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El Papa: en la fragilidad descubrimos cuánto nos cuida Dios

“En la fragilidad descubrimos cuánto nos cuida Dios… las contrariedades, las situaciones que revelan nuestra fragilidad son ocasiones privilegiadas para experimentar su amor, lo sabe bien quien reza con perseverancia: en los momentos oscuros o de soledad, la ternura de Dios hacia nosotros se hace aún más presente. Nos da paz, nos hace crecer". Ángelus del Papa Francisco desde la Plaza de San Pedro.

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

El Papa en su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, haciendo referencia al Evangelio de la Liturgia de hoy, en el que Jesús se indigna con quienes, “para aliviarle el cansancio, le alejan a los niños”, y recordando el Evangelio de hace dos domingos en el que Jesús, “ realizando el gesto de abrazar a un niño, se había identificado con los pequeños: había enseñado que precisamente los pequeños, es decir, los que dependen de los demás, los que tienen necesidad y no pueden restituir, han de ser servidos primero”.

Quien busca a Dios lo encuentra en los pequeños

Porque como dijo el Papa en su alocución de hoy, quien busca a Dios lo encuentra allí, “en los pequeños, en los necesitados no solo de bienes, sino también de cuidados y de consuelo, como los enfermos, los humillados, los prisioneros, los inmigrantes, los presos. Allí está Él. He aquí por qué Jesús se indigna: cada afrenta hecha a un pequeño, a un pobre, a un indefenso, se le hace a Él”, afirmó.

En el Evangelio de hoy, señaló Francisco, “el Señor completa esa enseñanza, y añade: «El que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él» (Mc 10,15). Esta es la novedad: el discípulo no solo debe servir a los pequeños, sino que también ha de reconocerse pequeño él mismo”. Saberse pequeños, saberse necesitados de salvación, dijo el Pontífice, es indispensable para acoger al Señor. Es el primer paso para abrirnos a Él. 

Reconocerse pequeños, necesitar de Dios

Sin embargo, Francisco aseveró que a menudo nos olvidamos de “reconocernos pequeños”, en la prosperidad, en el bienestar, manifestó el Papa, vivimos la ilusión de ser autosuficientes, de bastarnos a nosotros mismos, de no tener necesidad de Dios. Es un engaño, porque cada uno de nosotros es un ser necesitado, pequeño. Tenemos que buscar nuestra pequeñeces, dijo, y allí reconoceremos a Jesús. 

        “En la vida, reconocerse pequeño es el punto de partida para llegar a ser grande. Si lo pensamos bien, crecemos no tanto gracias a los éxitos y a las cosas que tenemos, sino, sobre todo, en los momentos de lucha y de fragilidad. Ahí, en la necesidad, maduramos; ahí abrimos el corazón a Dios, a los demás, al sentido de la vida. Cuando nos sintamos pequeños ante un problema, una cruz, una enfermedad, cuando experimentemos fatiga y soledad, no nos desanimemos. Está cayendo la máscara de la superficialidad y está resurgiendo nuestra radical fragilidad: es nuestra base común, nuestro tesoro, porque con Dios las fragilidades no son obstáculos, sino oportunidades”.

En la fragilidad descubrimos cuánto Dios nos cuida

Es en nuestra fragilidad, que descubrimos cuánto nos cuida Dios, dijo el Santo Padre, “el Evangelio de hoy dice que Jesús es muy tierno con los pequeños: «Los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos». Las contrariedades, las situaciones que revelan nuestra fragilidad son ocasiones privilegiadas para experimentar su amor. Lo sabe bien quien reza con perseverancia: en los momentos oscuros o de soledad, la ternura de Dios hacia nosotros se hace -por así decir- aún más presente.  Nos da paz, nos hace crecer”.

En la oración, dijo por último Francisco, el Señor nos abraza como un papá a su niño. Así nos hacemos grandes: no con la ilusoria pretensión de nuestra autosuficiencia, sino con la fortaleza de depositar en el Padre toda esperanza. Justo como hacen los pequeños.El Papa dijo que pongamos nuestras fragilidades ante Dios, es una buena actitud.  

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03 octubre 2021, 12:26

El Ángelus es una oración recitada, en recuerdo del Misterio de la Encarnación, tres veces al día: a las seis de la mañana, a mediodía y a las seis de la tarde, momento en el que se toca la campana del Ángelus.
El nombre Ángelus deriva de la primera palabra de la oración en latín: Angelus Domini nuntiavit Mariae... La plegaria consiste en tres frases sencillas sobre la Encarnación de Jesucristo y tres Ave Marías.
El Papa recita esta oración junto a los fieles en la plaza de San Pedro los domingos a mediodía y en las Solemnidades. Antes, pronuncia una breve alocución basada en las Lecturas del día. Tras el rezo del Ángelus, saluda a los peregrinos.
Desde el domingo de Pascua hasta el de Pentecostés, en lugar del Ángelus se reza el “Regina Coeli”, oración que recuerda la Resurrección de Jesucristo y tras la que se recita el Gloria tres veces. 

Últimos Ángelus / Regina Coeli

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