En la Patagonia, la sabiduría de la comunidad para enfrentar el Covid-19

Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

La provincia de Río Negro se ubica en el centro de la Patagonia argentina, a unos 1500 kilómetros en línea recta a la ciudad de Buenos Aires. En el invierno, es un territorio muy frío. Ingeniero Jacobacci es una comunidad que tiene unos 12,000 habitantes. Las comunidades que la rodean son más pequeñas y muchos de sus habitantes son descendientes del pueblo mapuche.

Situación sanitaria

Claudia Huirca describe la situación sanitaria en esta región de la Argentina como una situación sanitaria de contención, porque en esta zona no se han registrado casos de Covid 19. En otras ciudades de esta provincia hay al menos seis casos, ninguno de gravedad.

Las acciones que las instituciones están impulsando son de prevención, afirmó, por eso se ha respetado el decreto sobre el aislamiento social obligatorio y que permite el funcionamiento de los servicios esenciales. Todos estamos preparándonos para enfrentar los posibles casos. Aquí la salud depende casi exclusivamente del Estado porque el acceso a la salud es universal y gratuita. En estos días, el hospital de Ingeniero Jacobacci se ha ido equipando y preparando para la pandemia.

La sabiduría de la comunidad al servicio de los más necesitados

Claudia Huirca subraya que hay una experiencia de acción solidaria en la comunidad y que se ha ido fortaleciendo con el paso de los años en beneficio de los sectores menos favorecidos. Un momento importante de este esfuerzo fue durante el gobierno que terminó en diciembre pasado: “Dejó a la ciudadanía argentina con un porcentaje superior al 25% de pobreza. Como respuesta a ello, las fuerzas vivas de la comunidad están organizadas para enfrentar situaciones de estas características. Ese aprendizaje está cimentado en la experiencia de la erupción del volcán Puyehue, que ocurrió en el año 2011. En ese momento, la ceniza volcánica se depositó en territorio argentino y la población pasó muchas semanas en aislamiento social para protegerse. Así, las iniciativas de la comunidad, pero articuladas por la iglesia católica aquí en Jacobacci permitieron generar grupos solidarios para apoyar a los sectores vulnerables. Este aprendizaje ha continuado, frente a la situación de pobreza, y ahora con la pandemia, hay muchos vecinos que se ponen al servicio de los más necesitados”.

La Iglesia Católica camina al lado de la comunidad

Claudia Huirca señala el papel que juega la Iglesia Católica en esta región del país: Dentro de las propuestas de la iglesia católica se busca pasar de la etapa de la contención a la etapa de la promoción. Esta zona tiene mucha presencia del pueblo mapuche. Es un pueblo que históricamente ha sido hostigado y obligado a vivir en condiciones inhumanas por los Estados de manera permanente y que comparten la Patagonia: Argentina y Chile. Desde hace tiempo la iglesia ha impulsado actividades de promoción con ese pueblo. Se hace con alimentos, con proyectos y articulando actividades con instituciones de la sociedad civil. En este momento la comunidad está siendo apoyada por los misioneros Claretianos y los Hijos del Corazón de María, quienes llevan adelante una experiencia con adultos mayores que no tienen familias ni recursos para ser cuidados. En este contexto de extrema vulnerabilidad de los adultos mayores hay que revalorizar esta tarea”.

Desigualdades. El acceso a la tierra y al agua

La problemática central de las comunidades de esta zona tiene que ver con la falta de acceso a la tierra y al agua, afirma Claudia Huirca, y pone en evidencia que se da “una distribución inequitativa, un abandono sistemático de las comunidades del pueblo mapuche que fueron obligados a habitar los territorios menos productivos; la falta de acceso al agua en calidad y cantidad, porque es una zona semidesértica. Aquí llueve muy poco y el agua escasea tanto en el territorio de Río Negro y de Chubut. Aquí hay empresas mineras que poseen explotaciones a cielo abierto de oro, hacen que se ponga en peligro la producción ganadera en esta zona.

La presencia de las empresas, muchas veces en connivencia con los estados provinciales, ofrecen a las comunidades este emprendimiento como la única salida a las situaciones de emergencia económica a las que están sometidas estas comunidades.

También la periodista resaltó que la actividad minera continúa, a pesar de que en la mayoría de actividades productivas han paralizado las actividades productivas. La actividad minera se ha considerado una actividad esencial. El extractivismo sigue avanzando a pesar de que el resto de las actividades económicas están paradas.

Los jóvenes. El reto de revalorizar sus raíces

Claudia Huirca afirma que la realidad de los jóvenes no es unitaria. Hay pocas ofertas tanto para estudiar como para trabajar: “La mayor parte de los jóvenes, una vez terminan la formación secundaria, tienen que migrar a las ciudades más grandes para continuar sus estudios”.

Un elemento positivo dentro de la vida de los jóvenes, insiste la periodista, es que “Los jóvenes ahora recién han comenzado a revalorizar sus raíces. Muchos se criaron en familias en las que ser mapuche era considerado culturalmente una vergüenza, por todos los padecimientos que tuvo el pueblo mapuche. En esta última década se ha comenzado a revalorizar esta ancestralidad y lo están poniendo de manifiesto a nivel organizativo, en espacios productivos, en organizaciones de productores que históricamente conformaron sus padres y ellos están aportando toda esta sabiduría que van recuperando del pueblo mapuche.

Los jóvenes encienden la chispa de la solidaridad

Los jóvenes tienen un papel muy importante en la solidaridad. En general son los jóvenes quienes encienden la primera chispita de la solidaridad. Son muy comprometidos, sean de la iglesia católica o de otras organizaciones. Siempre están muy atentos a la defensa de la casa común. Hay un universo de jóvenes, que creo que son la mayoría que apuestan por una sociedad diferente y por una acción solidaria por los más vulnerables.