Francisco en Irak: se reza en todo el país a partir del domingo
Gabriella Ceraso - Ciudad del Vaticano
La tierra de los dos ríos espera al Papa Francisco y reza para que su visita no sólo se lleve a cabo, sino que traiga frutos de diálogo y paz gracias a la colaboración de todos. De hecho, el país de Oriente Medio no deja de registrar tensiones sobre todo en las fronteras con Siria, pero también en el interior, desde Nassiria hasta la zona de Mosul, capital del 'Estado Islámico', entre 2014 y 2017, donde miles de cadáveres de civiles siguen saliendo a la superficie bajo los escombros, arrojados a fosas comunes, signo de una violencia sin límites.
"Desde hace tiempo vivimos con miedo, pero también con esperanza", dijo el Patriarca de Babilonia de los Caldeos, tan pronto como supo del viaje del Papa, el 7 de diciembre del año pasado, y le había confiado precisamente un signo de renacimiento para el país, "una nueva Navidad". Hoy, con este mismo espíritu, el cardenal Louis Raphaël Sako ha compuesto una oración pidiendo, por los cauces del patriarcado, que los fieles la reciten juntos en las misas todos los domingos a partir del siguiente, el 17 de enero.
Señor, nuestro Dios, concédele al Papa Francisco salud y prosperidad para que pueda llevar a cabo con éxito esta tan esperada visita. Bendice sus esfuerzos por fortalecer el diálogo y la reconciliación fraternal y por crear confianza, consolidar los valores de la paz y la dignidad humana, especialmente para nosotros los iraquíes, testigos de acontecimientos dolorosos que nos han conmovido.
Así comienza el texto que, antes de confiarse a la Virgen María, invoca la luz que será un estímulo para todos en este tiempo:
Señor, nuestro creador, ilumina nuestros corazones con tu luz para que podamos ver la bondad y la paz y comenzar a realizarlas.
Luego la invocación a la intercesión de la "Virgen, nuestra Madre", a cuyo cuidado maternal se confía la visita del Papa:
Que el Señor nos conceda la gracia de vivir en plena comunión nacional, cooperando fraternalmente para construir un futuro mejor para nuestro país y sus ciudadanos.
Ya a principios de diciembre, el Patriarca Sako, dirigiendo una carta al pueblo iraquí, les había pedido que se prepararan adecuadamente para la visita del Papa que no será -había escrito en esa ocasión- un "viaje turístico" o "de lujo", sino una peregrinación cargada de un mensaje de confort "para todos en un tiempo de incertidumbre". Debemos hacer que sea -había subrayado hace un mes- "una ocasión de gran cambio, para que la fe y la esperanza en nosotros se conviertan en un compromiso".
La peregrinación del Papa Francisco al Iraq por invitación de las autoridades civiles y la Iglesia Católica local se anunció oficialmente a principios de diciembre, marcando la reanudación del viaje interrumpido abruptamente durante quince meses debido a la emergencia sanitaria mundial. Las fechas previstas son del 5 al 8 de marzo, con paradas en Bagdad, la llanura de Ur, ligada a la memoria de Abraham, la ciudad de Erbil, así como Mosul y Qaraqosh en la llanura de Nínive. Cuatro días intensos para acercarse a un pueblo que ha sufrido y sigue sufriendo por la guerra y que ha visto a los cristianos salir lentamente del país. Un viaje que Francisco ha querido vivir desde hace mucho tiempo, expresando su intención desde 2019 y acompañando siempre sus palabras con la invitación a reconstruir un tejido social de solidaridad que apunte al bien común.
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