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Historias de vida: trabajando en el corazón de Sudán del Sur

Miles de médicos en todo el mundo arriesgan sus propias vidas para salvar las de los más pobres y olvidados de la sociedad. Es el caso de Andrés Moret, argentino, hijo de madre francesa, quien trabajó como coordinador de asistencia sanitaria en el campo de desplazados de Tomping ubicado en Yuba, la capital de Sudán del Sur.

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano

Desde el estallido del conflicto armado en diciembre de 2013, en Sudán del Sur han muerto decenas de miles de personas y aproximadamente una de cada tres se ha visto obligada a abandonar su hogar. Dos millones de habitantes han huido a países vecinos, mientras que dos millones más se han convertido en desplazados internos.

Violencia dificulta la ayuda humanitaria

La falta de seguridad y la violencia siguen representando un gran desafío para las organizaciones humanitarias que intentan ayudar a los más necesitados desde el terreno local, como es el caso de la organización Médicos Sin Fronteras cuyas instalaciones han sido atacadas en varias ocasiones.

Desde 2017, MSF desarrolla en tierras sudanesas, programas de atención primaria y secundaria en hospitales y clínicas, llevando a cabo actividades de promoción de la salud para poblaciones desplazadas y comunidades remotas, dando respuestas a emergencias y brotes epidémicos, a la vez que realizan campañas de vacunación.

Arriesgar la propia vida por los demás

Durante el mes de abril de 2019, el Santo Padre Francisco ha pedido a los cristianos, a través de la Red Mundial de Oración del Papa, "que recen por los médicos y el personal humanitario presente en zonas de guerra que arriesgan su propia vida para salvar la de los demás”.

 

Vatican News comparte hoy el testimonio de una de esas personas que dejó atrás la comodidad de su hogar y se trasladó a la ciudad de Yuba, corazón y capital de Sudán del Sur: hablamos de Andrés Moret, argentino de madre francesa, quien en su última misión con Médicos Sin Fronteras trabajó como coordinador en el campamento de desplazados de Tomping.

Andrés explica en qué consistía su trabajo, describe la situación que atraviesan las personas que viven en este campamento buscando refugio tras huir de la violencia y habla sobre las principales enfermedades que causan la muerte de los pacientes.

Ayuda en Sudán del Sur

Sudán del Sur: olvidada por el mundo

MSF brinda asistencia médico-humanitaria en el territorio que hoy constituye Sudán del Sur desde hace 30 años. Después de los combates que se desataron el 15 de diciembre de 2013, aumentó su apoyo para atender las necesidades médicas en todo el país.

 

En los primeros cinco meses de la crisis, los equipos llevaron a cabo más de 270.000 consultas, de las cuales 110.000 fueron a menores de cinco años. Además, tal como señalan los últimos informes, el personal sanitario ha efectuado más de 2.000 cirugías, tratado a más de 2.300 personas con heridas de guerra y han asistido 6.400 partos.

El panorama no parece mejorar: a finales de 2018, la ONU habría registrado a 772.000 refugiados sursudaneses en Sudán y espera que lleguen otros 200.000 a lo largo de 2019. 

De ahí que sea importante difundir los testimonios de quienes ayudan en primera persona a aliviar el sufrimiento de un pueblo olvidado, especialmente por el resto de las sociedades que viven en el bienestar y la abundancia.

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16 abril 2019, 19:00