las madres buscadoras y de diversas organizaciones civiles, reclamaba a las autoridades que implementen políticas efectivas para prevenir los delitos y a romper cualquier vínculo entre el crimen organizado y sectores políticos.

Asimismo, la Iglesia organizó una santa misa y un gesto en memoria de los desaparecidos, que tuvo lugar en la Catedral Metropolitana.