Ecuador, un Estado atenazado por la guerra de bandas
Olivier Bonnel - Ciudad del Vaticano
Tras una semana caótica, las autoridades ecuatorianas parecen recuperar poco a poco el control del país. El 14 de enero, el Ejército y la Policía ecuatorianos recuperaron el control de varias prisiones y liberaron a más de 200 funcionarios de prisiones que habían sido tomados como rehenes.
Hace una semana, el presidente Daniel Noboa, en el poder desde el 23 de noviembre, declaró el estado de excepción en el país durante 60 días, permitiendo a las fuerzas armadas garantizar la seguridad en las calles del país tras la fuga de prisión del líder de la principal banda, los "Choneros", y varios motines en las cárceles.
Plataforma mundial para el tráfico de cocaína
Esta ola de violencia se estaba gestando en el país andino, donde bandas vinculadas al narcotráfico se disputan el control del país desde hace varios años. 2024 tuvo un comienzo espectacular con estas fugas y la aparición de pandilleros armados en medio de un programa de la televisión nacional.
El gobierno expresó su firmeza. "Querían sembrar el miedo, despertaron nuestra ira", explicó el Ministro de Defensa ecuatoriano, Gian Carlo Loffredo, refiriéndose a las bandas que sembraban el terror. Los disturbios fueron especialmente intensos en Guayaquil, principal puerto y segunda ciudad del país, que se ha convertido en una ciudad fantasma. Desde hace varios años, Ecuador es un centro neurálgico del tráfico mundial de cocaína, una lacra que se ha sumado a los ya profundos problemas del país andino, como la explosión de las desigualdades sociales y el impacto de la crisis de Covid.
Tras esta relativa vuelta a la calma y la liberación de varios rehenes, Daniel Noboa se comprometió a "seguir trabajando para restablecer la paz" en el país.
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